cristian y mara se conocen gracias al hermano de la última, nunca cruzaron más de dos palabras pero la tensión entre ambos era palpable. el casamiento de un amigo en común puede cambiar el rumbo de la vida de ambos.
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me desperté al día siguiente con golpes en la puerta de mi habitación, mis ojos tardaron en abrirse. cristian me había dejado exhausta, él si que sabía como tratarme bien.
me senté de golpe en la cama al darme cuenta que el cordobes seguía a mi lado, tenía el torso desnudo y también le estaba costando despertarse.
le hice una señal de silencio y me destape sin pudor alguno, ya me había visto desnuda, para tomar su remera y finalmente abrir la puerta sin dejar que se observe el interior de mi habitación.
muriel estaba del otro lado mirándome con una sonrisa en el rostro.
- mira la cara que tenes, ni yo que estuve hasta el final de la fiesta estoy como vos ¿con quien te fuiste? - me preguntó, estaba lista para un interrogatorio completo
- con nadie, muri - respondí rezando por dentro que deje el tema
ella entrecerro los ojos y negó sonriendo. no me iba a dejar sin una respuesta, no importaba si no la obtenía en ese momento, sabía que de alguna forma lo iba a averiguar.
- tenes todo el rimmel corrido y los pelos para todos lados, sos un desastre para dormir y no te sacaste el maquillaje o tuviste una de las mejores noches de tu vida
mis mejillas se pusieron rojas de tan solo recordar lo bien que la había pasado con cristian, nunca antes una persona me había hecho sentir como él lo hacía.
- tampoco para tanto, muri
acomode un poco mis pelos, ella tenía razón, estaba hecha un desastre. debía tomarme una ducha urgente.
- ¿es cristian? ¿esta aca todavía? - preguntó casi confirmandolo, aunque era bastante obvio para cualquiera que nos haya visto ayer por la noche, desaparecimos juntos al mismo tiempo.
antes de que pudiera responder apareció lisandro, se ve que recién salía de la ducha.
- ¿que pasó con el cuti? - preguntó mientras se secaba el pelo con una toalla
con muri nos miramos sin saber que responder, no quería que se enterase sobre nosotros y menos que todavía estaba prácticamente desnudo en mi habitación.
- nada que ayer casi no lo vimos, se fue temprano - respondi intentando disimular la situación, muriel poco más se me reía en la cara
- dejemos que mara siga durmiendo, amor, y saquemos a polo un rato - le hablo mi cuñada a lisandro, este acepto al instante y se olvidó por completo del tema cristian, a veces era muy despistado
espero a que ambos se alejaran por el pasillo, muriel se giró para guiñarme un ojo. suspire para volver a entrar.
cristian estaba sentado en la cama, sus brazos estaban extendidos sobre la misma y él seguía en cuero. se podían ver sobre su pecho un par de rasguños míos, me mordí el labio sin poder evitarlo.
- hay algo que no me quedo claro ¿fue una de las mejores noches de tu vida o no fue para tanto? - me dijo haciéndose el canchero, como siempre acostumbraba
él sabía la respuesta solo que quería que yo se la diga, no le iba a dar el gusto por lo que decidí no prestarle atención, la situación ya se me estaba yendo de las manos y no me gustaba todo el poder que tenía cristian sobre mi.
- ¿por qué seguis en cuero? aprovecha que salieron asi te vas - pregunte mientras me dirigía hacia mi armario, debía tomar una ducha y revisar si había recibido alguna respuesta por parte de las empresas a las que había enviado mail
cristian en ningún momento despegó sus ojos de mi, me seguía con la mirada. ponía mis nervios de punta.
- no se, capa' es porque tene' puesta mi remera - me respondió levantándose para acercarse hacia mi
retrocedí un poco, no quería que estemos tan cerca, no confiaba en mi misma. tomé lo que quedaba de mi ropa y comencé a dirigirme hacia el baño de mi habitación.
el cordobes me tomó del brazo e hizo que nos enfrentemos, mi respiración se entrecorto.
- deja de hacerte la boluda, mara. no pode' escapar siempre de mi, de alguna u otra forma terminamo' juntos
acarició mis mejillas con sus manos, cerre los ojos ante su tacto. sabía que tenía razón, que no podía estar toda mi vida alejándome de lo que me hacía bien, de él, pero no lo podía aceptar. no todavía.
me volví a alejar con todo el dolor del mundo, no me sentía lista, no quería ni siquiera pensar en las consecuencias que nos podían traer estar juntos oficialmente. él no volvió a hacer nada para detenerme.
me cambie rápidamente la remera en el baño y cuando salí se la devolvi, se sintió raro no sentir su aroma cerca. me dio un beso en la mejilla luego de colocarse la remera y se dirigió hacia la puerta de la habitación.
- cuando estés lista sabes donde encontrarme
cuando se fue me sentí mal, quería un futuro con él pero el miedo y la ansiedad me ganaban. no era tan fuerte como aparentaba.
me di una larga ducha, necesitaba pensar y desestresarme un poco. sabía que le iba a dar vueltas al tema cristian toda la semana.
cuando terminé me dirigí hacia la cocina junto con mi computadora, lisandro y muriel ya habían vuelto y estaban ambos mirando televisión abrazados. me daba demasiada ternura el amor que se tenían.
me senté a revisar en silencio, me daba dolor de panza solo pensar que ninguna empresa o club me respondiera. mi pierna no paraba de moverse, tenía tres respuestas.
una era de un club y las otras dos de tiendas pequeñas. al instante supe lo que me convenía aceptar y también putee por lo bajo, el destino me llevaba siempre a su lado.
me volvería a encontrar con cristian, parecía que por más que quisiera todo indicaba que debía estar con él, que me debía arriesgar.
