Epilogo

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Gulf escucha la puerta de su casa abriéndose y camina directamente al recibidor consiente de quien ha entrado.

—Hola cachorro —saluda amoroso con los brazos abiertos recibiendo a su hijo mayor.

— Papi— su omeguita deja caer la mochila en el suelo y va directamente a meterse entre los brazos de su padre omega.

Aún sigue siendo tan pequeño, preciosamente adorable, y la mayor adoración de sus padres.

La puerta se abre de nuevo apareciendo el alfa que llega corriendo para abrazar a sus omegas — amor — dice abrazando a su omega dejando a su pequeño hijo en medio, Teo es tan pequeño que su estatura apenas ha llegado a la altura del pecho de su padre omega. Mew toma el rostro de su omega y le planta un beso fugaz pero enamorado —te extraño— murmura con una sonrisa traviesa.

—Alfa — responde también con la misma sonrisa — hace media hora nos vimos antes de que vayas a buscar a los niños del colegio.

Inconscientemente se alarga el labio inferior del mayor y hace un puchero con la que mata a su omega —es mucho tiempo— responde picando sus labios.

Gulf acaricia el cabello de su omeguita recibiendo los enamorados besos de su alfa, su hijo aun en medio de ellos con la carita hundida en el cuello de su papá, esta de puntitas con sus ojitos cerrados.

—¿Dónde están los gemelos? — dice buscando a sus dos alfas en la entrada —hoy debías llevarlos a su clase de karate alfa— reclama preocupado.

—Están en el auto— responde Mew viendo la cara de su omega horrorizarse al saber que dejo a sus dos hijos de seis años solos en el auto — solo quería un beso amor — dice rápidamente besándolo de nuevo, luego se agacha besando la cabecita de su hijo mayor— ya me voy cachorro — le susurra para luego incorporarse y besar de nuevo a su omega —te amo— dice separándose y saliendo de nuevo de la casa —¡nos vemos en tres horas, los adoro! —escapa antes de recibir el regaño de su omega.

Gulf se queda quieto, escuchando el rugir del motor del auto de Mew saliendo de la cochera, alejándose — cobarde— susurra, con su hijo aun hundido en sus brazos si moverse ni un centímetro.

Baja la mirada con una sonrisa en sus comisuras y acaricia el ondulado cabello de su cachorro que le llegaba a los hombros, es un omega tan bonito.

Teo es pequeño, su piel parece tan tierna como la de un bebé y sus labios tan rojos y preciosos como la de su padre. Una mini copia de su padre omega.

Besa su cabeza y libera sus feromonas para su hijo sabiendo que las feromonas de Mew que lo marcan muchas veces dificulta que sus cachorros puedan conseguir sentir las suyas, se alegra cuando Teo respira más relajado, demostrando que ya sintió las feromonas de su padre omega, pero no ignora que no se ha separado de él desde que llegó, son muy cariñosos, les gusta el contacto; sin embargo, Gulf conoce demasiado bien a su primer hijo.

—Está todo bien amor? — pregunta buscando la manera de sacarlo del rincón de su cuello y ver su aniñado rostro.

Teo asiente agarrándose de la ropa de su papá, no dice nada.

—Bebé dime que pasa— Gulf habla con voz suave y comprensiva, intentando sacar a su omeguita del refugio en la que se ha metido, a la vez acaricia su oscuro cabello —¿alguien fue desagradable contigo?

—No papi — responde, su voz suavecita y delicada choca contra la piel de su padre —todos son amables — sigue hablando saliendo lentamente del cuello de su padre, con la mirada baja  jugando con sus deditos que apenas salían de su gigantesco suéter lila pastel.

Mi omega, mi Dios!حيث تعيش القصص. اكتشف الآن