cristian y mara se conocen gracias al hermano de la última, nunca cruzaron más de dos palabras pero la tensión entre ambos era palpable. el casamiento de un amigo en común puede cambiar el rumbo de la vida de ambos.
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lisandro se tomó la noticia muy bien, demasiado a mi parecer. me había dicho que estaba tranquilo porque iba a estar en la misma ciudad que cristian y que confiaba que él me iba a cuidar. si tan solo supiera las cosas que habíamos hecho los dos juntos no pensaría de la misma forma.
muriel fue un poco más sensible, lloró y me dijo que me iba a extrañar. realmente me iban a hacer falta ambos en mi día a día pero era momento que comience a vivir mi vida.
estaba junto a mi cuñada en mi habitación terminando de armar las valijas. viaja por la noche y a la mañana siguiente ya comenzaba a trabajar en el club.
estaba muy nerviosa, una cosa era ver a cristian de vez en cuando y otra completamente distinta era verlo todos los días, incluso los de partido. no me iba a poder librar de lo que sentía por más que quisiera.
- ¿en que pensas? estas como ida, mara - me dijo muri doblando la ropa para que entre en una de mis tres valijas, no tenía idea como iba a hacer para llevar todo yo solo en el aeropuerto
la mire dudando si responder lo que realmente me sucedia, admitirlo en voz alta era una cosa distinta, le daba vida a esos sentimientos, ya no había escapatoria.
suspiré y me senté en la cama dejando de lado lo que estaba guardando.
- no se si quiero verlo a cristian todos los días, me da miedo lo que pueda llegar a pasar - respondi mientras frotaba mis manos con mis muslos en señal de nerviosismo
- primero que nada no vas a dejar escapar uno de tus sueños por un chico, trabajaste desde chiquita para poder conseguir lo que queres, vas a ir a londres y vas a hacer lo que más te gusta
tomó la silla de mi escritorio y la corrió para poder sentarse frente a mi, me tomó de las dos manos y las acarició. siempre había sido como una hermana para mi.
- si pero tengo miedo, no se que puede pasar estando los dos solos en una ciudad
mis ojos comenzaban a llenarse de lágrimas, lo quería a cristian, obvio que lo hacía, pero siempre algo me frenaba.
- tenes miedo de enamorarte, marita, pero te aseguro que es lo más lindo que te puede pasar. entiendo que te asuste, es normal, pero no podes dejar que eso te paralice. cristian es una increíble persona, lo sabes más que nadie eso, y estoy segura que nunca te lastimaria, literalmente está hasta las manos con vos. permitite sentir y amar, déjate amar también
a ese punto las lágrimas ya estaban bajando con rapidez por mis mejillas, me estaba desahogando. necesitaba largarlo.
nos quedamos un rato abrazadas hasta que logre calmarme.
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cuando llamaron por mi vuelo y me tuve que despedir de lisandro caí que todo estaba siendo real, que después de tantos años viviendo junto a él nos íbamos a separar por fin.
