Capítulo 14

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Ya había pasado el interrogatorio, por lo que ahora me estaban sacando sangre para ver las mutaciones de esta con los años y la compatibilidad con distintas especies.

No sé cuánto me sacaron, pero después de que la aguja abandonara mi cuerpo me sentía cansado.

-Bien, eso es todo número 7, vuelves en dos días en la mañana, aprovechando que no tienes clases -dictó mi padre guiándome a la puerta para darme un sobre con dinero.

Tratando de mantener mi paso firme salí de la institución y seguí por la calle.

Un auto se detuvo en seco frente a mí y de él salieron Steve, Nancy, Once y Dustin.

-¿Qué te pasó? -corrío el mayor hacia mí y sostuvo mi cara mientras yo trataba de enfocar la mirada.

Me sentía muy cansado como para hacer señas, por lo que solo hice el intento de sonreír.

Él me cargó mientras escuchaba discusiones que no podía entender bien.

-Once quiere decir algo -distinguí la voz del menor cuando todos se callaron.

-Necesita agua y azúcar -dictó mi hermanita -mucha.

Todo fue borroso, pero me relajé, no podía concentrar mis fuerzas en mantenerme consiente teniendo tenso el cuerpo.

Llegamos a un lugar que no reconocí al instante, pero algo llegó frente a mi boca, por lo que olfateé lo que era antes de pensar si comerlo o no.

No olía a ningún veneno que conociera, ni siquiera a los que menos presencia tienen.

Al probar, era algo entre limón, azúcar y agua. Muy rico y me hizo sentir mucho mejor.

Después de siete vasos pude encontrar mis sentidos y notar que estaba en la casa Bayers.

-¡Hola! -saludé a la madre de la casa -lamento las molestias.

Ella me abrazó fuertemente.

-¿Qué te hicieron? -se notaba su preocupación, lo que solo me hizo sentir mal.

-Son solo unos exámenes para ver mi salud después de tanto tiempo en el otro mundo -comenté -tendré que ir los lunes, miércoles y viernes. Necesitaban bastante sangre.

-¿Quién te dejó así de moribundo? -preguntó mi compañero de casa.

-Dice que era para unos exámenes de salud, que le sacaron sangre -explicó la mayor.

-¿Cuánto le pueden quitar antes de que muera? -cuestionó un aún molesto Steve -¿Por qué no me hiciste algún gesto que te ibas a ir con esos dementes? Me preocupaste.

-No pensé que te preocuparías por algo así, tú escuchaste el trato que hice con fechas y todo -me justifiqué siendo traducido por la mayor de la casa.

-Bien, pero tienes que descansar y yo te llevaré y esperaré ahí cada vez que tengas que ir -me arrojó su chaqueta el chico.

-Pero pensé que hoy me daría la entrevista -se quejó Dustin cuando sus amigos lo tiraron para atrás.

-Será mañana Henderson -declaró el mayor -hoy va a descansar, recuperar fuerzas y dormir.

Yo rodeé los ojos, no necesito eso. Lo que tengo que hacer es volver a entrenar.

No soy una persona muy grande, pero tengo los músculos que preciso y no puedo dejar que se conviertan en grasa, sobretodo con las dosis que me van a dar.

Me subí al auto junto a la pareja, al llegar a casa subí al, ahora, mi cuarto para hacerme el dormido.

Luego de dos veces que me fueran a ver y yo siguiera ahí decidieron ver una película, a lo que yo me vestí con unos pantalones cortos y una camiseta sin mangas para salir a hacer ejercicio.

Claro que dejé una nota que decía que me iba a trotar y volvía, pero si me demoraba estaría en el parque y es que tenía muchos ejercicios por hacer.

Iba trotando al área verde que había visto cerca de la escuela cuando un camión de mudanza llamó mi atención.

-Max, ven a desempacar -escuché una voz desde la casa, a lo que una niña peliroja entró reclamando.

Iba a seguir mi camino cuando evadí justo a tiempo un auto que entraba peligrosamente por el lado de la casa.

De él se bajó alguien un poco más grande que yo fumando. Odio el olor a cigarro, por lo que seguí mi camino.

Al llegar al parque comencé a hacer sentadillas, luego de terminar mis ejercicios debo dar una vuelta por el pueblo.

Cuando estaba por los abdominales volví a ver al chico de antes.

-¿Qué hay? -preguntó con una voz extraña tirando todo el humo a mi cara.

Me paré, tomé el palito apestoso de su boca, lo apagué y lo tiré en un basurero.

-¡¿Qué te sucede idiota?! -se molestó.

Lo ignoré, después de todo no llevaba lápiz y papel para explicarle lo mucho que apestaba.

-Hey, te estoy hablando -reclamó mientras yo seguía con mis ejercicios.

Después de unos minutos dejó de molestar y se sentó en una banca frente a mí.

-Soy Billy, ¿Y tú? -preguntó ya mucho más calmado.

Le hice un número 7 con los dedos mientras subía y bajaba la cabeza en abdominales.

-¿Un 7? -cuestionó.

Le levanté el pulgar antes de cambiar a una posición de plancha.

-¿Tú nombre es Siete? -asentí con la cabeza -que raro...

Se quedó ahí hablando de cualquier cosa mientras yo seguía con mi rutina.

Me explicó que se mudó porque sus padres se casaron, que ahora tenía una hermana, su padre lo presiona para que siempre la cuide, pero que él no le cae bien y así.

No tengo idea porqué me dice todo esto, pero tal vez solo quería desahogarse y como no puedo reclamarle o juzgarle...

Al final se terminó por unir al ejercicio y estuvimos trotando por todo el pueblo hasta que volvimos a pasar por su casa.

-¿Mañana a la misma hora? -yo asentí y volví hacia la casa.

Entré por la puerta porque seguro ya se habían enterado que me fuí, pero el mayor estaba durmiendo en el sofá mientras Nancy lo abrazaba.

-¿Qué tal el ejercicio? -preguntó susurrando, a lo que yo levanté los pulgares -¿Podrías dejar a Steve en su cama? Al parecer no ha dormido bien en días y no quería despertarlo.

Acaté la petición para luego despedirme de la chica y meterme a bañar.

Creado Para EstoWhere stories live. Discover now