Capitulo 30.

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Mi pequeño retoño.

Daniel.

Entierro el pie en el acelerador, cosa que nunca hago. Los nervios y los gritos de mi mujer me tienen mal, intento no estampar el automóvil con los otros que cruzan frente a mi.

-!!Maldito Daniel, apresúrate¡¡- Celia me grita en medio de quejas.

-Tranquila, respira conmigo- Briana intenta calmarla.

-¿Que ninguno de los dos ve que estoy pariendo? como tranquila Briana- su amiga me ve por el retrovisor con cara de suplica pero ya no puedo acelerar mas.

El hospital se hace presente ante mis ojos y agradezco que Denver no tenga tanto trafico en esta zona, aparco mal en la entrada del hospital y entre Briana y yo sacamos a Celia del automóvil.

-Colóquenla aquí- un enfermero rubio sale con una silla de ruedas y ahí dejamos a Celia.

-!Ahhh¡- Celia vuelve a gritar y toma del antebrazo al enfermero estrujándolo.

-Ay señora, no me lastime- me posiciono a un lado de mi mujer dejando que me apriete la mano mientras avanzamos supliendo al enfermero.

"Me va a partir la mano" pienso y la mano me comienza a cosquillear perdiendo la sensibilidad, me esta durmiendo la mano.

Llegamos a una sala donde me alejan de mi mujer y me comienzan a colocar una bata azul de hospital encima de la playera que elegí para hoy, azul. Ese color que no deja de pasar por mi mente evocando el ultrasonido en 3D que vi hace semanas de mi hijo.

Me pasan a lavar las manos, enseñándome como y termino colocándome un cubrebocas junto con unos guantes. Paso a la sala de operaciones donde mi mujer esta tendida en una camilla con las piernas dobladas.

Me sientan junto a ella y le doy mi mano, no tarda en tomarla y apretujarla.

-!No podre, duele mucho¡- grita y las lagrimas comienzan a salir de sus ojos.

-Si puedes amor, es nuestro bebe. Nuestro hijo, solo esfuérzate, estoy junto a ti dándote mis fuerzas-

Asiente y nuestras miradas se unen haciendo que vuelva ella y yo a tener fuerza, quisiera pasarle las mías para que esto pase lo mas rápido posible.

-Bien, señora Ravinovich puje- el doctor esta frente a sus piernas observando a la espera de mi hijo.

-!Ahhhh¡- mi mujer comienza a pujar y a apretar aun mas mi mano.

-Venga amor- la animo mientras beso su frente sudada.

-De nuevo, puje- vuelve a pedir le doctor y Celia obedece.

Entre lagrimas, sudor y nervios no se quien aprieta a quien, si yo a Celia o Celia a mi. Algo que no había tenido en cuenta es que toda la sala esta inundada de los gritos de mi mujer y el latido del corazón de mi bebe, mi hijo y los de mi mujer. Los ojos se me encharcan como en todos los ultrasonidos y como cada vez que íbamos a consulta y escuchaba los latidos de mi bebe.

-Quiero vomitar- dice Celia y el enfermero de antes llega a su lado con una bolsa. Mi mujer vomita mientras mi hijo nace.

Admiro a mi mujer, madre de mi hijo y mi futura esposa.

-Señora Ravinovich escúcheme bien lo esta haciendo bien, es la ultima. Puje- el doctor le pide y Celia vuelve a gritar mientras puja. 

El llanto de mi hijo se hace claro y no se que hacer. Dejar a mi mujer y ver a mi hijo o estar con mi mujer y no ver a mi hijo.

Devoto.(+21)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora