Capítulo 55 M.E

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Yo seguía en los brazos de Siete después de un rato, al parecer no me quería dejar ir y ninguno de los dos quería detener a Billy realmente.

Estoy seguro que no es por celos que encuentro que se lo merecía, lo estuvo acosando y ahora aprovechándose de él así...

Quería slatar y golpearlo yo también, pero tampoco quería separarme de mi dulce novio, realmente sentía que me necesitaba.

Por lo mismo me sorprendío cuando me separó rápido seguido por el sonido de la campana de la puerta.

Unos hombres gigantescos con ropa militar se acercaron riendo y yo me sentí ansioso.

-Alguien me dijo que encontró mi gato -sonrió el líder.

Yo miré a Siete y él me sonrió delicadamente tratando de consolarme.

-Nos preocuparte mucho -se puso esa enorme montaña frente a él y yo ya no podía verlo.

Traté de rodearlos, pero lo tenían al medio de todos.

-Espero que te haya gustado tu regalo de bienvenida -ví gotas de sangre caer entre los pies y la desesperación me consumió.

Pero cuando Iba a gritar unos de los militares me llevó fuera contra mi voluntad.

-Eres su amigo -afirmó -¿Verdad?

-Soy su novio -aseguré tratando de hacer que me soltara.

-No te conviene -lo quedé mirando ofendido -ya debe ser difícil ser gay, no me imagino estar enamorado de ese felino.

-Me da igual si "no me conviene" -estaba arto de esa actitud -él es maravilloso, amable, antento, dulce, sabe escuchar, guapo inteligente y tantas cosas más que tú no te das cuenta porque solo lo lastiman.

Su agarre era muy fuerte, ya me estaba doliendo la muñeca.

-Si entras se lo harás más complicado -me soltó -yo ya lo intenté.

Después de esas últimas palabras me quedé mirándolo.

-Varias veces se quedó con mi hija mientras yo tenía que ver documentos o tenía entrenamiento -sacó de su billetera fotos -ella estaba muy feliz de poder jugar juntos.

En las imágenes había un pequeño Siete durmiendo enrrollado en el piso con una bebé encima, ella tironeando sus tiernas orejitas y llevándola en su espalda.

-Después lo mandaron a misiones y volvía tan herido o se iba de inmediato -suspiró -esa fué la última vez que jugaron.

-¿Por qué me dice todo esto? -cuestioné con la mano en el pomo de la puerta.

-No eres el único que lo aprecia, pero los que lo quieren dañar no son personas que les dé igual ser interrumpidos o molestados. Si vas allá adentro, solo conseguirás que lo lastimen más.

-¿Y qué se supone que haga? -lagrimas de impotencia comenzaron a salir de mis ojos sin yo poder detenerlas -¿Que mire cómo lo lastiman?

-Espera acá afuera -ordenó -yo voy a intentar distraerlos para que pueda irse.

-Gracias por la ayuda... -esperé que completara con su nombre.

-Sub Oficial Luke Mendoza -sonrió y entró.

El apellido no lo había escuchado en mi vida.

[Presto cambio]

Si moría ahora no me importaría, al menos pude ver a Eddie y besarlo por última vez.

-¿Por qué no se regenera? -preguntó el Oficial Banks.

Porque ya no tengo miedo, solo estoy cansado.

-Tal vez ya le hemos clavado tantas cosas que no siente el suficiente miedo como para regenerarse -llegó su Sub Oficial -podemos volver por él más tarde, cuando se nos ocurra cómo asustarlo.

Creo que nunca he entendido si le caigo bien o mal no se comporta como el capitán, pero tampoco como Steve.

-¡Podríamos quemarlo en un horno de pizzas! -gritó alguien en el grupo.

-¡Metamos  una botella de vidrio gigante por su trasero y rompámosla cuando esté completamente adentro! -se escuchó otra voz.

-Que cada uno escoja algo y el que lo deje más herido gana -sugirió otro.

-Yo digo que perforemos sus orejas con una cuchara -¿Cuál es su problema conmigo?

No creo haberles hecho nada como para querer hacer cualquiera de esas cosas.

-Bien, esto es lo que vamos a hacer -me soltó -vamos a pensar en ideas y haremos una lista con las mejores. Le haremos todo lo que está en la lista y vemos si así se asusta o se muere.

Y así sin más se fueron ya pensando en opciones que les gustaría probar.

Respiré profundo y traté de hacer presión en la herida.

-¡Siete! -entró corriendo mi novio llorando al verme en un pequeño charco de sangre.

-Tú dijiste que no nos metieramos -trató de justificar Billy con una cara preocupada

El chico de las pizzas estaba desmayado y completamente golpeado al punto de que su cara no se reconocía entre la inflamación y los moretones que tomaban color.

Improvisamos un vendaje y los dos se ofrecieron a ayudarme a llegar al auto.

Me negué con una sonrisa fingida.

-Si es por lo de Nancy, ya pensaremos en algo, pero vas a morir si te quedas -en el momento en que me puso una tierna cara de preocupación dejé ayudar.

Cuando me apoyé en nuestro amigo el de hermoso cabello corrió y le pegó otro puñetazo en la cara al chico que estaba inconsciente quitándole otro diente.

-Lo necesitaba -suspiró y tomó uno de mis brazos para pasarlo por detrás de su hombro.

Le sonreí genuinamente antes de besarlo rápidamente.

-Eres muy liviano -comentó Billy, lo que pareció tensar a Eddie.

-Tiene huesos huecos -explicó mi novio -su peso se ve muy afectado por su alimentación y musculatura.

El lindo recuerdo de esa conversación llegó a mi mente.

Estábamos en mi cama y en eso me preguntó por las cicatrices de las alas que me habían intentado porner.

Luego de las explicaciones besó mi espalda y empezamos a...

-Debes tener cuidado para subirte -afirmó el causante de mi sonrojo.

Todo el camino a casa los dos me retaban por lo "poco que me preocupaba por mi mismo".

¿Realmente es mi culpa?

Toda mi existencia se ha basado en "¿Qué puedo hacer yo por los demás?"

La sola idea de pensar en mí mismo antes que en otros me hace sentir culpable.

Únicamente me permití eso cuando me comenzó a gustar Eddie porque el hecho que pudiera estar con alguien más me hacía sentir peor.

Aunque siempre será su decisión si quiere seguir a mi lado o si prefiere buscar la felicidad acompañado de alguien más.

Incluso deseo que lo haga después de que yo me desvanezca.

Por mucho que duela.

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