Epilogo.

30 3 0
                                    


Epilogo.

Italia-Roma.

5 años despues.

Briana-25 años.

Mis manos envueltas en cuero comienzan a tensarse al rededor de mi arma. Camino evaluando el lugar, obscuro y sucio, los chillidos de las ratas se escuchan cercanos.

Le indico a mi grupo que se queden quietas mientras analizo un sonido extra al que llevamos escuchando una media hora. Analizo el sonido que parecen pasos me pego a la pared a un lado de mi y sostengo con fuerza mi arma.

Los pasos se acercan a nosotras y calmo mi respiración para que no me noten. Una sombra se hace presente en la pared que tengo frente a mi, esta a metros de nosotras, por su sombra veo que esta buscando algo o a alguien.

-!Sigan por allá¡- la voz masculina me tensa.

La sombra se regresa por donde vino y relajo un poco mis hombros, no puedo morir, no ahora.

-¿Regresamos?- mi mano derecha susurra a mi oído y niego con la cabeza.

Regresar por donde vinimos no es una opción así que solo podemos seguir por delante pero el camino se divide en dos derecha e izquierda, por la derecha se fue aquel tipo así que solo nos queda una opción.

Espero unos minutos a que no se escuchen mas pasos y comienzo a salir lentamente de mi escondite, miro a la derecha y vacío, camino con rapidez al camino de la izquierda. Di la orden de seguirme y eso es lo que hacen.

Seguimos a paso lento sobre pasillo recto, la puerta al fondo del pasillo me hace querer correr. Al llegar me aferro al metal de la puerta, esta cerrada con un candado oxidado mas grande que mis dedos.

-Pinzas- pido y extiendo la mano recibiéndolas.

Coloco las pinzas sobre la cadena y aplico presión, los mangos de la pinza se me incrustan en las manos de manera muy dolorosa, quiero gritar pero sigo aplicando presión hasta que el metal se afloja y se cae.

-Vamos, rápido- abro la puerta haciendo demasiado ruido y encontrando escaleras que suben, descuidadas como los túneles de donde acabamos de salir.

Subiendo me aseguro que nadie este por ahí y salimos al exterior. Pasto y arboles sin cuidar nos rodean, piso con cuidado de no encontrar algún bicho y todas me siguen.

-¿El automóvil?- pregunto y una de las chicas saca su celular buscando.

-Esta a seis metros con cincuenta centímetros- asiento y sigo avanzando cuidando que tampoco haya nadie por ahí.

El automóvil aparece cubierto por una lona café que simula tierra, entre todas la quitamos. Me coloco rápidamente de conductor y enciendo el automóvil, las chicas suben con la lona arrugada entre todas ellas y acelero a toda velocidad una vez que la ultima puerta ha cerrado.

-Lo hicimos- algunas gritan y dejo salir una sonrisa triunfante.

-Maldito lugar, me asustó mas encontrar un espíritu vagando a media noche que a alguno de ellos- comenta mi mano derecha.

Por el retrovisor miro el castillo estilo victoriano, pequeño para llamarse castillo. Pensé que jamás saldríamos de ahí.

-Esos trajes eran muy apretados, aun tengo las marcas- comenta otra de mis chicas y estoy de acuerdo.

-Ni me lo digas, el escote lleno de varillas como si fuéramos una muñeca- comenta otra de la parte de atrás.

-No quiero nunca mas volver a ser una sirvienta- mi mano derecha dice como suplica.

Devoto.(+21)Where stories live. Discover now