Milton y Ramir

25 - Ramir: Sensaciones

Ramir

No me gustan los abrazos con intenciones extrañas.

—No quiero tu amor —me quejo mientras estoy siendo rodeado por el cuerpo de Exiel en esta cama.

Sube una pierna.

—Shh, deja dormir.

—Podríamos estar haciendo algo más divertido —digo de manera pícara.

—Divertido para mí, pero para ti no tanto. —Apoya sus labios en mi oreja.

Hago puchero.

—¿Por qué no?

—Cuando tengamos sexo, te haré el amor —susurra.

Me agarra un escalofrío.

—Me das cringe —sugiero, así que se ríe—. ¡Hablo en serio! —Alzo la voz.

—Ya duérmete.

—¡No puedo dormir contigo aplastándome! Además, esta no es mi cama, y no me abraces.

Abre los ojos, entonces me observa de manera intensa.

—Qué gruñoncito, ¿a dónde fue tu humor?

Dejo de estar mirando al techo, me movilizo entre sus brazos, para girarme y ponerme en frente de él, pero aunque estoy enojado, hago una gran sonrisa.

—No esperes amabilidad de mi parte cuando haces cosas para incomodarme, no soy de piedra. Felicidades, lograste ponerme de malhumor.

—Eres mi pareja, y las parejas duermen juntas, no le veo el problema. —Da un pequeño toquecito a mi nariz—. Así que por qué no te animas, ¿sí?

Un rubor crece en mis mejillas y hago puchero otra vez.

—Bien. —Refunfuño.

—¿Vamos a dormir entonces? —Se acerca, rozando sus labios con los míos, así que no me muevo—. Buenas noches. —Me da un leve beso en la boca, luego cierra los ojos—. Acurrúcate aquí. —Empuja mi cabeza hacia su pecho—. Qué bonito.

Hago sonidos de quejidos, pero al fin cierro los ojos, rindiéndome a sus órdenes y también al sueño.

~~~

Ya es de mañana y despierto con un nuevo beso, ya que siento el tacto de sus labios en mi boca.

Pongo mi mano en su cara para apartarlo y me quejo.

—No soy el bello durmiente, no hagas eso —lo reprendo y se ríe—. ¿Ya terminaste de castigarme? Mira que sigo siendo yo el que tiene el contrato.

—Está bien, no me preocupa. —Me da varios besitos en la frente, así que cierro un ojo por inercia—. Eres tan bello, Miry, incluso al despertar.

—Deja de toquetear, haré que te caiga todo el peso de la ley.

Se sienta, apoyando su espalda en la almohada.

—No estoy tocando ninguna parte prohibida. —Toma mi mano y besa el dorso de esta.

Debí haber agregado más zonas en ese papel.

—¡Ay! —chillo cuando me tironea, luego agarra mi cintura, subiéndome sobre él, acto seguido, me abraza—. Buenos días.

—Bu... buenos días —expreso, confundido.

—Miry con sueñito es adorable.

—¡Ya estoy despierto! —me quejo.

Se aparta un poco, pero me mantiene sentado sobre su regazo, después se relame los labios, mientras me observa de forma intensa.

—Ah, ¿sí? Dame mi beso de buenos días.

—Ya me besaste, además, no comprendo tus intenciones si vamos a estar besándonos así todo el rato. —Bufo.

Toma mi barbilla.

—Las parejas se besan sin tener que pasar a otro nivel, así que ven y dale un beso a tu amorcito. Vamos, paga un mínimo de tu deuda, quiero ver que tan dedicado eres a tu trabajo como mi acompañante.

—Soy dedicado. —Me muerdo el borde de la boca.

—A ver, ámame.

Frunzo el ceño.

—Lo estoy intentando, lo finjo lo mejor que puedo. Todavía me encuentro averiguando cómo ser una pareja, pero solo me confundes.

Su pulgar acaricia mi labio inferior.

—Solo siéntelo y bésame.

Suspiro, entonces me acerco a juntar mi boca con la suya. Apenas la toco, él la abre y me arrima más a su cuerpo, así que cierro los ojos. Tengo calor, Exiel es muy intenso, pero solo me besa. De esta manera, nunca me desharé de él. Necesito que me posea, para odiarlo, sin embargo, nada más se limita a trasmitirme sensaciones. Su lengua entra en mi boca mientras me abraza, los labios se vuelven húmedos, y solo me queda sostenerme de sus hombros. Esta es una situación que solo me genera deseos de más, más que no me va a dar, pues sabe que solo siento calor por él. 

Yo solo puedo decir una cosa con este capítulo: 🔥🔥🔥

Saludos, Vivi.