Capítulo Final

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Me acababa de prácticamente bañar en el alcohol especial para que esto funcione.

Bajé el balde mi miré al horizonte unos segundos.

Me sentía asustado de morir.

Sé que es lo que tengo que hacer. Es lo que cualquiera quisiera que hiciera.

Pero nunca en mi vida me había puesto a pensar que realmente llegaría el día.

Es extraño pensar que mi cuerpo ya está lo suficientemente débil como para quemarse.

¿Eddie me recordará? ¿O mi presencia se irá con mis cenizas?

-¿Estás seguro? -preguntó Steve -aún podemos devolvernos.

-Seguro -asentí y saqué del auto las demás cosas que íbamos a necesitar.

Nuestros caminos se separaron yendo él a las cámaras para que Uno no trate de usarlo en mi contra y yo al lugar del portal.

Dejé los dos baldes de desinfectante en el suelo y oculté una botella de metal llena de este bajo el panel de comunicaciones interior.

Lancé el balde a la ventana y resistió impecable, no podría salir de aquí.

Bañé todas las paredes y dejé el piso pegajoso con un balde. El otro sería en caso de emergencia.

Puse un encendedor para que encendiera una cuerda en el único lugar seco y así que no detecte de inmediato el calor.

Como un experimento que ví aquí. Si el animal se enfrenta en tanto llega la diferencia de temperatura, se irá. Pero si la subes de a poco, ni siquiera lo va a notar.

Ya es la hora.

Golpeé la entrada del portal y dejé pasar mi mano para que supiera que era yo.

Mi hermano no tardó en aparecer luciendo más desagradable que nunca.

-Ya te lo había advertido -afirmó e iba a intentar levantarme.

Lástima que le lancé el balde vacío. A la cabeza antes para desorientarlo.

Me tiré hacia él colapsando contra una pared y lo golpeé repetidas veces en la cabeza.

No le iba a dar espacio para defenderse o recuperarse.

Mis ojos miraron rápidamente que el fuego llegó al líquido.

Trató de poner sus brazos para protegerse, pero yo los agarré clavando mis garras y con la otra mano golpeaba su cabeza contra la pared.

El es bastante débil si neutralizas sus habilidades psíquicas.

Ya estaba tirando baldosas con los golpes, poco me importaba igualmente.

Aunque con uno de los pedazos rotos pude sacarle los ojos.

Ahora aunque se recupere, no podrá lastimarme.

Mi cuerpo se sentía cansado y estaba sintiendo ya el calor. Dolía.

Sus brazos dejaron de poner resistencia, por lo que aproveché para cortarlo por la mitad mientras lo seguía golpeando.

Steve, por favor no veas esto.

Separé la parte superior e inferior de su cuerpo y las dejé en el centro del cuarto mirando hacia lados opuestos antes de bañarnos a los dos con el líquido restante en el segundo balde.

Se estaban viendo en mi cuerpo quemaduras de tercer grado.

Me iba a quedar sentado mirando la foto de mi novio esperando volverme cenizas junto al otro cadáver cuando Steve llegó.

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