Capítulo 48 M.E

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Nos despertamos y cada uno tuvo que ir a trabajar, por lo que los detalles los hablaríamos después.

Los niños iban a vigilar a Chrissy y con Billy nos tocaba el chico de la pizzería.

Abrimos la piscina y todos entraron en el mismo orden que todos los días.

Yo estaba en mi silla sentado pensando que en dos semanas cumplimos 6 meses de novios con Eddie.

Steve ya me había advertido que esa clase de fechas se celebran. Pero Billy dijo que lo hacías solo cuando no esperabas llegar al año o más con esa persona.

No sé si mi novio crea en cualquiera de los casos. Si quiere festejar, lo haré y si no quiere guardaré todo para darle una sorpresa un día cualquiera.

Tendría que preguntar cómo se celebra un aniversario. Mi primera fiesta fué la de navidad y no salió bien.

¿Se compra algo específico? ¿Se usa un suéter feo? ¿Hay que comer algo en especial?

-¿Siete? -escuché la voz del que debía vigilar al lado mío.

Lo miré detenidamente, tenía polvo en el cuero cabelludo y no creo que sea caspa.

-Te quería preguntar si hay alguna vacante para ayudante del salvavidas -se acercó demasiado.

Necesitaré toda mi paciencia.

-No lo sé -señalé -yo conseguí este trabajo hace meses.

Una niña vino hacia mí y dejó caer claramente a propósito una bebida en mi polera blanca.

-¡Miariam! -gritó el chico fingiendo enojo -¿Estás bien? -volteó a verme -lo lamento mucho, le había pedido traerme el jugo, pero después se me ocurrió preguntarte y...

Claro, y yo puedo volar hasta el espacio.

-Wow amigo -llegó mi salvador -eso no va a salir fácil. Ve a ver si hay alguna camiseta de repuesto, si no, no importa, puedes salir así sin camiseta, no creo que nadie se vaya a quejar -le golpeó el hombro al chico. Después te ayudo a quitar la mancha.

¿Así? ¿Cómo que así?

Rogaba porque hubiera algún repuesto. No quería que miraran mis cicatrices, es una de las pocas cosas que me causan inseguridad de mi físico.

Hasta las orejas y la cola me molestan menos.

Al final cada una fué un hermano muerto que se intentó pegar a mí, una combinación de niños que no vivieron en vano o de alguna misión en la que tuve que matar a más de una persona.

En ningún caso es algo bueno.

[Presto cambio]

Estaba hablando con ese chico Billy sobre la vacante mientras mi hermana ya se había ido a la piscina. Que me sirviera de algo el que interrumpiera mi plan.

Casi lo invito a salir "por las molestias".

No pude evitar rascarme el cuero cabelludo.

Últimamente me pica mucho la cabeza, desde hace dos semanas que cambio y cambio de shampoo, pero ninguno funciona.

Pero cuando estuve por ir al doctor, sentí una sensación de alivio frío por toda la cabeza diciendo que no era nada.

Siete salió con una cara molesta de los vestidores, pero no me importaba su cara cuando ví sus pectorales descubiertos.

Sentí mi cara arder como si estuviera prendida fuego al mismo tiempo que sentía una punzada en mi cabeza.

A pesar del dolor seguí mirando, y es que no iba a perder la oportunidad de ver ese cuerpo  que parecía tallado como una escultura.

Tenía varias marcas que solo me hacían babear de lo angelical que lucía.

Quería enterrar mi cara en su pecho y tocar cada una de las marcas que adornaban su marcada espalda.

-Rindete -escuché de Billy, a lo que volteé a verlo -ese es mi consejo. Él ya tiene novio y lo ama.

¡¿Novio?!

Entonces sí le gustaban los chicos...

Pude haber tenido una oportunidad.

Aún puedo llegar a tenerla.

-No sabes qué puede pasar en el futuro -solté más motivado que nunca.

-Ni sueñes -se rió ligeramente -lo ama con todo su corazón, te apuesto que pensaba en él antes de que le hablaras.

-¿Por qué me dices todo esto? -cuestioné molesto.

-Para que disfrutes la oportunidad que te dí y lo dejes en paz -le hizo una seña para que se acercara.

De cerca se veía mucho más tentador.

-Se te nota lo incómodo -comentó el chico al lado mío -vete y trata de limpiar eso en tu casa, yo te cubro.

¡¿Qué?! ¿Hacerlo sacarse la camiseta para que ahora se vaya?

-¿Quieres un consejo? -lo miré molesto -al siguiente chico que te guste intenta no acosarlo. Puedes hablar con él e invitarle una cita, lo peor que puede decir es "no".

No es tan simple.

-De aquí en adelante no sigas con todo este acto -me miró fijamente dándome algo de escalofríos -no digo que te deje de gustar de la noche a la mañana. Pero no lo incomodes derramando cosas en él para ver su cuerpo.

No era exactamente para eso...

Si lo dice así pareceré un loco.

-No es así -afirmé -quería invitarlo a una cita "por las molestias" -me defendí.

-Igualmente, si quieres una cita con alguien, solo pregunta en lugar de estos planes extraños -se rió -pero ese chico ya está perdidamente enamorado de su novio como para aceptar algo así.

[Presto cambio]

Había dejado la prenda remojando para salir a caminar llegando de manera inconsciente a la casa de los Bayers ya abandonada.

Miré la fachada de la casa por unos momentos. Pero no fué hasta que me iba a disponer a ir a casa que sentí un olor extraño.

El mismo de ese chico.

El mismo de la porrista.

El mismo del "otro lado".

Miré hacia todos lados y saqué mis orejas para escuchar mejor.

No sonaba como si hubiera alguien en la casa.

Llegué hasta la puerta principal y pensé por un breve momento si era una buena idea antes de entrar.

Nadie me acompañaba, nadie sabría lo que pasó.

Pero si muero, les dará una pista mi cadáver. Si vivo, podré contarles yo.

Respiré profundo confirmando el aroma para darme seguridad.

Pero al abrir la puerta me esperaba todo menos eso.

Creado Para EstoWhere stories live. Discover now