20 - Milton: Fantasías

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Milton

Miro los bombones entre mis dedos, alzo la vista cuando llega Joselyn a la recepción, entonces me acerco y le sonrío, mostrándole el regalo.

—Me alegra que vinieras, hasta imaginé que no volverías, me asusté. Estuve pensando en lo que pasó, y llegué a la conclusión de que me pasé de la raya. O sea, me dijiste que estaba yendo muy rápido y no te presté atención, lo siento.

Sus mejillas están rojas y mantiene la mirada en el objeto que tengo en mis manos. Tarda un poco en reaccionar antes de poder mirarme del todo.

—No, yo... —Hace una pausa, pero luego cambia lo que iba a decir, dándome la razón—. Sí, es cierto. Si bien usted insiste durante hace tiempo, yo recién estoy aceptando esto. —Parece tensa.

—¿Es eso?

—Hum, sí —expresa tímida—. Supuse que usted era más tradicional.

Sus palabras no parecen muy convencidas, pero le creo.

—Se intenta —bromeo, luego me río—. Mis padres me lo enseñaron, estoy cambiando un poco, pero eso no quita lo mucho que me gustan las viejas costumbres, verte a ti con un vestido de blanco no me molestaría.

Mueve un mechón de sus cabellos rubios detrás de su oreja.

—Las personas en la actualidad todavía se casan —me recuerda.

—Cierto. Aunque ahora que lo pienso, no me has contado sobre tus anteriores parejas. Tú sabes más o menos las mías, pero nunca me has hablado de las tuyas.

—Solo salí en un par de citas, nada serio. —Se ríe, nerviosa—. Mejor no hablemos de las suyas, porque tiene un historial... —se burla—. ¡Uf! Unas locas.

Me carcajeo.

—Qué bueno que estás de ánimos, ¿iremos al cine esta vez? —Le acerco los chocolates—. Acéptalos como mi disculpa.

Se muerde el labio.

—Entonces, le acepto el cine, los chocolates no.

—¿Por qué?

—No sé si merezco esas disculpas.

—Qué insegura.

—Cállese y guárdelos para cuando vayamos en serio —bromea y se gira para dirigirse a su escritorio. Tomo su mano para detenerla, así que cuando se da la vuelta me observa sonrojada—. ¿Qué?

—Voy muy en serio —expreso determinado.

—Quizás yo no.

Enarco una ceja.

—¿Qué es esa respuesta?

—Además, no le creo —opina.

Me acerco un poco.

—Pero si yo ya me imagino una casa, tres perros y tú en la cocina, esperándome con un enorme pastel.

Se sonroja.

—¿Un pastel?

—Sí, con crema. —Me muerdo el labio inferior.

Gira su vista hacia un costado.

—Eso es muy sucio de su parte.

—No lo será si en ese momento estamos casados —agrego—. O sea, ya no estaría yendo rápido, porque ya habríamos hecho de todo.

Su cara sigue llenándose de rojo y mueve su vista hacia el suelo, avergonzada.

—Eso no ha pasado.

—Pero puede ocurrir, solo estoy imaginando, ¿no sería bueno? —Tomo su barbilla y levanto su rostro—. ¿No te gustaría?

—No tengo pensamientos tan lujuriosos, ni soy tan codiciosa con mis fantasías —aclara, pero lo dice tan bajo, que podría jurar que está mintiendo.

—Acepta mi chocolate. —Ignoro su respuesta, levantando la caja—. Y mis fantasías se harán realidad —aclaro.

Se queda tildada un segundo, con los ojos bien abiertos, no lo duda tanto y termina agarrando la caja.

—Sus... sus sueños no me parecen tan malos. 

Josy es toda una pillina, se hace la santita, pero le gusta lo que le ofrece Milton 😂💖

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Josy es toda una pillina, se hace la santita, pero le gusta lo que le ofrece Milton 😂💖

Saludos, Vivi.

Milton y RamirWhere stories live. Discover now