Veinte

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Gulf no llego en quince minutos como había prometido.

Su celular sonó tantas veces y las lágrimas no paparon de deslizarse por las mejillas, había bloqueado todas sus emociones absorbiendo solo todos sus miedos. Teo no podía sentir algo tan terrible. Es difícil para Gulf compartir un lazo tan fuerte con su cachorro cuando constantemente se siente atormentado.

Ya de noche cuando ya no había rastro alguno de llanto en su cara y podía volver a caminar llegó a su casa, a pasos lentos y más encorvado que nunca. Tan asustado como los primeros días en la que escapo de él.

Busco a manos temblorosos en el bolsillo de la chaqueta la llave de su casa e intento abrirla, pero antes de meter la llave en la cerradura la puerta se abre de golpe revelando a un alfa muy preocupado y ansioso.

—Omega! —lo llama todo desesperado rodeándolo y envolviendo su aroma en él.

Gulf gime bajito, encontrando consuelo en esa acción. Cierra los ojos encontrando paz y cae una lagrima, Mew lo seguía salvando aun sin hacer acto de presencia, sus feromonas fue lo único que lo salvo, si no lo hubiera marcado, si tan solo... en ese instante le estaría llorando a los Dioses suplicando por su salvación.

—Qué es eso? —Mew se aparta con ojos muy abiertos y la alerta en sus acciones, ha sentido feromonas de otro alfa en su omega, se horroriza al ver los raspones en la mejilla izquierda de su omega y sus ojos brillantes y temblorosos.

Lo toma del muslo, levantándolo y rodeándolo en sus brazos, lo envuelve en feromonas más posesivas rayando a lo violento.

Gulf cierra los ojos, rodea con sus brazos el cuello de su alfa y oculta su rostro en el rincón de su cuello, se agarra fuertemente a él, como si temiera perderlo y quedarse solo de nuevo.

Entran en la casa, y el omega no se permite abrir los ojos y liberar más lagrimas mientras en silencio se refugia en su alfa.

Mew no dijo nada, sintió el aroma de otro alfa en su omega y sabe que el menor esta asustado.

"Nuestro omega hablara cuando esté listo"

Se sienta en el sofá, con su omega en sus brazos, su alfa rasguñaba por salir en las calles, rastrear ese repugnante olor y terminar con la insignificante existencia. Pero no era el momento, el bienestar de su omega era todo lo que importaba.

Con cuidado le quita el gran abrigo que lo tapaba hasta las rodillas, mismo que él le había comprado y regalado cuando descubrió cuan friolento es y lo deja caer al suelo, luego busca quitarle el suéter de lana, la calefacción estaba encendida y Mew quería que este cómodo y relajado, abrigarlo con el calor de su cuerpo, sentir su piel y asegurarse que está bien.

—Levanta los brazos para mi omega —pide, su voz era mucho más profunda, el tono bajó muchos grados, como una amenaza, Gulf no dijo nada, pero sabe lo que le ocurre, solo obedeció y dejo que el alfa le quite el grueso abrigo, gime como un perro lastimado cuando siente el golpe quemar su pecho al levantar sus brazos, pero no las baja hasta que Mew le quita en abrigo— buen omega — beso su frente y lo rodea con cuidado, como si temiera romperlo —eres muy bueno para tu alfa —murmura bajo, se acerca a su rostro y lame las raspaduras de su mejilla y limpia las lágrimas— relájate mi amor, deja que tu alfa te cuide.

En respuesta escucha un gimoteo vulnerable y temeroso, eso empeora la ansiedad del mayor, quien lame toda la cara limpiándolo de rastros de otro alfa, se dirige a la herida ardiente en el cuello y lo cura con cuidado, el mismo tiempo toda la casa se llena de feromonas de alfa enojado y celoso.

La puerta se abre de golpe revelando a un Mild muy agitado, sudoroso y asustado. El estruendo hace que el menor gima temeroso intentando hundirse en el pecho de su alfa, no ha vuelto a abrir los ojos, y no quiere nada que no sea estar allí, en sus brazos, sabe que su cachorro está tranquilo, probablemente dormido, lo podría sentir al más mínimo sentimiento negativo, es por ello que solo busca el consuelo de su alfa.

Mi omega, mi Dios!Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang