Capítulo 42

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Harry estaba deseando que llegara la Navidad, sobre todo porque le garantizaba poder volver a pasar algún tiempo con Severus. Las cosas habían ido muy bien a principios de año, pero luego Severus alegó que tenía un montón de pociones que preparar y no pudo pasar tiempo con Harry. Harry se había sentido decepcionado, pero también un poco culpable, ya que probablemente él había sido la razón por la que Severus se había retrasado, así que lo había aceptado y esperaba con impaciencia que Severus terminara de ponerse al día, algo que sabía que no le llevaría mucho tiempo.

Desgraciadamente, sólo unos días después, la profesora Lobosca tuvo un desagradable incidente con una poción explosiva en una de sus clases. Harry no conocía todos los detalles, salvo que la profesora Lobosca había conseguido salvar a todos los alumnos, pero que ella misma había sufrido heridas graves en el proceso. Se había quitado de en medio al alumno y había levantado las manos para protegerse la cara, pero el líquido le había causado unas quemaduras químicas muy feas en las manos, que casi le corroían la carne hasta los huesos. Madame Pomfrey había intentado curarla de inmediato, pero al parecer había habido algún tipo de problema con los hechizos iniciales que utilizó y la pobre profesora Lobosca había terminado ausente durante un mes, durante el cual Severus había tenido que hacerse cargo de todas sus clases, lo que significaba que Harry lo había visto allí, pero no habían podido hablar ni nada, y el aumento de la carga de trabajo había significado que Harry tampoco había podido ver a Severus fuera de las clases.

Cuando la profesora Lobosca por fin regresó, se había mostrado un poco inestable, sobre todo en las clases prácticas, lo cual era comprensible, así que Severus había seguido asistiendo a sus clases para ayudarla, lo cual le había quitado tiempo que normalmente dedicaba a corregir o a preparar pociones para la enfermería, lo cual significaba que Harry no había pasado nada de tiempo a solas con el hombre antes de Navidad. Harry había esperado que Severus pudiera escaparse durante las fiestas, ya que los Slytherin solían irse todos a casa por Navidad, pero al parecer este año un grupo entero había decidido quedarse, lo que significaba que, como jefe de casa, Severus había tenido que quedarse también. Harry lo entendía, de verdad, pero eso no significaba que no fuera inmensamente frustrante y por eso estaba deseando que llegara el día de Navidad, ya que había una comida familiar con los Lestrange. Bella, Narcissa y Tom le habían dicho a Severus que tenía que asistir, o pena de muerte, así que Harry podía estar seguro de pasar al menos un día con el hombre, aunque sólo fuera eso.

Harry había disfrutado pasando tiempo con Draco y Lysander durante las vacaciones, así como saliendo con Sirius, mostrándole algunos de los lugares que Severus le había enseñado. Era bueno para Sirius también, ya que el hombre no lo hacía demasiado bien por su cuenta, Harry supuso que se debía a los fantasmas de Azkaban que aún persistían un poco incluso con la terapia. Vivir con Charlie definitivamente ayudaba, especialmente mientras Harry estaba en la escuela, y Sirius estaba bien en un turno normal, pero de vez en cuando algo sucedía y Charlie tenía que quedarse de repente y el cambio repentino e inesperado, junto con lo que tendía a ser una duración desconocida de la ausencia, a veces causaba que Sirius recayera un poco. Había mejorado en lo que se refería a pedir ayuda a sus primos e incluso había empezado a simpatizar un poco con Lucius, con quien se llevaba bien con las ideas que podían aportar del mundo muggle, pero seguía prefiriendo pasar tiempo con Harry, razón por la cual Harry intentaba reservar todo el tiempo que podía para su padrino.

Sin embargo, seguía queriendo pasar tiempo a solas y, en cierto modo, era agradable estar a solas en la mansión Potter, ya que le permitía hablar con Charlus, Dorea y su madre, algo que había dejado de hacer últimamente. Los retratos decían que no les importaba, pero parecían animarse un poco después de que Harry pasara un rato hablando con ellos, y Harry se preguntó si no debería comprarse algún tipo de agenda para intentar llevar la cuenta de todas las personas a las que tenía que ver durante las vacaciones.

THE PRICE OF FREEDOMWhere stories live. Discover now