Capítulo 23

1.5K 289 6
                                    

Los elfos domésticos aún parecían estar preparando todo cuando Harry y Lysander volvieron por floo a la Mansión Malfoy para el Baile de Año Nuevo.

-Creía que habíamos llegado a tiempo-. preguntó Harry mientras miraba a su alrededor para ver si veía a algún otro invitado.

-Han llegado a tiempo, pero les pedí expresamente que llegaran antes-, explicó Draco mientras entraba en la sala de recepción.

-¿Por qué?- preguntó Harry, perplejo.

-Bueno, para empezar, así puedo asegurarme de que los dos estan vestidos adecuadamente-.

-¡Eh!-, exclamó Harry. -Soy perfectamente capaz de averiguar qué ponerme gracias-.

Draco le dirigió una mirada mordaz. -¿Tío Sev vetó tus opciones antes de irse?- preguntó, indicando la túnica negra de Harry que tenía bordados dorados.

-No-, resopló Harry. -Severus no tuvo nada que decir en la elección de mi vestuario-.

-No, pero el retrato de tu madre te hizo cambiar cinco veces antes de dejarte salir-, sonrió Lysander con suficiencia y Harry lo miró mal.

-Me temo que es una prerrogativa de la madre-, sonrió Narcissa mientras entraba en la habitación de forma similar a Draco, aunque de algún modo más pulida. -No pudo ayudarte en tu primer baile, ¿verdad?-.

Harry sacudió la cabeza con tristeza, recordando demasiado bien el reciente viaje de culpabilidad de su madre en ese frente.

-Entonces ha sido muy amable por tu parte dejarle tener su momento ahora-, dijo Narcissa, dando una palmadita tranquilizadora en el hombro de Harry y, en esencia, acallando cualquier burla que Draco pudiera hacer.

Era una cosa que había sorprendido un poco a Harry de su amistad con Draco, que siguieran lanzándose insultos todo el tiempo, sólo que ahora no había malicia de por medio, aunque a veces llevaban las cosas un poco demasiado lejos, como en Navidad. Harry había vuelto a cometer otro desliz social y Draco se había preguntado si Harry estaba emparentado con algún gusano flotador, porque desde luego tenía la inteligencia de uno. Sin embargo, Harry se había reído.

-Es muy posible, no he comprobado mucho por parte de mamá, aunque debo admitir que preferiría tener el cerebro de un gusano flotador que la cara de un hurón-.

-¡La cara de un hurón!- exclamó Draco mientras le aparecían manchas rosadas en las mejillas.

-Harry, eso ha sido un poco exagerado-, había dicho Severus, dándose cuenta obviamente de que Harry había tocado accidentalmente un nervio. -Puede que sus rasgos sean bastante afilados ahora, pero estoy seguro de que su aspecto crecerá antes de que todos terminen Hogwarts-.

-Lucius desde luego que sí-, sonrió Narcissa.

Harry tuvo que reprimir una sonrisa al ver que los dos Malfoy parecían completamente ambivalentes, ambos insultados por la idea de que sus yos más jóvenes fueran de alguna manera menos que perfectos, pero prácticamente engreídos por la idea de que sus yos mayores cumplieran completamente sus elevados ideales. Narcissa había compartido una sonrisa de complicidad con Severus para felicitarle por ayudar a resolver la situación y Harry le había dado un apretón en el muslo por debajo de la mesa en señal de agradecimiento. Había sido un poco extraño, ya que Harry acababa de pensar en lo fuerte que era el muslo de Severus cuando había sentido un dolor agudo en la ingle. Se había estremecido al sentirlo y Severus lo había mirado preocupado, pero Harry le había hecho un gesto para que no se preocupara. El dolor no había sido muy fuerte y se le había pasado casi al instante, así que Harry sólo podía suponer que no era nada grave.

THE PRICE OF FREEDOMWhere stories live. Discover now