Uno

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Gulf soltó un suspiro y se limpió la lagrima con violencia, poco le importo si dolía o no el rostro. Había un profundo odio dentro del pecho por el hombre que acababa de azotar la puerta dejándolo solo, con una mejilla roja e hinchada, que próximamente se volvería de un asqueroso aspecto entre verde y morada.

Hace tres años atrás ese odio era puro amor y adoración.

Hace tres años había empezado una relación que terminó en nada. Se juntaron siendo novios, el alfa había prometido una gran alianza y una pronta marca de amor.

Los meses habían pasado y la marca jamás llegó, al paso de los años el alfa menos quería morder al omega, ya que aquello le quitaría la libertad de probar nuevos omegas, una marca en el cuello del omega lo haría preso a él.

El día que George uso si voz de mando en contra de Gulf, fue cuando el omega decidió que ya no deseaba atar su vida junto a él.

Ya no se buscaban en sus celos, sus lobos se habían distanciado, pero Gulf, cuyo omega tan ingenuo y sensible fue lo suficientemente ciego para seguir creyendo que podía arreglar su relación.

En ese deplorable instante, sentado en el frío piso, su temblorosa mano pasó por su mejilla lastimada, mascullo lentamente y sintió el sabor de la sangre en la boca, ese fue el momento que comprendió que no había solución.

Era la tercera vez que George lo golpea... y había decidido que sería la última.

Hizo de su parte, cumplió como omega y el hombre no fue lo suficientemente alfa para aceptar la responsabilidad.

Hace tan solo una hora atrás George llegó a la casa que compartía con el omega. Esperaba tomarse un baño, cenar lo que Gulf haya preparado e ir a tomar con su nuevo grupo de amigos. Todos eran solteros, y él se comportaba como uno más.

La primera razón de su irritación es el haber encontrado la mesa sin ser servida, como lo ha estado exigiendo todos los días. La segunda fue razón para enojarse, pues fue la siguiente; bien le había ordenado al menor que no quería verlo, por lo que ordeno que después de preparar la cena debía encerrarse en su habitación. La falta de una empleada se debe a que George tiene la mentalidad de que tener un omega es tener servicio completo en casa.

Suspiro rodando los ojos cuando encontró al omega esperándolo en la sala. Todo lo contrario, a lo que había exigido. Ya sabía que el menor lo esperaba para reclamos, pues es para lo único por lo que lo esperaría.

¿Qué le cuesta ser un maldito omega? Aceptar que como alfa hará lo que quiera y Gulf no era nadie para reclamarle nada. Si quería pasar momento con otros omegas él debía aceptarlo, si lo golpeaba debía entender que se lo merecía ¿Qué le cuesta someterse? El orgullo no es algo que un omega deba tener.

Bien podía abandonarlo, pero una de las razones es que su imagen importaba mucho y Gulf era todo lo que necesita para reflejar una figura de un gran y respetado alfa. Abandonarlo ponía en peligro su buen puesto laboral, una sola llamada del Alfa Kanawut y volvería a las calles, ya que el omega le fue entregado siendo objeto de sus negocios "un buen trabajo a cambio de una buena vida al lado mi hijo" lastimosamente era un trato entre alfas, Gulf ignoraba aquello, su padre era tan machista como George y su madre era una omega sometida, sumisa y llorosa que no era capaz de dar un gemido como queja ni para defender a su hijo cuando se trata de la opinión del menor.

Pero para George, Gulf era su orgullo ante la sociedad, era un omega precioso que lo hacía ver como una alfa ganador. Un buen trabajo gracias a un trato con el padre del omega, una casa de lujo y la cereza del pastel; un bellísimo omega... un omega que definitivamente lo superaba.

Mi omega, mi Dios!Where stories live. Discover now