Capitulo 27.

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Reunirse por una tormenta, emocional o climática.

Briana.

El psicólogo toma de su te humeante, estamos en la primera sala de la cabaña cuando tocan el timbre.

-¿Esperaban a alguien?- pregunta el psicólogo pasando el sorbo de te.

-No, pero iré a revisar quien es- Nate quien me estaba acompañando en la sesión se levanta.

El psicólogo me ha preguntado como me siento a lo que conteste con un "confusa" y esa respuesta llevo a mas preguntas.

-Retomando el punto, comprendo el odio que llegas a sentir pero aquí lo importante es como lo quieras sacar-

Escucho el viento cuando Nate abre la puerta y saluda a alguien que pasa, no me doy la vuelta ya que dos vecinos nos han visitado con la excusa de que hace mucho no ven a Nate y si, han hecho un recorrido de kilómetros para verlo.

El estar con los vecinos es agradable, uno era una persona mayor que llevaba una chamarra y traía unas galletas hechas en su casa. Lo recibimos con café caliente y charlamos por horas de como había sido su vida aquí, las dudas de como seria tener un abuelo y si seria así me llegaron a la cabeza y empatice mucho con el.

La segunda era una joven que al llegar saludo a Nate tirandose a sus brazos, en seguida me puse de pie y se quito de sus brazos. Nate me presento y ella cambio su rostro a una de tristeza cuando dijo la palabra "novia". Pase horas preguntándole a Nate quien era y por que se había puesto de tal manera, el me explico que ella le había confesado su amor por una carta y el nunca la devolvió.

-¿Briana?- el psicólogo me saca de mis pensamientos.

-Disculpe, me repite la pregunta-

Nate sigue sin volver y por el silencio asumo que ha cerrado la puerta de nuevo. ¿Sera aquella chica?

-¿Me da un momento?- el psicólogo asiente y vuelve a tomar su taza.

Me incorporo y camino a la puerta sin tomar abrigo o algo con que cubrirme, tomo el pomo de la puerta y lo giro atrayéndola hacia mi. Mis corazón y mis pies paran en seguida tras ver al gran hombre frente a mi.

-Señorita buenas tardes- el vecino mayor me saluda y lo miro por el rabillo del ojo sin despegar mi mirada de Adrien.

-¿Que...que... haces aquí?- me da una sonrisa ladina y sus ojos grises atropellan a mi corazón.

-Bueno Natalia- mi corazón para de nuevo cuando se hace a un lado mostrando a la pelinegra sonriente- y yo queríamos saber como seguías-

-¿Esta al tanto de...?- Nate se acerca a mi y yo tomo su brazo para sostenerme.

-No, no lo esta- Adrien tensa la mandíbula.

-Se que tienes incapacidad y supongo te sentías mal, yo quiero saber como estas- habla adoptando la misma posición que yo con Nate.

En cuanto sus manos tocan el brazo de Adrien el frio recorre mi cuerpo entero y me doy cuenta de que el hielo se hace agua bajo mis pies que solo llevan calcetines afelpados. 

-Entremos, Bri tiene frio- asiento levemente y no me suelto de Nate.

Todos hasta el vecino entran a la casa, el psicólogo repara a Adrien y a su acompañante.

-Si gustan la sesión la posponemos- habla Duck.

-Creo que será lo mejor, disculpe las adversidades- le digo.

Devoto.(+21)Where stories live. Discover now