Capitulo 70: Amor prohibido (Parte I)

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Capitulo 70: Amor prohibido (Parte I)

Me quedé completamente aturdida por lo que había hecho Rafael, el miedo invadiéndome al mismo tiempo que la ira.

—Sé que me quieres —susurró, su asqueroso aliento a alcohol chocando con mi rostro—, no te resistas.

—Estás borracho —dije empujándolo con fuerza de los hombros—, sal de aquí.

Él apretó la quijada caminando nuevamente hacia mí pero yo reaccioné como un reflejo alzado la pierna dándole justo en la erección de su pantalón con fuerza. Él jadeó ahogadamente echándose hacia atrás mientras caía de rodillas al piso y se aguantaba los genitales con evidente cara de dolor y sufrimiento.

Esperaba que le doliera mucho.

Corrí tomando mi bolso rápidamente saliendo del baño completamente despavorida estampándome de frente con Hades y casi rebotando contra su pecho, él me sujetó de los brazos antes de que me cayera al suelo, nuestras miradas cruzándose haciendo que por medio segundo el tiempo se detuviera y me encontrara a salvo, sabiendo que con él cerca nunca nada iba a pasarme.

—Amor —solté aliviada, después recordé donde estaba—, es decir...

—¿Qué ocurrió? —me interrumpió Hades, sus ojos dorados examinando mi rostro probablemente notando mi terror y los gemidos de dolor viniendo del baño.

—Olvídalo, era Rafael borracho —dije, solo quería largarme de aquí.

Él empezó a caminar hacia el baño su ceño fruncido, su quijada apretada en evidente molestia, pero lo detuve metiéndome en el medio.

—No por favor, solo vamos —dije—, sácame de aquí.

Él me miró, sus ojos dorados pareciendo querer traspasarme, solo necesitaba la serenidad y tranquilidad que él me daba, la que me hacía saber que todo estaría bien.

—¿Qué te hizo? —dijo Hades, su quijada apretada.

—Nada —dije y era la verdad, no logró hacerme nada—, yo le di una patada en la entrepierna, debe de seguir pasando el dolor.

Él alzó una ceja cuando el gemido de dolor de Rafael se escuchó otra vez saliendo del baño gimoteando.

Sí, esperaba que le doliera muchísimo más.

—Puedo defenderme sola —continué diciendo con cierta satisfacción.

Hades finalmente estiró una de la comisura de sus labios pareciendo orgulloso de mí y dijo:

—¿Vas a cambiarte?

Afirmé con la cabeza.

—Ven —continuó diciendo y empezó a caminar, lo seguí sin dudar.

Me fui con él a la parte de atrás donde era un salón que estaba solo y podía cambiarme tranquilamente, intenté cerrar la puerta pero no tenía cerradura.

—Yo vigilo la puerta, cámbiate —dijo Hades a mi lado, apreté los labios y miré sus preciosos ojos dorados.

Me sentía muy estúpida por mi comportamiento de hoy.

—No debí ponerme este puto bikini —dije—, solo quería que no vieras a la profesora Pompeye, y que solo me vieras a mí.

Después de que lo dije me sentía patética por mis celos incontrolados, sin embargo Hades estiró la comisura de sus labios en una ligera sonrisa que ahuecaba sus hoyuelos y susurró:

—Solo tengo ojos para ti.

«Por esta razón es que estoy tan enamorada de ti».

Siempre me daba seguridad y confianza cuando la necesitaba.

Sonreí sintiendo que mi rostro entero se sonrojaba por sus dulces palabras y él alzó una mano acariciando mi mentón, sus manos grandes dándome el confort que tanto me gustaba que me diera y su simple roce ya empezando a calentarme.

Amaba cuando me confirmaba que seguía siendo mío, y continuó diciendo en un susurró:

—Puedes ponerte lo que quieras, pero nadie puede tocar lo que es mío o habrá consecuencias.

Sonreí en respuesta, sus ojos se deslizaron a mi boca y su pulgar acarició la silueta de mis labios, abrí la boca un poco con la mirada fija en él cuando deslicé la punta de mi lengua por su dedo y lo metí más profundo a mi boca, nuestras miradas se encontraron, sus ojos oscurecidos cuando susurró:

—Estabas enloqueciéndome, Nube, todos estaban viéndote, todos te deseaban y yo no podía hacer nada al respecto, ni siquiera acercarme a ti.

Saqué su pulgar de mi boca y tomé su mano.

—¿Sabes qué es lo mejor? Que solo tú puedes tocarme —dije y coloqué su mano en mi trasero para que me tocara con completo descaro.

Él mordió su labio inferior y me apretó contra él, jadee de la impresión, la intensidad matándome por tanto tiempo en castidad, mi cuerpo entero entrando en llamas.

—Nube... no me tientes —susurró Hades—, llevo deseándote todo el día.

Me pegué más a él de modo que le restregué los pechos por el suyo y mis caderas por su bragueta, él apretó los ojos temblando ante la tentación.

—Yo llevo deseándote desde la última vez que te vi —susurré y jadee cuando él me apretó más contra su cuerpo.

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Nube con garras, doble capitulo, pero recuerda votar o te dará diarrea y sin papel :D

Profundamente Tuya (#2) {Completa} (Próximamente En Físico) Where stories live. Discover now