Capítulo 31

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Era el día del baile y había empezado temprano para hacer mi rutina y ahora estaba trotando junto a Billy.

-Te digo que sería genial si ambos somos salvavidas este verano, las pruebas serán en un par de semanas -comentó.

Levanté el pulgar, sería buena idea ganar dinero extra durante el verano, todo ayuda por poco que sea.

-Tenías, le diré al jefe -avisó cuando llegamos a su casa -te avisaré cuando tengas que ir a hacer la prueba.

Yo seguí mi curso de vuelta a casa cuando el chico de la pizzería me hizo señas.

-Hola, ¿Qué tal todo? -me preguntó acercándose.

Levanté mi pulgar mientras aún trataba en el lugar.

-¿Te gusta el ejercicio? -asentí -yo pensaba en empezar, pero no sé cómo... ¿Me podría mostrar tu rutina para unirme?

¿Está loco? Yo inicio tres horas antes que Billy, ni muerto va a soportar eso sí está iniciando, ni siquiera creo que aguante lo que hacemos al final.

Negué buscando algo para escribir.

El fué rápido dentro de la casa y salió corriendo teniendo que respirar muy profundo por el esfuerzo.

-Creo que podría ser mucho para alguien que está empezando -mostré -si tienes preguntas, con gusto respondo, pero mi rutina solo te va a desanimar para hacer ejercicio.

-Oh, entiendo -jugaba con el lápiz y la libreta que le devolví -¿Me podrías pasar tu número? En caso de que... Tenga una pregunta.

¿Cómo piensa que voy a poder contestar por teléfono?

Le pedí de vuelta los materiales para poder responder.

-Mejor te doy mi dirección, porque hablar no puedo -comenté dejando el lugar abajo.

-¡Ah! Por eso... -se paniqueó -soy un idiota -enterró su cara en sus manos.

Me despedí con la mano y seguí trotando, pero cuando él se dió cuenta se acercó y gritó.

-¡También puedes venir cuando quieras! -me devolvió el saludo con toda la cara roja.

Llegué, me bañé y solo con shorts fuí a la cocina para comer fruta.

-¿A qué hora llegaban los niños para arreglarse? -preguntó mi mejor amigo.

-A las 13:30 -tenía libretas y lápices repartidas por toda la casa a este punto -comen con nosotros, van a ver alguna serie y luego se van a alistar.

-¿Tienes listo tu traje? -asentí -bien, voy a preparar la comida para cuando lleguen.

Yo por mientras puse la mesa, hice jugos y preparé la ensalada dejando todo servido a la espera de los niños.

-¿Supiste qué pasó con Mike? -me preguntó -no va a ir con Once después de cómo la trató, ¿Verdad?

-No sé -tomé otra vez la libreta -depende de cómo los niños arreglen sus diferencias, si buscan consejos, se los daremos.

La mecánica era simple, el próximo año ya van a ser adolecentes y no podemos decirles cómo relacionarse con los demás.

Ellos deben aprender a proteger las relaciones que valen la pena y a dejar ir las que no. Aunque todas nos aporten en esta vida, lastimosamente no todas serán eternas. Las que más te enseñan no suelen durar mucho.

-Tienes razón, pero quisiera poder enseñarles alguna forma de que no los lastimen -suspiró -pero no se puede, yo aún trato de entenderlo y cada generación es distinta.

Le dí la razón con mi cabeza, sentándome en un banquito de la cocina.

-Me aceptaron en la tienda de helados del centro comercial que abrirá en una semana -aplaudí con una sonrisa mostrando mis más sinceras felicitaciones.

-Yo voy a probarme para salvavidas -le mostré -estaremos ocupados este verano.

-¿Y no se notará tu cola u orejas? -preguntó preocupado.

Negué, es cosa de ocultarla en el traje de baño y si saco a alguien del agua la atención estará en esa persona como para que alguien note algo raro en mi cabello.

-Entonces estoy seguro que lo harás bien -me sacudió el pelo -¿Emocionado por tu cita en el baile de hoy o nervioso? Tal vez... ¿Emocinervioso?

Esa no es una palabra.

-No realmente -se quedó confundido -él me gusta, yo le gusto y pasaremos un rato grato juntos con él luciendo hermoso. Estoy feliz.

Mi respuesta lo desconcertó.

-Eres un encanto -se rió ligeramente -me alegro que estés feliz.

Luego de unos minutos sonó el timbre siendo que yo fuí a abrir.

Ahí estaban Max con Billy, Once con Hopper y Dustin con su mamá.

Los pequeños traían bolsos de gimnasia con su ropa para el baile y para la pijamada después.

-Muchas gracias por cuidar a esos tres -se acercó la señorita Henderson -es muy lindo de su parte -pellizcó mi mejilla cuando los tres entraron y ella se retiró.

El policía solo se fué, quedando solo mi amigo y yo.

-Mi jefe dice que con que sepas nadar basta, que confía en mí -me pasó un silbato -mañana te daremos el uniforme y harás una pequeña prueba para asegurar que sabes nadar, pero nadie más se ha presentado para el cargo y cerraron las inscripciones.

-Gracias -no creo que haya entendido la seña, pero sí la idea del mensaje.

-Un placer -se devolvió a su auto -¡Te vengo a buscar a las 11:30!

Me despedí con la mano y volví a entrar encontrándome con todos ya sentados en la mesa.

La comida fué bastante amena con los niños riéndose y conversando.

-¿Qué haremos para navidad? -preguntó Max dejándome confundido.

-¿Qué es navidad? -preguntó mi hermanita igual de confundida.

-Eso que se celebra a fin de año, con un árbol, una cena y regalos -comentó la peliroja.

Creo que había escuchado algo al respecto en alguna misión hace tiempo, pero no le presté atención.

-¿No han tenido una navidad? -me miró mi mejor amigo a lo que yo negué -bueno, tenemos que preparar una. Por mientras tienen que dejarme los platos en la cocina e ir a arreglarse para el baile que después llegaremos tarde.

Todos le hicimos caso y cuando volví a mi habitación me quedé mirando el traje.

Era negro y elegante, había usado muchísimos a este punto, pero me intrigaba cómo se vería Eddie en uno.

Mi mente se lo imagino dejándome con una sonrisa tonta, a lo que negué y me empecé a arreglar.

Creado Para EstoWhere stories live. Discover now