Capitulo 44: El amo Hades (Parte II)

33.7K 3.4K 228
                                    

Actualización 2/3

Capitulo 44: El amo Hades (Parte II)

Relamí mis labios y sus ojos cayeron en ellos, este hombre me tenía embrujada. Me eché hacia atrás en la parte de atrás de la camioneta y Hades se subió caminando hacia mí como un león cazando a su presa; lento, sin romper el contacto visual solo disfrutando del terror que emanaba de cada poro de su piel.

—Recuéstate.

Lo hice, me eché hacia atrás pegando mi espalda del frio suelo de la camioneta, el cielo apenas se veía y es que estábamos completamente rodeado de arboles, Hades se subió sobre mí, sus ojos dorados observando mi rostro cuando tomó las esposas improvisadas sobre mis muñecas y guió mis brazos hacia arriba de mi cabeza, sentía que no podía respirar con normalidad, todo lo que me estaba haciendo estaba prendiéndome más que un incendio forestal y ni siquiera me había quitado la ropa.

Me terminó de subir la camisa hasta cubrir mis ojos de modo que ahora no veía nada ni tampoco podía mover los brazos, completamente desnuda de la cadera para arriba, Hades rozó su nariz con la mía y sus labios rozaron los míos brevemente antes de bajar por mi cuello su boca en mis pechos lamiendo y mordiéndome ligeramente los pezones en una caricia erótica; solo lo suficiente para que la linea entre dolor y placer se inclinara al placer puro y me hiciera gemir.

Me encantaba lo que me estaba haciendo.

Una de sus manos me soltó el pantalón y se alejó de mí unos segundos, solo entonces terminó de quitarme el pantalón y las bragas dejándome puramente desnuda al aire libre.

Nunca me había sentido tan expuesta y a la vez me encantaba.

Hades me tomó las piernas para comenzar a darme besos ligeros y torturantes desde la planta de mis tobillos subiendo hasta mi rodilla, pero esto se sentía diferente, tenía algo en la boca que ocasionaba que ese pedazo de mi piel que tocaba se contrajera como si se congelara, era como si él llevara un caramelo mentolado.

La sensación era jodidamente fuerte e intensa; placentera.

Fui todo un coro de gemidos cuando llegó al reverso de mis muslos anticipándome con su aliento frio y mentolado.

Era una placentera tortura.

Ocasionando que quisiera mucho más, cuando su boca tocó mis labios inferiores me arquee sin ser capaz de sostenerme de nada; solo sentir que estaba casi rozando el abismo o el cielo no estaba segura; solo que era algo de otro planeta, sus dedos comenzaron a abrirse paso entrando y saliendo de mí.

Era demasiado intenso.

Sentía que su boca estaba recorriéndome entera.

El vapor caliente no tardó nada en llegar, me inundó por completo las piernas subiendo por el resto de mi cuerpo junto con un intenso cosquilleo que anunció mi arrebatador orgasmo dejándome sin aliento y echa todo un desastre en mi respiración.

Maldición, eso había sido glorioso, mi piel estaba completamente temblorosa.

Pero quería más, nunca iba a tener suficiente.

Su boca subió por mi ombligo y mis pechos hasta mi cuello eso que llevaba en la boca me despertaba miles de sensaciones diferentes. Rozó mi barbilla y entonces su lengua obligó mi boca a abrirse y sentí el dulce mentolado del caramelo que llevaba cuando lo dejó en mi boca y se separó de mí, podía escuchar la envoltura del condón mientras lo abría para colocárselo, yo mastiqué el caramelo sintiendo la menta llenar mi boca mientras me lo comía; era jodidamente mentolado.

Una de sus manos tocó mi pierna para alzarla y estirarla hasta mi hombro.

—Tu flexibilidad —susurró colocándose en mi entrada, y entonces empujó llenándome de solo empujó, comenzando a moverse rápido, contra mí, su boca fue nuevamente a la mía sin dejar de moverse dándome otro profundo beso que me dejó rendida ante él y con la respiración echa un desastre.

Estaba flotando en la infinidad del placer.

De repente salió de mí de forma inesperada y en un simple movimiento me giró colocándome boca abajo, mi corazón desenfrenado cuando me alzó de las caderas, me apoyé de mis antebrazos porque aun mis manos seguían presas y era incapaz de ver nada, Hades pasó la mano por la piel de mi trasero y entonces me dio una nalgada de que me hizo jadear en un grito cuando volvió a entrar en mí de una sola estocada, joder, sentía que se me iba a salir el corazón por la boca ante el dominio que llevaba este hombre en mí, el sonido de nuestras pieles chocando y de nuestros jadeos consumiéndose perdiéndose en el sonido de entre los árboles.

—Luces intermitentes —ordenó.

Mierda.

Algo dentro de mí comenzó a dominarme y comencé a mover las caderas contra él buscando más, desesperándome, no era dueña de mis impulsos, mi cuerpo tenía vida propia, me movía como si no hubiese un mañana, Hades también se movía contra mí de modo que nos consumíamos en la lujuria pura del momento, de repente mi cuerpo entero se llenó de un fuerte vapor caliente que se extendió desde mi vientre, estaba al borde, estaba perdiendo fuerzas, Hades comenzó a clavarse aún más duro en mí metiendo la mano entre mis piernas para tocarme mi clítoris hinchado y palpitando, fue como si me borrara del mundo por un instante cuando me rendí entregándome al puro placer estremeciéndome por completo.

Hades no tardó en llegar, jadeando en su máximo punto de placer antes de separarse de mí, ambos con la respiración echa un desastre por lo que habíamos acabado de vivir.

Había extrañado mucho jugar a la hipnosis con él.

Luego de un momento me acosté boca arriba y Hades se movió para quitarme la correa de las manos moví un poco las muñecas aun sintiendo la sensación de tenerlas presas, entonces me bajó la camisa apartándola de mi rostro, mis ojos lo primero que vieron fue su rostro, sus ojos dorados en toques bronces y verdes frente a mí analizándome, no dijimos nada por varios segundos, solo nos observamos, creo que ya había pasado la hora del hipnotismo, pero aún así sentía que me encontraba en una burbuja fuera de este planeta.

Hades tenía el rostro más hermoso que hubiera visto en mi vida.

—¿Eres mía? —preguntó en un susurro.

—Soy tuya. —contesté.

Hades acarició un costado de mi rostro, su pulgar siguiendo la silueta de mi labio inferior y murmuró:

—Revélame.

Relamí mis labios haciendo memoria de la última vez que escuché esa palabra hasta que lo comprendí.

«Revélame lo que me confesó tu corazón...».

Sin dudar ni un poco dije:

—Te amo.

.

.

.

****************

AYYYY!!!!!!!!!!!!! recuerda votar! :D falta un capitulo mas :D

Profundamente Tuya (#2) {Completa} (Próximamente En Físico) Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon