Capítulo 28 E

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Estaba llendo a la casa de Siete porque tenía que dejarle mis sentimientos en claro. Y es que Wilbur tenía razón cuando dijo que él estaba dando todos los pasos y que solo dejaba que viniera a mí.

Yo también debía esforzarme si quería que funcionara.

Un gruñido raro me hizo parar en seco y voltear a mirar.

Había una criatura horrible, con apariencia babosa mostrando unos dientes que me hicieron palidecer en 0.2 segundos.

Mi primer instinto fué correr lo más rápido que pudiera.

¡¿Qué carajos era eso?! ¡¿Por qué tiene tantos dientes?!

Cuando estaba a punto de alcanzarme escuché un balazo, al mirar estaba el cuerpo en medio de la calle muerto.

-¡¿Qué demonios esperas?! -la voz de Steve desde una camioneta al otro lado de la calle me llamó la atención -¡Sube de una maldita vez!

Sin pensar mucho le hice caso, pero al abordar solo estaban dos de los niños que buscaban a Siete la otra vez.

-¿Quieres saber lo que está pasando? -cuestionó firme acelerando.

Asentí con la cabeza, estaba muy asustado.

¿Y Siete?

-Primero necesito que te calmes -afirmó el conductor.

Respiré profundamente tratando de mantener mi mente alejada de lo que acababa de ver.

-Siete es un experimento -soltó la bomba.

-¿Qué? -pregunté tratando de procesar la información.

-¡Sí -se encaramó un niño de rulos al lado mío -tiene orejas y cola de gato -me pasó una foto. Pero las oculta bien.

En esta estaba el chico que quería como novio sonriendo con unas orejas de gato encima de la cabeza.

-Los monstruos que viste vinieron de otra dimensión -comentó el de mi edad -una a la que Sietes mandaron hace mucho tiempo.

-¿Lo mandaron? -cuestioné mientras aún veía la foto, me encanta esa sonrisa y las orejas le quedan bien...

¡Soy un caso perdido!

-El padre de Siete, el mismo que lo mandó a ese lugar en el que casi muere ¿Te acuerdas?

-¡¿Cómo no me voy a acordar?! -me sobresalté -estaba tan herido cuando llegó...

-Siete nos ha ayudado a derrotar estas cosas -aportó el niño -está ahora de guardaespaldas de otro grupo.

-Tienes suerte, íbamos a estar todo el tiempo en casa de los Bayers -afirmó -pero a "alguien" se le quedaron papeles importantes cuando vino a ver una película.

-¡Tenía mucho sueño! -empezaron a pelear esos dos.

Durante el resto del camino me quedé mirando la foto.

Ahora entiendo el porqué mi tío no fue un desafío para él estando herido, si estaba lidiando con estas cosas...

Cada vez lo encuentro más increíble.

Honestamente no debería importarme si es un híbrido o no. O sea, es increíble que alguien así exista, entiendo la razón para ocultarlo pero sinceramente no creo que sea su culpa que alguien experimentara con él antes de nacer.

Sigue siendo el mismo chico que conozco y me gusta.

-¿Por qué la casa Bayers? -pregunté cuando estacionamos.

-Will Bayers, el que desapareció el año pasado -mencionó -estaba en la dimensión de esas cosas cuando Siete fué a buscarlo y no le creas si dice que no hizo mucho. Porque él entró a esa dimensión llena de monstruos a buscar al niño con posibilidades de no poder volver -afirmó bajando del auto.

La peliroja y el de rulos le siguieron a lo que al final iba yo.

Adentro estaba Jonathan y dos niños más.

-¿Y este? -preguntó el que era un año menor que yo.

-Casi se lo come una de esas cosas -comentó Steve.

-"Demodog", se llaman "Demodog" -interrumpió el de gorra -¿Para qué le pongo nombre si no lo van a usar?

-Dustin... -le retó el mayor.

-¿Eres al que Siete le dice "chico lindo"? -preguntó el hermano de Jonathan haciendo que mi cara se volviera completamente roja -Siete quería contarte, pero no le dejamos, perdón.

-¿Ya viste las orejas de Siete? -cuestionó el otro dueño de casa mientras iba a buscar algo.

¿Qué clase de pregunta es esa?

-Aquí tengo algunas fotos que le tomé cuando hacíamos un plan -me pasó una caja.

Creo que este chico no se da cuenta qué tan raro es lo que hizo. Voy a quemar esta caja.

-¿Le sacaste fotos sin que él te dejara? -preguntó Steve igual de indignado que yo.

-Bueno, necesitaba pruebas en caso de que Nancy quisiera llevar la historia al periódico -contestó simple.

Yo me molesté, pero Steve parecía que partiría la mesa con su cabeza.

Tomó la caja de mis manos y trajo un basurero metálico de uno de los cuartos tirando todas las fotos frente a todos les tiró aceite para luego sacar un encendedor, Jonathan trató de detenerlo, pero yo lo agarré y Steve las quemó.

-Nunca más -le tomó la camisa mientras yo aún lo sujetaba -niños -los llamó -jamás, bajo ninguna circunstancia se sacan fotos a otra persona sin que esta sepa y lo apruebe. Si quiere que desechen una, la desechan. ¿Quedó claro?

-De acuerdo -aceptaron y volvieron a la mesita del Living.

-Eso también va para tí -le informó Steve seguro -y tú -me miró y yo solté a Jonathan -si quieres respuestas, pregúntale a él cuando tengan tiempo y privacidad. Si quieres ver cómo luce "relajado", dale la seguridad para sentirse seguro. Hasta entonces solo trata de estar ahí para él, así como él ha estado ahí para tí.

Asentí.

Tenía mucho que pensar.

Lo que más me preocupaba era ese día que se fué con su padre y volvió casi muerto. ¿A qué se habrá tenido que enfrentar si estos monstruos son su día a día?

Quería saber más. Qué me contara cada anécdota, buenos y malos momentos, las personas que le ayudaron y lastimaron. Me sentía ansioso por escuchar todo de él.

Todo lo que me quisiera decir.

Ellos ya tienen un plan para acabar con esas cosas, por lo que no me interpondré. Después quiero que Sietes me explique todo lo que ha pasado y lo que son.

Ahora solo quería estar con él acurrucado en algún sillón mientras me cuenta y dice cómo le puedo ayudar.

El teléfono sonó, por alguna razón eso me puso ansioso y me acerqué.

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