Capítulo 56

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Estaba en el sillón sentado con mi mejor amigo mirándome fijamente.

Había obligado a todos a dejarnos solos para "hablar" pero no me decía nada.

En eso rompió la pesada atmósfera suspirando y abrazándome fuertemente.

-No desaparezcas -entendí perfectamente lo que me quiso decir -siempre parece como si no fueras a vivir mucho -susurró antes de apartarse ligeramente cayendo lágrimas por sus ojos.

-Es para lo que fuí creado -sonreí ligeramente -pero aún no se dan cuenta, por favor no les digas.

-¿En cuanto? -su mirada se veía desconsolada.

-Al final de esto hay algo que solo yo puedo hacer para que ustedes sigan -todo su cuerpo temblaba.

-¿Hace cuánto te diste cuenta? -mordió sus labios con frustración.

-Ahora, cuando ví lo impotente que se sentía por verme en esa situación, no quiero que sufra así de por vida porque se enamoró de mí y ellos no me dejarán en paz hasta que muera -acepté -necesito que mi cuerpo esté suficientemente débil o solo causaré más dolor.

Él abrió los ojos hasta parecer huevos fritos y agachó levemente la mirada.

-Ninguno de los dos estará tranquilo o será libre hasta que yo no esté más en este mundo, exponerlos a tí, a mi novio, el niño y al "fortachón" a una vida así no sería justo para ninguno de los cinco -seguí intentando explicarme para que no intentara detenerme -son mis amigos y les agradezco la hermosa experiencia que me han dado, pero mi muerte...

-¿Yo puedo quedarme? -cuestionó interrumpiendo mientras trataba que no se notara su llanto.

-No sé por qué quisieras verme en ese momento -admití -te iba a pedir evitar que alguien esté ahí en ese momento.

-Eres mi hermano, por supuesto que quiero estar contigo -volvió a abrazarme de manera casi desesperada.

Agradecía su comprensión.

Cuando se quedó dormido en mi hombro lo dejé en el sillón y fuí a mi cuarto tomando una foto de Eddie para guardarla en el bolsillo de mi pantalón.

Si no podré verte en persona en su debido momento, al menos esta es una buena alternativa.

Al día siguiente me desperté y bajé evitando el comer llegando al baño para terminar de arreglarme.

-¿Ni siquiera un bocado? -cuestionó Steve sonriendo de manera forzosa.

Negué con una sonrisa y le pedí que los reuniera a todos para hablar del monstruo.

Por suerte Nancy seguía viva, hubiera sido horrible saber que la mataron por mi culpa.

-El monstruo no se a comido al tercero -avisé -¿Saben algo de sus movimientos?

-Bueno, todas las líneas ley en las que se ha visto algo extraño nos llevan al laboratorio, pero hay algunas que se juntan en el lago -avisó Dustin.

-¿No había cerrado la mocosa el portal del laboratorio? -preguntó Billy -¿Por qué volvió a aparecer?

-Uno lo pudo haber abierto de nuevo -mencioné -si la barrera entre los dos mundos ya estaba débil en ese lugar es entendible y en el laboratorio hay alguien a quién quiere matar.

-¿Cómo podemos asegurarnos que no se abra otra vez? -cuestionó Eddie.

-Matando al que lo provoca -Steve me estaba sorprendido -podemos atraerlo para que cruce el portal y matarlo en un lugar controlado.

-Ni siquiera sabemos cómo entrar al laboratorio ahora -reclamó la peliroja.

-Mi antiguo equipo está en el pueblo, uno de ellos me puede infiltrar -tensé la mandíbula.

-¡¿Estás demente?! -me agarró los hombros mi novio -¿Y todo lo que te querían hacer? ¿Y cómo te trataron? Aún no se cura bien tu herida y yo...

-Yo iré con él -me miró fijamente mi mejor amigo -nos encargaremos de esto, y hasta entonces ninguno salga de aquí.

-¿Cómo se supone que los van a infiltrar en los laboratorios? -preguntó Billy.

-Iremos con el Sub Oficial vestidos como miembros del escuadrón, y llevaremos gel hidroalcohólico junto a un mechero -expliqué.

-¿Qué es eso? -cuestionó Max.

-El gel para desinfectarse las manos -mencionó Lucas.

-Va a hacer fuego invisible -sonrió Dustin -así el calor va a evitar que pueda usar todo su poder, pero no puede ver el motivo y apagarlo.

Todos miraron extrañados en su dirección.

-No puedo ser el único que investigó después que nos dijeron que a los demogorgones no les gusta el calor -se quejó.

-No sé, no es seguro -pensaba mi lindo novio tomando mi mano -¿Y si te quemas también? ¿Tu puedes verlo mi lindo elfo?

Eso último lo susurró, pero eso no evitó que mis mejillas ardieran por el apodo.

¿Por qué te preocupas tanto por un desastre como yo?

-Todo va a salir de acuerdo al plan -sonreí.

-Sí, de acuerdo al plan -rió forzosamente mi mejor amigo.

Creo que se le notaría menos si no hablara al respecto.

-Bueno, me llevaré de excursión a los mocosos por su gel, ustedes contacten a ese militar para ver si está dispuesto a ayudar -se levantó mi compañero de entrenamiento.

Después de eso Nancy se fué a la habitación para poder seguir con su columna del diario.

Steve se encargó de la llamada codificada ya que yo no podía contactar con ellos sin que los demás quisieran usarme de blanco.

Terminamos Eddie y yo sentados acurrucados en el sofá.

-¿Comiste algo hoy? -tomó mi cara -te ves muy delgado.

Por supuesto que me tengo que ver delgado y demacrado, es parte del punto.

Besé su cabeza tratando de desviar el tema.

Él se dió vuelta para abrazarme y quedarse con la cabeza sobre mí clavícula.

-¿Ya te he dicho que te amo? -susurró.

Apreté el abrazo y besé su cuello tratando de darle a entender que yo también a él.

Nos quedamos así un buen rato hasta que se escuchó el auto con los demás llegar.

Ahí nos pusimos uno al lado del otro tomados de la mano.

-¿50 litros es suficiente? -cuestionó Billy llegando un un balde gigante.

Asentí con la cabeza antes que el pequeño de rulos corriera a sentarse al lado mío.

-También te compramos ropa como la que usan los corredores de "fórmula 1" para evitar quemarse si algo se incendia -parecía muy emocionado.

Supongo que tendré que salir con ella, pero después dejarla en algún lugar.

-Mañana ese tipo va a darnos uniformes militares y nos llevará a las instalaciones -comentó, pero lo que hagamos adentro está por nueatra cuenta.

Si todo sale bien, para mañana en la noche ya estaré muerto.

¡Hola!

Espero que se encuentren lo mejor posible y les haya gustado este capítulo.

Oficialmente entramos en la recta final de la historia, así que gracias a todos los que han llegado hasta acá.

¡Nos leemos luego!

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