Devoto.(+21)

Capitulo 39.

Mi boda.

Briana.

Las manos me sudan y mi respiración casi me mata, el aire de la habitación ha desaparecido.

-No llores cariño, arruinaras el maquillaje- me indica mi madre limpiando la lagrima que solté sin sentirlo.

-Luces perfecta- Adam quien llego esta mañana me alaga pasando sus manos por el vestido alisándolo.

Si, me coloque un vestido despues de mucho tiempo por culpa de Adam, desde aquella ves no me había colocado uno. Estoy con personas que jamás me harían daño y es mi boda. !!Carajo, es mi boda¡¡

-Ven, el diseñador es amigo mio y le rogué que te diera un vestido, es el día de tu boda mujer- Adam tiro de mi mano a la habitación donde me medirían varios vestidos, fue al primero que llame despues de que Adrien propusiera el matrimonio.

-No quiero vestidos Ad, con un pantalón blanco y una blusa azul es suficiente- alegué.

-Pruébalos y despues me darás las gracias-  

Pasamos las puertas dobles y un moreno, alto con ojos cafés claro nos sonrió en cuanto pasamos en umbral pero su sonrisa bajo de inmediato y comenzó a negar con la cabeza.

-Nunca había tenido una novia de un día para el mismo día, conseguí lo que pude pero mira que pelos traes- el moreno sin nombre caminó hacia mi y coloco ambas manos en mi cabello revuelto por haber pasado horas en la cama llorando.

En mi cuerpo se deslizaron por lo menos diez vestidos que alternaban en distintos blancos, no quería eso, no ahora. 

-No quieres nada y tu boda será en unas horas ¿Bri no escogerás alguno?- Adam dijo mientras me miraba por el espejo de cuerpo completo con un vestido blanco tipo princesa.

El moreno que descubrí se llamaba Charles sentado y recargando su cabeza en sus dedos me miraba arto, aun faltaban el peinado y maquillaje.

-Quiero algo...- Charles y Adam me miraron incrédulos despues del color que nombre.

-Es una boda pequeña- Charles se levantó y caminó a mi.

-Si, mi boda y si usaré un vestido será....-

Adam y Charles intercambiaron una mirada pero al final Charles trajo el mejor vestido del mundo.

Otra lagrima traicionera sale y ahora es mi padre quien la limpia, no me recrimina ya que el ha soltado mas de dos en lo que lleva del día.

-Vamos, es hora- tomo una bocanada de aire, mi hermano abre la puerta y me aferro al brazo de mi padre, salimos y las escaleras esta vez se sienten imposibles de bajar. Otra lagrima.

"Solo me estoy casando, no es nada del otro mundo" intento calmarme pero no puedo.

Bajamos los primeros escalones y las nauseas se hacen presentes, no se si son por el embarazo o por los nervios.

Celia quien ya esta abajo me sonríe y le devuelvo otra sonrisa. Otra lagrima. La miro en el vestido negro ceñido que le preste hace unas horas.

-Bellísima- la abrazo despegándome de mi padre y ella acaricia mi espalda- estarás bien, si crees haberte equivocado de hombre nos mudamos a las Filipinas-