Capitulo 75: Nunca debí confiar en ti (Parte I)

26K 2.8K 311
                                    

4/5 MARATON

Capitulo 75: Nunca debí confiar en ti (Parte I)

Abrí los ojos pero todo estaba completamente oscuro y negro, todo olía a humedad y me faltaba el aire, fue cuando me di cuenta de que tenía una bolsa sobre la cabeza, intenté mover las manos pero noté que estaban presas en las muñecas con cuerda.

Estaba secuestrada.

Iban a matarme, estaba en enormes problemas.

Mi respiración empezó a descontrolarse ocasionando que la bolsa se me pagara a la nariz por el escaso aire que apenas entraba, casi asfixiándome.

«Calma, calma, nada lograrás desesperándote Nube».

«Respira, lento, calmada».

Tenía que controlar mi ansiedad y desesperación, tenía demasiada sed, quería agua.

El auto no se movía.

Me quité la cuerda de las manos porque el nudo no estaba tan duro; como si lo hubieran hecho de manera improvisada, me quité la bolsa del rostro tomando una profunda respiración llenando mis pulmones. Miré alrededor, estaba acostada en la parte de atrás de una camioneta cerrada, me asomé a los demás asientos; no había nadie.

Raro.

Miré a través de los vidrios oscuros viendo que habían muchos arboles y solo una casa de madera muy sencilla.

¿Pero donde estaba?

De repente la puerta de la pequeña casa se abrió y observé a dos personas salir, entrecerré los ojos observándolos mejor, no conocía a uno de ellos, era alto y lleno de tatuajes con barba blanca, pero cuando miré al otro sentí que me quedé sin aire al reconocer quién era.

Gabriel.

El mismo del que Hades desconfiaba a pesar de ser de alguna forma hermanastros aunque nunca lo admitiera.

Ahora estaba completamente confundida, ¿por qué...?

Noté que se empezaron a acercar y me escondí un poco preparándome para atacar cuando vinieran a abrir.

—Ya sabemos que siempre va a acceder si se trata de ella —dijo una voz que reconocí como la de Gabriel—, solo necesitábamos la oportunidad perfecta.

—Más le vale. —dijo el otro hombre de barba blanca.

Tragué pesadamente saliva y me preparé encogiendo las piernas, en cuanto abrieron la cajuela y se inclinaron hacia mí les dí una patada a los dos directo a la cara, ambos jadearon de la impresión inesperada y yo no perdí tiempo, salí como un trampolín del auto corriendo completamente despavorida de ahí hacia los arboles porque no podía encontrar la carretera.

Era esto, no reaccionaba siempre con un instinto de supervivencia desarrollado.

De seguro que en mi otra vida fui espía.

Corrí sabiendo que mi vida dependía de esto y empecé a descender entre los arboles agarrando cada vez más velocidad y como no, mis pies se enredaron entre sí cayendo sin control al piso y empezando a rodar hasta que me estampé contra un tronco.

Auch.

Jadee adolorida entreabriendo los ojos y entonces escuché los pasos cuando se acercaba Gabriel y el otro sujeto hasta donde estaba yo.

No era capaz de moverme, todo me dolía.

—¿Cómo pudiste? —solté mirando a Gabriel.

Él se mantenía serio, había algo diferente en su mirada de ojos verdes que parecía calculador y vengativo.

—Nada personal Nube —dijo Gabriel—, tengo mis propios intereses.

Mordí mi labio inferior, maldición, tenía demasiada sed.

—¿Por qué? —pregunté.

—Porque Hades me lo debe —soltó Gabriel resentido—, él mató a mi mujer, por él nos atraparon, por su culpa mi mujer está muerta, ahora haré lo mismo con él, voy a destruir su vida y darle donde más le duele. Tú.

Este hombre estaba de mente, era un completo desquiciado, tal vez si lo convencía de que Hades y yo no eramos nada, iba a creerme.

—No hagas esto, Gabriel —susurré—. De hecho lo que sucedió con el profesor Parker fue cosa de una vez, esa en que nos descubriste.

—No trates de mentirme —dijo de forma burlesca—, sé de su relación desde hace tiempo por Zeus, ¿por qué crees que me metí en la universidad? Voy a destruirle la vida.

Mierda.

Apreté los labios, él lo sabía todo desde el principio.

—No lo hagas —susurré—, fui tu amiga.

Quería tocar alguna fibra de su corazón, sin embargo él no pareció inmutarse.

—No me pidas piedad que no tengo —Gabriel sonrió—, nunca la tuve.

Se acercó a mí, pude notar que el otro sujeto tenía un arma, le vi la cara, no lo reconocía de nada, tenía la nariz enyesada como si se la hubiera roto, y entonces fue que recordé que de hecho el 3er hombre que entró a mi casa le di una patada en la cara tan fuerte que le rompí la nariz.

Era él. Estaba aquí.

Pero... Hades había dicho que había muerto de sobredosis.

Me mintió, ¿pero por qué?

Joder, iban a asesinarme.

—¿Por qué ahora? —le susurré a Gabriel sabiendo que no tenía escapatoria.

Se encogió hombros.

—Necesitaba la oportunidad perfecta y un aliado perfecto —miró al de la barba blanca diciendo:— Él quiere venganza y yo también. Luego de que le quitemos todo el dinero a Hades dejándolo en la calle, le dejaré tu cuerpo sin vida como regalo.

Este hombre hablaba de matarme como si fuera algo cotidiano.

El hombre de barba blanca se acercó a mí, su mirada era frívola, su arma balanceándose en su mano.

—¿Quién eres? —pregunté.

Él me sonrió, todos los tatuajes de su cuerpo me atemorizaban, incluso tenía tatuajes alrededor de la cara.

—Muchos me conocen como Titán —se presentó—, tu novio me debe una muy grande, se metió con mi exesposa. No perdono que se metan con lo que es mío.

De repente vino claro a mi cabeza, cuando Hades me dijo que cuando era joven se había metido con Kora cuando estaba casada y su esposo loco se enteró tiempo después siendo peligroso.

Él era el exesposo loco de Kora.

Al parecer las sospechas de Hades eran ciertas, Titán estaba junto con otras personas más.

—¿Por qué quisiste robar mi auto? —dije sin comprender, él tenía cara de loco demente pero no de drogadicto como Zeus y Jenny.

—No realmente —admitió Titán, su rostro enrojeciendo—, solo quería entrar a tu casa y saber quién eras, pero terminaste rompiéndome la puta nariz.

Él pareció de repente enojarse aún más, sus ojos casi saliendose de sus órbitas mostrando que no estaba bien mentalmente.

—Eres linda, pero tu hermosura me molesta —continuó diciendo Titán.

De repente me dio una patada en el abdomen sacándome el aire, me protegí colocándome en posición fetal para evitar que siguiera lastimándome con las demás patadas.

—Basta, basta, contrólate —dijo Gabriel apartando a Titán de un empujón, Titán perdió el equilibrio cayendo al suelo y esos segundos fueron lo que necesité para ignorar todos mis dolores y me levanté sintiendo una descarga de adrenalina que me impulsaba a huir corriendo con todas mis fuerzas.

Y me perdí entre los árboles del bosque.

.

.

.

.

**********

Instagram: Ysarisareinamoo

Profundamente Tuya (#2) {Completa} (Próximamente En Físico) Where stories live. Discover now