cristian y mara se conocen gracias al hermano de la última, nunca cruzaron más de dos palabras pero la tensión entre ambos era palpable. el casamiento de un amigo en común puede cambiar el rumbo de la vida de ambos.
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la adrenalina que sentía dentro del campo, o más bien al costado del mismo, era mucho peor que lo que se podía llegar a percibir desde las tribunas.
desde donde me encontraba, a unos pocos pasos de ana, se podia observar todo, desde la tensión que sentian los jugadores del tottenham hasta la del propio tecnico.
intentaba dedicarme a tan solo sacar fotos, al fin y al cabo ese era mi trabajo, pero no podia hacer otra cosa más que observar a cristian la mayor parte del tiempo. sabía que se estaba adjudicando los dos goles realizados por parte del milan, que prácticamente daban vuelta la serie dejando al equipo ingles fuera una vez más.
apenas el partido finalizó y varios jugadores comenzaron a tirarse al suelo derrotados, algunos incluso llorando, me comencé a dirigir hacia donde cristian estaba observando las tribunas con la mirada perdida.
coloque una mano en su espalda llamando por completo su atención, sus ojos estaban brillosos pero ninguna lágrima caía por sus mejillas. me puse de puntita de pies para poder abrazarlo por el cuello, sus brazos se envolvieron alrededor de mi cintura.
no habían palabras que alcanzaran para que él se quedase tranquilo y se calmara. a cristian no le importaba ya haber ganado uno de los trofeos más codiciado por todos los jugadores, él queria seguir ganando y un gran paso era la champions.
me dediqué a acariciarle la espalda sin importarme cuan sudorosa esté, los pequeños temblores que le daban debido al llanto me estaban matando. daría mi vida entera porque siempre esté feliz.
- estoy acá, mi amor, llora todo lo que tengas que llorar, ya van a venir mejores tiempos
no tenia mucho más para decir, no cuando probablemente varias cámaras nos estaban siguiendo. nos quedamos ahí en silencio por unos minutos más hasta que llegó el momento de que se cambiara para que por fin podamos irnos a casa y estar más tranquilos.
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apenas llegó cristian se tiró al sillón con la mirada perdida, estaba sumido en sus propios pensamientos, claramente nada buenos.
le di por unos minutos su espacio, que estuviera tranquilo consigo mismo era lo que más necesitaba, pero que no comenzara a mostrar alguna señal, aunque sea llanto, me comenzó a preocupar por lo que tomé asiento a su lado colocando mi mano sobre su brazo.
- sabes que no es tu culpa ¿no, cris? - dije con la voz lo más suave posible
por primera vez desde que llegamos su mirada se dirigió hacia algo en especifico, ese algo eran mis ojos. me brindó una media sonrisa aún con los ojos cargados de lagrimas.
- aún así no deja de doler, de verdad creí que podíamos dar más. gananos la ida, merecíamos más, siento que siempre nos quedamos en la puerta de todo lo bueno - sabía que estaba intentando con todas sus fuerzas no mostrarse más vulnerable de lo que ya estaba
