Capítulo 36

1.2K 229 19
                                    

Sirius estaba aburridísimo. Era ridículo, debería estar pasándoselo como nunca. Había organizado, con la ayuda de sus primos, una fiesta de cumpleaños increíble para Harry, la primera que había podido organizar. Fueron a un parque acuático local, bueno, al menos local para los Malfoys, y fue genial. Había un montón de toboganes diferentes e incluso una piscina que tenía una máquina para hacer olas de verdad, aunque Sirius no tenía ni idea de cómo funcionaba y estaba seguro de que debían de tener un calamar gigante encerrado en alguna parte, sobre todo por el tamaño de algunas de ellas. Harry estaba encantado con todo aquello y se lo había agradecido enormemente a Sirius. Sin embargo, en ese momento estaba jugando con todos sus amigos y Sirius se había quedado al margen.

No quería interrumpir la diversión de Harry, por mucho que Sirius quisiera participar, era justo que a los niños se les permitiera ir a divertirse por su cuenta, sobre todo porque ya tenían catorce años y estaban en una edad en la que querían más libertad, o al menos eso habían dicho Narcissa y Bella cuando Sirius les propuso por primera vez que fuera a reunirse con ellos. Las dos le habían dado un buen sermón sobre cómo ser una figura paterna, sobre cuándo mantenerlos cerca y cuándo dejarlos tener su propia vida. Sirius había pensado que era un poco exagerado viniendo de Bella, que en esencia sólo había sido madre de Lysander durante un año y medio, sin contar el corto período antes de que la encarcelaran, pero él había estado solo en su discusión y al final había caído en la cuenta.

No era como si él no pudiera ver su razonamiento. Él mismo recordaba aquellos años, aunque hacía ya algún tiempo, y lo divertido que era poder soltarse y hacer lo que quería para variar, y no era como si no pudiera ver las ventajas de lo que decían. Cada vez que miraba a los niños, parecía que se lo estaban pasando en grande y ni siquiera prestaban atención a los adultos, pero el problema era que Sirius se quedaba prácticamente solo y eso nunca le había gustado.

Tampoco ayudaba el hecho de que la situación no parecía que fuera a cambiar pronto. Su intento fallido de empezar algo con Snape no hizo más que resaltar lo solo que estaba. No es que no hubiera gente a su alrededor, claro que la había, de hecho probablemente había más gente a su alrededor de la que había habido nunca en su vida, ya que en el pasado sólo había tenido a su familia o a los merodeadores. El problema era que todos parecían tener a alguien. Todos los adultos a su alrededor estaban casados e incluso los niños empezaban a emparejarse.

Pansy Parkinson se empeñaba en meterse en la vida de Lysander, para regocijo de Bella y Rodolphus, que ya hablaban de posibles contratos matrimoniales con los padres de ella. Por supuesto, aún era pronto, así que nada estaba escrito en piedra, pero Lysander también parecía más que feliz con ella, lo que significaba que había muchas esperanzas por ambas partes de una unión feliz. También parecía que entre Draco y Hermione saltaban chispas, ya que los dos parecían utilizar los acalorados debates como una especie de juegos preliminares. Sirius dudaba que la pareja estuviera pensando en algo romántico todavía, pero los ojos más sabios podían ver hacia dónde se dirigían las cosas. Lucius no estaba ni mucho menos tan contento con su posible futura nuera como Rodolphus y, al parecer, estaba haciendo todo lo posible para que Hermione se hiciera un análisis de sangre con la esperanza de que sus padres fueran de linaje squib y así poder conservar el título de sangre pura para sus futuros nietos.

Incluso Harry estaba prácticamente emparejado. Sí, Sirius sabía que Harry estaba enamorado de Snape y que veía al chico Nott como a un simple amigo, pero Sirius tenía la ligera sospecha de que en cuanto Harry lo superara, Theodore estaría listo para ocupar el centro del escenario. Ya había un alto grado de confianza entre ellos, eran uña y carne, y estaba seguro de que sólo haría falta la más mínima chispa de atracción para que floreciera un romance, en el que estaba seguro de que Harry se sentiría feliz y seguro, y Sirius volvería a quedarse solo.

THE PRICE OF FREEDOMWhere stories live. Discover now