Capitulo 33

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Hoy es 24 de Diciembre y estaba muy cansado.

Con Steve pasamos toda la mañana cocinando ya que hoy venían Once, el policía y la familia Bayers, después se unirían Max, Dustin, Nancy, Lucas, Eddie y Mike.

Por suerte la casa ya estaba decorada, si también debiéramos decorar me hubiera dormido decorando el árbol.

Sé que Steve dijo que era tradición decorar así la casa para estas fiestas, pero realmente me parece exagerado.

-¡Mira lo que compré! -llegó con un suéter de reno bailando que decía "Las campanas hacen música al sacudirse, pero yo me sacudo con la música".

-Es horrendo -escribí en la libreta más cercana.

-Me alegro, porque te compré uno igual -me lo entregó -es tradición llevar estos suéteres para la celebración.

¿Por qué alguien en su sano juicio compraría un abrigo horripilante a propósito para usar un día al año?

Se escucharon autos, por lo que dejé el abrigo en la mesita y fuí a abrir.

-Feliz navidad -me fueron diciendo los invitados mientras entraban.

Cerré la puerta, pero al voltear noté que todos traían suéteres debajo de las chaquetas. Cada uno más desagradable visualmente que el anterior.

Lo peor de todo es que se decían entre sí que les encantaban los de los demás.

¿Aparte de mudo seré ciego?

¿Soy la única persona que considera eso un gasto innecesario?

-¿Y el tuyo, Siete? -preguntó Will haciendo que todos me miraran.

-Aquí mismo -mostró mi mejor amigo a lo que yo negué, no haría eso.

La comida fué placentera, pero el ambiente se puso incómodo cuando tocaron cierto tema...

-Estaba pensando que al finalizar el año podríamos mudarnos -declaró la señora Bayers -estoy buscando trabajo en la ciudad y sería grato alejarnos de todo lo que ha ocurrido aquí.

-Nos iríamos a finales de Julio -me quedé mirando al policía.

¿Cómo que él se va?

-Once se vendría conmigo -declaró -ya que está inscrita como mi hija.

Las garras de mis manos se clavaron a la mesa mientras yo trataba de mantener la calma y no matar a ese desgraciado.

-¿Por qué demonios hiciste eso? -estaba furioso -no es tú hija, ella murió y tienes que aceptarlo -reclamé -no puedes reemplazar a tu muerta con mi hermana, yo iba a tener la custodia, ese era el trato.

Volteé a ver a la señora Bayers, ¡No estaba traduciendo nada!

-¿Por qué no le dice lo que dije? -apreté los dientes.

-Porque es hiriente -comentó.

¡¿Hiriente?! Está secuestrando a mi hermana faltando el contrato que teníamos.

Salí disparado por un cuaderno para escribirlo y pegarlo en su cara a ver si entendía que no podía hacerlo. No podía arrebatarla de mi lado. No después de todo.

Busqué desesperado por los cajones hasta que ví a Jonathan con las 10 libretas repartidas por la casa.

Salté hacia él para quitarle al menos una cuando una corriente eléctrica dolorosa recorrió mi cuerpo.

-Eso debería dejarte ahí un rato -podía leer que ese Taser era para osos y me dieron ganas de matarlo.

-¡Siete! -corrió mi amigo que estaba en el baño a auxiliarme -¿Qué le hicieron?

-Tiene una orden de restricción a Once y si trata de llevarsela lo buscaré por secuestro y lo devolveré a su padre -declaró y arrastrando a Once que seguía en shock se fueron seguidos por los Bayers.

Trataba de moverme para detenerlos, pero nada respondía.

El auto se escuchó arrancar haciéndome sentir derrotado.

Comencé a llorar a mares. Por la injusticia, por la impotencia y por la rabia que me daba la situación.

Lo más probable es que mis músculos quedaran destruidos y tenga que esperar que mi habilidad autocurativa los reconstruilla para moverme.

Luego de un par de minutos mi mejor amigo se acercó y apoyó mi cara en una almohada mientras me frotaba la espalda para que yo pudiera seguir llorando.

Lo único por lo que peleé por años y otra vez no fuí suficiente para mantenerla a salvo cerca mío. Solo quería ser su hermano y cuando hiciera su vida poder mirar atrás felices por ayudarnos mutuamente.

Soy un fracaso.

La puerta sonó, estaba tan cansado, me dolía tanto la cabeza y tenía los ojos tan hinchados que ni noté los pasos acercarse.

-Los demás llegaron -avisó Steve -les diré que la fiesta se canceló y volveré.

-Feliz navidad -escuché la voz de Eddie, no quería que me viera tan mal... -¡Siete! -rayos.

El chico lindo salió disparado hacia mí con cara de haber visto un fantasma. Elevó suavemente mi cara y la miró con detenimiento. No podía parar las estúpidas lágrimas.

Él abrazó mi cabeza suavemente mientras me acariciaba el cabello. Realmente me hizo sentir más calmado.

-¿Qué le pasó? -preguntó Eddie mirando a Steve.

-Hopper lo electrocutó con algo para animales -comentó mi amigo -no sé el porqué, llegué justo cuando sucedió.

Las lágrimas salían más grandes cuando mi mente volvió a ese momento.

-No te preocupes -susurró mi persona especial -me quedaré hasta que te sientas mejor.

Se lo agradecí con todo mi corazón aunque ahora no pudiera decírselo. Realmente el tenerlo cerca me relajaba un poco.

-Después de que me digas el problema, me tienes que avisar si quieres que te dé ideas o solo lo dejarás estar -comentó -entiendo perfectamente que hay soluciones que tardan años en llegar y hasta entonces pensar en ello solo te hará sentir peor por el problema.

-Ya llamé a la casa de Max, Nancy y Dustin para avisarles que se canceló el plan -informó mi amigo -¿Vas recuperando la movilidad?

Intenté mover ligeramente los dedos, pero era muy poco el resultado.

-¿Me puedo quedar a dormir? -cuestionó Eddie -es el único día que "tengo libre" hasta nuestra cita, pero quiero ver todo lo que tenga para decirme y lo que no tenga, pero quiera.

Creo que cada vez que interactuamos me gusta más. Me pregunto si él se sentirá igual.

-Claro, por mí no hay problema y seguro que por Siete tampoco -suspiró mi amigo -feliz navidad, me hoy a dormir -se fué a su cuarto notoriamente cansado.

Creado Para EstoWhere stories live. Discover now