Capítulo 30

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No podía quejarme.

Desde que llegamos a la casa Bayers que Eddie me tenía abrazado en el sillón con la cabeza entre mis orejas.

Esperábamos a Once, Hopper, la dueña de la casa y su novio.

Will no paraba de mirarnos de reojo, tal vez aún no descubre esa parte de su ser, no me molesta.

Los monstruos que gruñían afuera se dejaron de escuchar y yo me pude relajar, la misión había sido un éxito.

-¿Realmente te sientes mejor? -preguntó mi mejor amigo llegando con frituras que jamás había visto.

Levanté el pulgar de forma afirmativa, no creo que pudiera estar mejor en este momento.

-Podías decirme -escuché el susurro de Eddie -no quiero que sientas que debes ocultarme cosas. No te obligaré a contarme nada, pero si quieres hacerlo, yo no te juzgaré.

Tomé una de las manos que me rodeaban y la besé.

Jamás me había sentido tan querido antes, realmente es una sensación muy bonita.

Pero como me entrenaron para pensar en cualquier situación posible, la idea de que él se aleje por algún motivo me inquieta.

"No puedes extrañar algo que nunca tuviste."

Si me dejo llenar de este cariño acogedor lo único que voy a obtener es sentir más fría la soledad si él decide irse y tratar de obligarlo a quedarse no es una opción. Es libre de hacer lo que él quiera con su vida, solo me gustaría formar parte de ella por muy egoísta que suene.

¿Y si encuentra a alguien más?

¿Y si esa persona no tiene una apariencia tan extraña como la mía?

¿Y si es normal?

Claramente si quiere que estemos juntos, él saldrá con varias desventajas. Si mi padre se entera que sigo vivo me mandará a matar y no le importará quién se ponga en su camino.

También me podría tratar de chantajear con él para seguir haciendo esas cirugías o para hacer el trabajo sucio y lastimar o matar a cualquier figura de poder con la que se sienta amenazado.

Ya no quiero hacer eso, pero me crearon para eso. ¿Hay algo mal conmigo?

¿Realmente tengo algún derecho de decisión de lo que quiero hacer?

Lo único que realmente pediría sería dejar a Once con una casa y suficiente dinero como para sobrevivir hasta que se haga mayor sin la necesidad de nuestro padre.

Después de eso no tengo más propósito, no tendría ningún motivo para tomar mis propias decisiones. Fuí entrenado solo para seguirlas.

-¿Estás bien? -tomó el chico lindo mi mano con delicadeza -¿Estás cansado? Te esforzaste mucho hoy, lo hiciste bien.

Negué suavemente con la cabeza.

Solo quiero estar así un poco más.

El grupo del laboratorio llegó y mi hermana en tanto me vió me vino a abrazar.

-Lo hiciste bien -le sonreí.

-¿Cómo te sientes? -preguntó a lo que yo levanté ambos pulgares.

-Hiciste un gran trabajo ahí niño -se acercó el policía -no nos encontramos a ninguno -desordenó mi cabello.

Podía sentir a Eddie apretar el abrazo que me daba, creo que Hopper no le cae muy bien.

-En mi grupo se van Dustin, Once, Siete y Max -afirmó Steve parándose del sillón -sus madres los irán a buscar donde nosotros mañana.

-¿Me puedo unir? -cuestionó el chico lindo -me van a matar si vuelvo tan tarde.

-Tienes suerte que tenemos tres sillones -afirmó este tomando su chaqueta.

Me paré y le extendí la mano al chico que me gusta, la que él aceptó con gusto.

En el auto el mayor me obligó a ir adelante, algo que no entendí bien.

-Ahora en la casa te voy a volver a revisar que tendremos más luz sin preocuparnos por esos monstruos -declaró Steve -nada de quejas.

Suspiré, realmente solo quería descansar y jugar un juego de mesa con los niños.

-¿Quieren pasar por pizza para cenar? -preguntó el conductor a lo que la segunda fila celebró.

En el local solo Steve y yo nos bajamos, aunque yo solo estaba ahí para sostener las pizzas.

Había un chico de más o menos mi edad atendiendo y un anciano haciendo las pizzas.

-Buenas noches, ¿Qué les puedo ofrecer? -el chico me miraba de reojo.

¿Seguiré teniendo sangre en la cara?

-Buenas noches, nos gustarían 5 pizzas de queso y peperoni para llevar, por favor -pidió Steve.

-Las tendremos listas en 10 minutos, si gustan, pueden esperar en alguna mesa -ofreció.

Algo hablaban el muchacho y el anciano, pero por la cantidad de máquinas funcionando no pude escuchar bien.

Luego de un par de aburridos minutos llegó el chico con dos vasos grandes de agua y una servilleta en cada uno.

-Gracias por la espera -los dejó frente a cada uno mirándome fijamente -son cortesía de la casa.

-Gracias -parece que el gesto le llamó la atención.

-Ah -intervino el mayor -mi hermano es mudo, pero te da las gracias.

¿No que no sabía lenguaje de señas?

¿Hermano?

-Oh -abrió los ojos levemente -es un placer -sonrió.

Luego de que se fuera olfateé disimuladamente el agua antes de tomarla para asegurarme que no estuviera envenenada.

Me iba a limpiar la boca con la servilleta cuando noté ahí un número en negro escrito a mano.

¿Será algún código de fabricación? ¿Alguna orden que se le olvidó que estaba ahí?

Levanté la mano mirándole para llamar su atención, a lo que él al verme tomo una libreta y un lápiz.

-¿Pasó algo? -se notaba más nervioso.

Tomé los artículos que traía para escribir, obviamente cuando me los ofreció.

-Me diste una servilleta con un número, si era algún dato importante no quería que lo perdieras -le mostré pasando la servilleta.

Mi amigo casi se atraganta con el agua y el chico enrojeció de golpe a un tono muy intenso.

¿Dije algo malo?

-Ah, eso... -jugaba con los dedos de sus manos -no se debe preocupar -sacó del bolsillo de su delantal otra servilleta -puede usar esta si quiere.

La dejó en la mesa y salió corriendo a la cocina sin llevarse la que tenía el número.

-Eres todo un conquistador -se rió mi amigo -Eddie tiene que tener cuidado.

Pero si no he conquistado nada.

¡Hola!

Espero que se encuentren lo mejor posible y les estén gustando los capítulos.

Les quería informar que ya estoy escribiendo el capítulo 6 de la historia de "Pravithra x male reader" así que en un par de semanas ya estarán los 10 capítulos base para ser publicada.

¡Nos leemos luego!

Creado Para EstoWhere stories live. Discover now