Capítulo 48

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Harry se revolvió un poco la túnica mientras estaban en la fila de recepción. Había asistido a bailes antes, pero siempre en Navidad, cuando no resultaba tan extraño llevar túnicas formales. Le parecía un poco exagerado para pleno verano, aunque había conseguido unas bonitas de lino, de un gris marengo claro que combinaba con el gris marengo oscuro de Severus, su único consenso para la temporada.

-Menos mal que se me dan bien los hechizos antiarrugas o estarías hecho un desastre para cuando llegáramos-, se rió Severus.

-No es culpa mía-, resopló Harry. -No estoy acostumbrado a esperar para entrar en estas cosas. Normalmente ya estoy allí cuando llega todo el mundo-.

-Así que sí te gusta recibir un trato especial-, sonrió Severus con suficiencia.

Harry frunció el ceño. -¡No me gusta!-.

-Al contrario, querido. Saltarse la cola de bienvenida en eventos como este se considera un gran honor, normalmente reservado a invitados de honor o familiares. Como tú no eres de la familia, la mayoría te consideraría de la familia-.

Harry se quedó boquiabierto. -¡Pero yo sólo estaba allí como amigo, nada especial!-.

-Puede que tú lo vieras así, pero no sería así como lo vería la mayoría de la gente-, señaló Severus y la cara de Harry se desencajó. -No te digo esto para criticarte, Harry, sólo para que lo sepas. No estaría bien que la gente que no te conoce te oyera quejarte de cosas así o podrían pensar que tienes derecho-.

-De acuerdo, gracias-, Harry asintió y sonrió a su prometido. -A veces no sé qué haría sin ti-.

-Probablemente habría perecido hace mucho tiempo-, dijo Severus.

Harry sonrió. -Probablemente. ¿Te he dicho lo agradecido que estoy de que aceptaras el contrato?-.

-No recientemente, no-, sonrió Severus con satisfacción. -Pero como también me ha llevado a la libertad, económica y en lo que respecta a mi carrera, entonces no creo que sea necesario el agradecimiento-.

-Y yo que pensaba que dirías que no era necesario porque te condujo hasta mí-, bromeó Harry.

-Dumbledore ya me había obligado a entregarte mi vida-, admitió Severus, -así que es más un cambio de términos que otra cosa-. Se inclinó para susurrar en el oído de Harry. -Aunque las sesiones de besuqueo son definitivamente una ventaja-.

Harry asintió con la cabeza mientras luchaba contra una oleada de deseo a medida que avanzaban por la fila de recepción. Sí, las sesiones de besuqueo eran sin duda una ventaja y Harry se preguntó brevemente si esa noche tendrían la oportunidad de escaparse a algún lugar para pasar un rato a solas pero, a juzgar por el número de asistentes y por el hecho de que la prensa también estaba allí, Harry lo dudaba seriamente. Era algo molesto y una parte de él deseaba poder quedarse en casa de uno de ellos con Severus en privado, pero sabía que había una razón para venir hoy aquí, varias de hecho, por mucho que le fastidiara. Una de ellas estaba justo delante de él y Harry se aseguró de esbozar una gran sonrisa mientras Severus y él pasaban por delante de Lysander y Pansy y Severus hacía lo mismo.

-Señorita Parkinson y señor Lestrange, gracias por invitarnos a su maravillosa celebración y mis más sinceras felicitaciones por sus esponsales-.

-Estamos felices de tenerlo aquí Profesor-, dijo Lysander, extendiendo una mano en señal de saludo.

-Severus por favor, Sr. Lestrange. Ya no soy profesor-.

-Probablemente estaremos en muchas de las mismas funciones en el futuro-, se rió Harry.

-Entonces será mejor que empieces a llamarme Lysander-, sonrió Lysander.

-Tampoco seré la señorita Parkinson por mucho tiempo, así que será mejor que me llames Pansy-, sonrió Pansy.

THE PRICE OF FREEDOMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora