Quince

3.1K 362 102
                                    

—Y para restarle acidez a tu salsa de tomate, le agregas una cucharada de miel —Gulf explica observando como el alfa obedece a su instrucción.

Mew abre el pote de miel y vuelca casi la mitad del contenido en la olla.

—Alfa no!!! —se apresura en apartar la miel de la olla, pero ya era tarde, la salsa de tomate hierve mezclándose con una gran cantidad de miel— recuerdo que dije una cucharada —menciona irónico viendo el desastre que ya crearon en la cocina, al intentar apartar la miel se ha derramado sobre ellos.

Ni horneando galletas con Teo hacen tanto desastre.

—Me pareció muy poco una cucharada, no la voy a sentir —explica el mayor acercándose al menor, tomando sus manos —nos manchamos de miel — murmura entrelazando sus dedos pegajosos.

—Manchaste nuestra ropa y hasta el piso de miel— se ríe el menor— y el punto no era sentir la miel— explica entre risas.

Mew no responde, levanta sus manos unidas observando con cierta inquietud la miel deslizándose sobre la piel del omega, ni siquiera titubea para terminar lamiendo los dedos.

En segundos las feromonas de Gulf se vuelve más densa con ese simple e inesperado acto, no oculta el jadeo mezclado con un gemido peculiar, a medida que ve como los labios del alfa recorre su brazo hasta los dedos, hace que solo trague saliva por la imagen lasciva creado ante sus ojos, Mew no aparta la mirada de los labios de la omega a medida que recoge la miel con la lengua.

Las feromonas del alfa hacen acto de presencia, hay deseo por ambas partes, las feromonas no revelan otra cosa que no sea tensión sexual.

El omega retrocede cuando siente al alfa avanzar queriendo sentirlo con su cuerpo, el mayor deja las manos de Gulf sobre sus propios hombros esperando ser rodeado por los brazos delgados, poco les importaba si terminaban pegajosos, cuando había un incendio en sus miradas y el hambre sexual con exige la satisfacción en su desnudez. Rápidamente la cintura es rodeada por los largos dedos del Alfa, dejándolo acorralado contra la mesada y su gran cuerpo, sus intimidades rozan con éxito y jadean cuando hay una fricción exquisita.

El alfa tiene una erección que presiona y llama al suyo, el rostro del omega está muy roja y no niegan lo que sienten cuando se dan cuenta que con una simple caricia, la presión deliciosa en el lugar exacto, las feromonas sexuales y los labios que buscan al otro delatan el placer que posee el tacto entre los dos.

Mew junta sus frentes, y tragando el agua que se acumula en la boca, su manzana de adan se mueve majestuoso, saboreando en el ambiente —Dulce dulce dulce —murmura el alfa cuando siente el aroma del lubricante invadiendo su olfato.

—Alfa — lo llama en un susurro íntimo, es húmedo y caliente el ambiente, le gusta, arquea la espalda para su alfa, haciéndose desear al revelar su lado lascivo, un lado tan desconocido para el mayor y a la vez excitante, revela un gemido suave y masculino que emite ciertos omegas para llamar a su alfa para aparearse.

Mew pierde todo control, muy emocionado toma al omega de los muslos dejándolo sentado sobre la mesada, respondiendo al llamado sexual con un murmullo de rugido vigoroso y dominante para su omega, no pierde tiempo en acomodarse entre las piernas del omega y decide que debe tomarlo en ese instante o se volverá loco. Ni quiera nota cuando sus colmillos han crecido, solo sabe lo emocionado que se encontraba por anudarlo y reclamarlo de una forma salvaje solo con el fin de satisfacer hasta morir a su omega.

—Pero que ha sido eso Agente Jirafon!? ¿Acaso es una nueva misión por... por rrevolser?¡ — Gulf aparta los labios antes de ser besado y Mew se deja caer sobre su pecho con evidente decepción.

La infantil voz de Teo desde la sala los trae a la realidad como un golpe seco contra el suelo, Mew se alejó tomado bocanadas de aire y buscando calmar lo incontrolable.

Mi omega, mi Dios!Where stories live. Discover now