Capítulo 36 M.E

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-Por favor -pidió mi mejor amigo mostrándome el plato de pasta -no has comido en tres días. Apenas y tomas un poco de agua.

Me daba náuseas de solo olerlo.

Desde que Eddie me dijo que no había forma de cambiar de opinión a Hopper había perdido todo el apetito.

-Tienes que comer -se notaba preocupado, pero simplemente si acercaba eso a mi boca vomitaría.

El contrario suspiró.

-Sé que es horrible lo que está pasando -comentó -pero si no comes le diré a Billy que no van a hacer más ejercicio hasta que te recuperes.

No es justo, es lo único que estoy haciendo.

-Estás casi en los huesos -me volvió a acercar el plato -por favor.

El olor tan cerca me hizo sentir mal. Por lo que me paré y me fuí al baño a vomitar.

Estaba botando líquido estomacal. Ni yo entendía lo que me sucedía.

-¿Me aceptarías si traigo sopa? -preguntó Steve frotando mi espalda mientras yo tenía la cara en el inodoro.

No dije nada, no quería molestarlo más de lo que lo estaba haciendo.

-Iré a por sopa, solo será el líquido, pero las vitaminas deberían ayudarte por ahora -me abrazó la espalda mientras yo temblaba.

Al final me dejó ahí, mientras yo me sentía patético.

Tenía mucho sueño. Probablemente por la falta de energía.

Quería a Eddie conmigo, pero su nueva familia se lo llevó de vacaciones justo después de darme las malas noticias.

No volvería hasta la noche antes de las clases.

Estoy feliz por él. Realmente le tratan bien y se preocupan por él. Merece eso y más.

Más que alguien que ni el olor a comida puede soportar.

Al final el karma por tantos años sirviendo a mi padre y al ejercicio me alcanzaron.

Seguro Once también sabía y no quería estar cerca de un asesino como yo.

Tal vez incluso ella fué la de la idea por querer a una familia que yo nunca le podría ofrecer.

Tal vez mi padre tenía razón y debí luchar por mi vida en aquel túnel.

-¡Llegué! Traje de pollo, pescado y de carne -escuché desde la puerta a Steve corriendo hacia la cocina -¿Las prefieres calientes o frías?

¿Por qué pregunta si no le puedo contestar?

Nunca he podido decir algo.

Nunca tuve cuerdas vocales como para hacer un sonido.

Al menos nunca he molestado o me he quejado.

Ni siquiera cuando fuí "amaestrado".

Volví a vomitar líquido estomacal y sentí mi garganta arder.

Ya no quería.

Mi única meta era poder darle un buen futuro a Once. Pero no seré yo al final quién será su familia.

Hará amigos y tendrá hermanos.

Unos mejores que yo.

Mi prioridad siempre fué cuidarla y proteger su sonrisa, pero nunca hice un buen trabajo.

Al final siempre fuí inútil.

-Aquí estoy -afirmó mi amigo desde l apuerta del baño con seis bowls con sopa -te traje fría y caliente de cada una para que tomes la que quieras.

Ver tantos platos llenos me abrumaba la vista y el olor me daba más náuseas, por lo que volví a vomitar.

[Presto cambió]

-¿Cómo te sientes? -preguntó Joyce frotando su mano en mi pierna como apoyo.

-La niña no entiende -bufé cansado -no sabe lo peligroso que es.

-Al final sabrá que es lo mejor para ella -se acurrucó conmigo -esos videos eran horribles.

-Lo sé -apoyé mi cabeza encima de la suya -en tanto lo ví recordé algo que me dijo un amigo años atrás.

-¿Un amigo? -jugaba ligeramente con mi barba.

Después de la misión exitosa ella había terminado con ese tal Bob porque no era lo suficientemente fuerte como para soportar cosas así.

Yo no podía estar más feliz y comenzamos a salir.

-Sí, era dueño de un zoológico -recordé -tenía a todos los animales en su casa hasta que cumplían un año. Le pregunté por qué entraba con un arma a las jaulas si es que lo quieren tanto.

-¿Y qué dijo? -me miró fijamente encima mío.

-Que por mucho que le agradaran, seguían siendo animales salvajes -afirmé tomando su cintura -y debía estar dispuesto a matar si se volvían locos o se escapaban.

Estábamos a punto de besarnos cuando la puerta se abrió de golpe. Nos separamos de inmediato mientras vimos a Jonathan trayendo a Will y a Once del brazo muy molesto.

-Otra vez trataron de escapar del Arcade para ir a la casa de Harrington -aclaró molesto el mayor.

Pensé que tendríamos unas horas más a solas. Tendrá que ser la próxima.

-¡No es cierto! -gritó el pequeño -queriamos ir con Dustin, pero ustedes nos quieren aislar. Son nuestros amigos.

-No los queremos aislar -suspiró Joyce -solo queremos que nadie les haga daño. Hasta que nos mudemos tendrá que ser así.

-¡No es justo! -gritó la niña -quiero ver a Max y a Siete ¡¿Por qué odian a mi hermano?!

-Él no es tu hermano -corregí -son de madres y padres diferentes. Tus únicos hermanos son Jonathan y Will.

-¡No importa! -estaba llorando.

Otra de sus rabietas. La "época rebelde" no será nada fácil.

-Viviremos en la misma ciudad que tu madre biológica -afirmé dejándola impresionada -¿No es mejor poder conocerla que pelear por un animal que ni siquiera ha intentado acercarse desde que le quitamos la responsabilidad?

-¡Lo amenazaste! -reclamó.

-Sí él hubiera realmente querido estar contigo no le hubieran importado las consecuencias -aseguré -los animales son egoístas, por eso no podría cuidarte.

-¡No es un animal! -lloraba, me dolía, pero era mejor que entendiera ahora y no se tratara de acercar.

-Las orejas, los colmillos, garras, nariz y cola no son precisamente un disfraz -me burlé -¿No es cierto? Solo una bestia puede cazar monstruos.

Ella soltó un grito y se fué a  la antigua habitación de Will que ahora era suya.

-No están siendo justos con él -afirmó el niño -me salvó y ayudó a todos, pero ahora lo tratan como si no le debiéramos nuestras vidas.

Él también se fué dejando al mayor ahí parado.

-Es solo una etapa -comentó cansado -luego sabrán que era lo correcto.

-Gracias Jonathan -le sonrió Joyce.

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