Capítulo 29

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Por la falta de Demodogs fue mucho más placentera la salida siendo que no tuvimos inconvenientes.

Al dar el primer paso afuera la señora Bayers, Hopper y mi hermana se bajaron corriendo mientras una camioneta se acercaba a toda velocidad.

-¿Te vas con ellos? -preguntó la señora Bayers tomando mi cara.

-Yo puedo seguir ayudando, pero su pareja los llamó -comenté con dificultad al tener que seguir manteniendo el paño en mi cuello chorreante.

-Dejamos todas las compuertas de los lugares con monstruos en el nivel inferior cerradas -aclaró mi acompañante -no deberían tener inconvenientes.

-¡Siete! -gritó Steve acercándose con un botiquín seguido de los niños.

También se bajó del auto Eddie erizando mi pelo, estaba inmóvil mirándome con una cara que no podía descifrar.

Seguro me veo del asco.

Mi amigo me tomó del hombro, aunque no lo necesitaba, para ayudarme a llegar al auto mientras Dustin me daba galletas y jugo con los otros tres sacando las vendas y el alcohol etílico, el cual no se debe usar ya que mis heridas están abiertas.

Estaba tan enfocado en lo que hacían los pequeños que no noté la presencia de Eddie hasta que me abrazó en el camino al auto.

Lloraba agachado para pegar su cara en mi pecho siendo después de unos segundos que me miró a los ojos fijamente tomando mi cara y besarme.

Gustoso acepté hasta que el que me tenía agarrado empezó a fingir tos.

-Lamento la interrupción, pero lo único que podrás besar es un cadáver si es que no le hacemos curaciones -me señaló con la cabeza mirando al chico lindo.

Entré al auto, me vendaron y me acosté en la falda de Eddie para irnos.

Me sentía mucho más cómodo dejando a Once ahí después de encerrar a todos los monstruos, personalmente revisé el camino que harían hasta el portal y de vuelta, ahora le toca a ella.

-Me encantan tus orejas -acarició una el guitarrista, ahí me dí cuenta que las tenía afuera entrando en pánico -¡No te preocupes! -pidió cuando las oculté -Steve me explicó todo cuando fuí a buscarte y estaban esas cosas afuera.

-¿No te molestan? -cuestioné.

-No, no sé si notaste, pero me tienes completamente enamorado de tí -tocó suavemente mi mejilla -con o sin orejas.

-Me gustas mucho -gesticulé sin pensar realmente.

-Que alivio -rió -pensé que te lo tendría que preguntar directamente y ya empezaba a ponerme nervioso.

Sin poder resistir más la falta de sangre empecé a cerrar los ojos, me sentía muy cansado.

-¿Siete? -me llamó Eddie asustado -¡Siete! -fue lo último que escuché.

Todo era completamente negro, algo a lo que ya estaba acostumbrado.

Una pequeña banca apareció e instintivamente me senté como lo había hecho cientos de veces antes de esa.

Tenía que esperar a que el agua llegara hasta mis rodillas, en tanto eso sucediera mi cuerpo estaría como nuevo y podría "volver".

Y es que un mecanismo de defensa, que no activé en el incidente del túnel solo por la adrenalina, es que me desmayo para recuperarme más rápido cuando el daño es vital.

Las cosas estaban saliendo bien y me emocionaba, en unos meses más me pondría a hacer trabajos de verano y con lo que me dió papá antes de tratar de matarme me alcanza para un terreno y construir una casa.

Eso lo haré después del baile, así cuando salga de la escuela estará lista y con lo que haya ahorrado en las vacaciones puedo asegurar la comida y servicios básicos hasta conseguir un trabajo más permanente.

Tal vez debería ser Salvavidas con Billy...

¿Once querrá saber de su mamá?

Yo sé que está viva, pero no mentalmente estable. Podría solo empeorar la imagen que tiene de ella y no aportaría en nada.

Pero también sé que los niños pueden ser muy curiosos y prefiero que me tenga a mí en ese momento a qué se escape y afronte esa situación sola.

Debe ser triste ver a alguien que estimas sufriendo como seguro que lo hace ella después de las descargas eléctricas.

El momento en que la até a la camilla me odié por ello. Era una orden, pero ella estaba peleando por su hija. Con o sin habilidades la quería devuelta y lo único que hice fue que le frieran el cerebro.

Yo tenía 9, pero a ninguna edad se debería ver tal acto de crueldad. Supongo que fuí la excepción a esa regla en varias ocasiones.

Me preguntó cuánto habrá visto mi pequeña hermana, ¿Su mente estará más sana? ¿Los recuerdos la perseguirán?

Ese día en que ví a todos nuestros hermanos muertos tenía mucho miedo. Ella era la única que me saludaba cuando pasaba en frente de la habitación arcoíris.

En mi camino a cometer delitos en contra de la humanidad a favor de los líderes que me poseían como un florero su sonrisa lograba darme una luz de esperanza.

De que pararía, que las cosas saldrían buen, que escaparía, que seríamos u a familia.

Porque por mucho que ambos "tengamos el mismo padre", apenas habíamos hablado. Al menos me relaja que ella también esté intentando acercarse y convivir como "una familia normal".

Es curioso cómo la vida siempre encuentra su camino, a veces doloroso, a veces placentero y la mayoría intrigante, pero siempre sorprenderte.

Cuando veía esa sonrisa jamás me imaginé en una situación cómo esta, que había otra dimensión y que con mi experiencia en ese mal camino podría ayudar y proteger a quienes quiero.

Que esa horrible época me serviría para algo. En el otro lado leí un libro que decía "el que se aprende a mover en la oscuridad, nunca dependerá de la luz".

Espero poder guíar a Once formar su propia vida, una que no mire triste o sola.

Al fin el líquido terminó de subir para luego envolverme y jalarme hacia abajo.

Lo primero que vieron mis ojos al despertar fueron los de Eddie llenos de lágrimas.

-¡No me vuelvas a asustar así! -reclamó Steve al lado mientras me agarraba para abrazarme.

Creado Para EstoWhere stories live. Discover now