Capítulo 2

3.3K 486 24
                                    

Harry se incorporó lentamente en una cama transfigurada, obvio ya que aún se parecía a la silla en la que había estado sentado anteriormente.

-Perdón por eso-, dijo Harry, tratando de incorporarse lentamente y notando la presencia de un segundo duende en la habitación.

-Come algo-, le exigió Griphook, indicándole una bandeja de bocadillos que tenía en el codo, -y no hace falta que se disculpe, señor Potter, entre el shock y sus bajos niveles de azúcar en sangre no es realmente sorprendente. Espero que no le importe, pero he llamado a nuestro sanador, Halfang, para que le examine y me ha comentado que padece diversos problemas debidos a una desnutrición prolongada, ¿es usted consciente de ello?-.

-Um, no, nadie ha dicho nada, incluso después de que me desperté en el ala del hospital-.

Griphook le entregó un pergamino en el que se detallaban los problemas de Harry, como uñas y huesos quebradizos, deterioro de la retina y falta de concentración. Era una lista aterradora.

-Aunque no podemos corregir estos problemas de la noche a la mañana, ni siquiera con magia, podemos ofrecer una variedad de pociones que ayudarán a revertir el daño causado y, con suerte, deberían llevarte a donde deberías estar dentro de un año-, declaró Griphook.

-Por un precio, supongo-, replicó Harry.

-Por supuesto-, resopló el otro duende, Halfang. -Los ingredientes cuestan dinero y el tiempo de los pocioneros es valioso-.

-Tu prometido es un pocionero con mucho talento-, sugirió Griphook, -si no quieres utilizar nuestros servicios siempre puedes ponerte en contacto con él-.

-No, gracias-, tragó saliva Harry, -estoy bastante seguro de que preferiría envenenarme a curarme. Al menos puedo estar seguro de que sus pociones son seguras-.

-¿Cómo puede estar tan seguro, señor Potter?-, inquirió Halfang, -los duendes somos bien conocidos por nuestra sed de sangre-.

-Porque por alguna razón Griphook al menos quiere ayudarme, supongo que es porque soy un cliente rico-.

-Eso y que ayudarte será una espina en el costado de Albus Dumbledore-, Griphook sonrió maliciosamente.

-¿De verdad te cae tan mal?- preguntó Harry.

-No-, resopló Halfang. -Habla mucho de inclusión e igualdad de derechos para todos, pero en realidad no hace nada; ni escribe leyes para ayudar ni utiliza su poder para detener las que escriben otros. Si se le permite seguir sin control, entonces estaremos en peor estado que antes de la rebelión de los goblins-.

-Eso apesta-, dijo Harry, -¿hay algo que pueda hacer para ayudar? No soy un gran fan de mi fama, pero sé un poco cómo funciona y tal vez pueda hacer algo para ayudar-.

-Técnicamente ni siquiera necesitas usar eso-, explicó Griphook, -ya que los registros dicen que actualmente tienes tres escaños en el Wizengamot, lo cual es un buen bloque, y aunque todavía no puedes votar debido a tu edad, puedes nombrar un apoderado que votará como tú quieras-.

-Bien, ¿hay alguien sentado como apoderado en este momento?-.

-Albus Dumbledore-, siseó Griphook.

-Debería haberlo sabido-, gimió Harry. -¿Vale la pena echarlo ya? No sé mucho de política en general, y mucho menos de política mágica, así que no sé cuáles son mis derechos-.

Griphook suspiró. -Depende de tus planes. Con Dumbledore como tu guardián mágico no tienes muchas opciones, especialmente dada tu edad y falta de conocimientos contra los suyos, cualquier movimiento que hicieras él podría intervenir y contrarrestarlo-.

THE PRICE OF FREEDOMWhere stories live. Discover now