•35•

608 44 158
                                    

05 de Enero de 1994

[Narra Joey]

Seguimos en casa de mi nana, no pregunten como pero sorpresivamente Corey no la esta pasando para nada mal. Llevamos más de dos días seguidos teniendo sexo...lo cual me tiene muy agotado.

Me encuentro tomando una ducha caliente, siento como mis músculos se relajan por el contacto con el agua, tomé un poco de shampoo para lavar mi cabellos, estoy pensando seriamente en teñirlo ¿creen qué un rojo intenso se vea bien? Aunque sea sólo unos cuantos mechones.

Me aseguré de que no quedará un rastro de jabón en mi cuerpo, salí de la bañera para poder secarme, levanté mi mirada, quedando justo frente al gran espejo, me miré por unos segundos...¿siempre he sido asi de delgado? Parezco un popote con piernas carajo, no hace falta que me digan que tengo un problema de autoestima.

Amarré una de las toallas a mi cadera para poder salir, odio que mi cuarto no tenga baño propio y más en estos tiempos de frío. Antes de salir volví a mirarme, tenía todo mi pecho lleno de mordidas junto con marcas rojas, las que hizo Corey anoche. Lo que menos quiero es que alguien de mi familia las note.

El pasillo estaba despejado, gracias al poderoso Ozzy alguien prendió la calefacción de la casa, por lo que ya no se sentía mucho la brisa fría. Apenas estaba oscureciendo, mi nana estaba preparando chocolate caliente y mi tío Matt ya no estaba más en casa. Mejor no podría estar.

- ¡Díos mío tápate Nath! Te vas a enfermar cariño.- escuché detrás la voz de mi abuela. Siempre preocupandose por mí.

- Acabo de salir del baño, ya estaba por cambiarme.-

- Pues date prisa si no quieres pescar un resfriado.- respondío seria. Tenía miedo de que viera todas las marcas, por lo que salí corriendo directamente a mi cuarto.

Ahora que lo pienso, también odio dormir hasta el último maldito piso. Antes de abrir la puerta escuché música que provenía de este, con que Corey que no estaba dormido eh.
Una imagen bastante relajante entró en mi campo de visión. Precisamente el rubio recostado en la gran cama, no estaba dormido pero al menos estaba descansando, vi como sus ojitos estaban apunto de cerrarse.

- Veo que ya descubriste mi colección.- dije sonriente. Se espantó un poco pues no me había visto entrar y al verme, sonrió también.

- Tienes de todo en esa caja. Era imposible que no me diera cuenta.-

Bueno al menos aburrido no esta. Me detuve frente a mi maleta, no sabía que ponerme...y pues ya no me quedaba mucha ropa limpia. Yo sólo empaqué lo esencial para tres días, ya llevamos más de una semana aquí. Saqué una playera negra junto con mis clásicas bermudas del mismo color, algo bastante prático pero comodo, sentí la mirada de Corey sobre mí en todo momento.

Pero ya dije, estoy agotado y con el pecho lleno de mordidas. Le miré de vuelta, al instante fingió estar dormido y también como si yo no estuviera más ahí.

Con la misma toalla que tenía atada, sequé mi cabello. Quería acostarme ahí junto a él, y se preguntarán ¿qué fue lo que te detuvo?

Su celular comenzó a sonar y parecía ser alguien muy insisitente porque no paraba de mandar mensajes hasta que decidió llamarle, no sabía quien era y tampoco pregunté. Corey con su mirada algo confundida contestó y prefirió salir de la habitación, supongo que para más privacidad.

Me senté en la cama, mi cerebro se encendió ¿Qué carajo acaba de pasar y por qué se salió? ¿Quién era? Por más que intenté no pensar en cosas negativas no pude, me puse mis converse para poder bajar a la cocina y aunque sea relajar mis nervios con una gran taza de chocolate. Me asomé por el pasillo, ahí estaba él aún en la llamada y sentando al borde del primer escalón, no le molestará si...poco a poco me acerqué, con el cuidado de que no me viera y que yo pudiera escuchar.

ꨄ︎𝙏𝙝𝙚 𝙃𝙮𝙗𝙧𝙞𝙙 𝙈𝙤𝙢𝙚𝙣𝙩 //𝘑 𝘖 𝘙 𝘌 𝘠 ꨄ︎Where stories live. Discover now