Capítulo 31

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Agosto pasó rápidamente y Harry se divirtió mucho pasando tiempo con sus amigos. Apenas pasaba un día sin que alguien pasara por la mansión Potter o Harry estuviera en casa de alguien, y se lo estaba pasando como nunca. De hecho, temía volver al colegio y eso le ayudaba a sentirse un poco normal por una vez. Lily se había reído de la idea, pero tanto Sirius como Severus comprendieron e intercambiaron una mirada antes de decir que se alegraban por Harry. Se había dado cuenta de que los dos parecían haber llegado finalmente a un entendimiento, lo cual era bueno, aunque una parte de Harry se alegraba un poco de que hubiera un poco de distancia. Probablemente no era nada, pero había algo en la forma en que Sirius seguía mirando a Severus que hacía que Harry se sintiera un poco incómodo.

Por suerte, la enemistad entre Sirius y Dumbledore significaba que su padrino probablemente se alejaría mucho del colegio, aunque Dumbledore no parecía permitir las visitas familiares. Era algo que nunca se había planteado antes, no tener familia que quisiera visitarlo, pero ahora le parecía un poco extraño. Al menos seguiría teniendo a Severus a mano, y a Tom, y Harry esperaba con impaciencia los problemas que esos dos podrían causar el año que venía.

El viaje en tren fue bastante agradable, ya que Harry pudo ponerse al día con todos los amigos a los que no había visto tanto. Nunca se había sentido tan popular, ya que alumnos de distintas casas se acercaron a saludarlo, al igual que Draco, Theo y Lysander, que, por supuesto, había decidido compartir compartimento con él. Ron apareció en un momento hablando de que sabía que tenía razón sobre Harry y Lysander y que ahora sí que estaban mostrando su verdadera cara. Por suerte, a nadie más pareció importarle, incluso los otros Gryffindors le dijeron que se largara.

-¡Espera!- Gritó Ron. -El año que viene todo saldrá a la luz, créeme, y volverás corriendo a mí y a Dumbledore antes de que acabe el año, ¡espera!-.

Harry le hizo un gesto con la mano para que se fuera mientras el resto del compartimento se mofaba aunque Harry sentía cierta curiosidad por lo que Dumbledore pudiera tener planeado. A estas alturas sabía que el viejo estaba empezando a desesperarse un poco, así que no se sabía hasta dónde llegaría para mantener su poder y su control. Compartió sus preocupaciones con sus amigos, que estuvieron de acuerdo en que sería una buena idea no dejar nada al azar, lo que significaba que era un grupo considerablemente más tranquilo el que entraba en el Gran Comedor listo para dar la bienvenida a los nuevos alumnos de primer año, aunque se aseguró de saludar con la cabeza al profesor Riddle mientras se dirigía a la mesa de Gryffindor, sabiendo que eso haría que el viejo loco se pusiera algo nervioso.

Dumbledore lo miró mal cuando la profesora McGonagall entró y colocó el sombrero seleccionador en el taburete frente a la mesa principal, sólo para que el sombrero se diera la vuelta de repente, mirara a lo largo de la mesa de la casa y soltara una carcajada.

-Querida, querida, querida, esto no está nada bien. Parece que algunos de nuestros profesores están sentados en el lugar equivocado-.

Severus frunció el ceño. -¿Cómo es posible? No hay asientos fijos, aparte del director-.

-Y eso es precisamente de lo que estoy hablando-, dijo el Sombrero Seleccionador y Harry juraría que podía oír la sonrisa burlona en su voz.

-¿Intentas decir que Albus Dumbledore va a ser destituido de su cargo de director de Hogwarts?-. preguntó Tom.

-Mi querido muchacho, lo que estoy diciendo es que Albus Dumbledore nunca fue director de Hogwarts, para empezar-.

-¡Qué tontería!- resopló Dumbledore, -está claro que el sombrero dice tonterías. Tendremos que comprobar si ha sido manipulado antes de arriesgarnos a usarlo con los niños-.

-Oh, ahora se preocupa por la seguridad de los niños-, se mofó el Sombrero Seleccionador. -No ha habido demasiado de eso desde que usted asumió el cargo, pero entonces nunca se le consideró apto para ello-.

THE PRICE OF FREEDOMWhere stories live. Discover now