Capítulo 16

1.2K 117 8
                                    

Camille

Me despedí de Nick y seguí a Hank hacia el ascensor, apretamos el botón de planta baja. Tenía un poco de miedo por lo que Mark iba a decirme. La noticia era urgente, no habría venido a París si no fuera algo de lo cual no debiera tomar acciones inmediatas.

—Estoy seguro que sea lo que sea se va a solucionar —intentó tranquilizarme Hank al ver que estaba nerviosa.

—Espero que sí —musité intentando convencerme de que no era nada malo.

—Quiero agradecerle —Lo miré confundida.

—¿Por qué?

—Nick se ve más animado últimamente, su psicóloga dice que mejoró mucho.

—Me alegra oír eso —sonreí —. Es un chico muy interesante, reflexiona mucho y tiene muchas cosas por decir.

—Es gracias a usted, señorita Werner.

—No fui yo, fue él.

—Usted no se fue, está aquí desde hace dos meses, todos se fueron a la semana. Es gracias a usted que él está así.

Las puertas del ascensor se abrieron y lo primero que ví fue a Mark paseando de un lado a otro impaciente. Al escuchar el ascensor se giró hacia mí y pude notar tensión en su rostro. Algo no iba bien.

No supe cómo logré acercarme a él sin caerme.

—¿Qué haces aquí? Se supone que debes estar en Nueva York —me apresuré a decir —. Dime que vienes a decirme que solo querías tomarte unas vacaciones y pasaste a saludarme.

Mark se mordió el labio y se pasó la mano por el pelo.

—Ojalá fuera eso —Hizo una pausa —. Tengo que hablar contigo ¿podemos ir a dar una vuelta?

Asentí y me despedí de Hank quien me saludó con una sonrisa y me deseó suerte. Salimos con Mark del edificio y comenzamos a caminar en dirección al jardín frente a la Torre Eiffel.

Ninguno dijo nada en todo el trayecto. Sentía un nudo en el estómago por cada segundo que pasaba sin decir una palabra. Llegamos a nuestro destino y me harté.

—Dime que pasa —Me detuve, obligándolo a mirarme.

—Cam, escucha, no es culpa tuya ¿si? —me adelantó. Mis ojos se humedecieron un poco y él dudó en si seguir hablando. No era la primera vez que debía darme una mala noticia —. Cam...

—Solo dilo, lo hecho, hecho está.

—Antes que nada —prosiguió y lo odié por seguir evadiendo el tema —. ¿Cómo estás?

Me relamí el labio inferior.

—Estoy bien, creo... Y estoy impaciente, ya dime —Nada —. Mark, ya sé que es algo malo. Tiene que ver con mi libro ¿no? ¿Se cansaron de esperar?

—No solo es eso —continuó, y tuve miedo —. Los precios subieron y... Escucha, vamos a encontrar la forma de seguir con tu carrera...

—¿Puedes dejar de intentar suavizar el golpe? Mark, solo dimelo.

Él odiaba darme malas noticias ¿quién no? Mark me había acompañado desde que empecé a escribir y no me abandonó ni siquiera cuando todas las editoriales me rechazaban. Él siguió a mi lado.

—La editorial entró en crisis, cerró. Tendremos que buscar otra. Hablé con tus padres, también y...

—Para. No quiero escuchar lo que tienen que decirme y menos si te mandaron a ti para eso.

—Ellos están preocupados. Mira no estoy de su lado ¿si? Estoy contigo.

—¿Quieren que lo abandone y darme un trabajo?

No contestó y eso fue suficiente para entenderlo. Mis padres nunca me apoyarían.

—Lo siento —me disculpé —. Te hice perder dinero. No pude terminar el libro, Mark.

—Sé que lo intentas y que no es fácil, Cam. Yo también escribo ¿lo olvidas? —Apoyó sus manos en mi hombros —. Encontraremos otra editorial y si no, publicaremos por nuestra cuenta. Mírame —Levanté la vista hacia él —. No estaba al alcance nuestro ¿si? No fue culpa de tu libro ni de los otros autores. Lo solucionaremos.

—Viajaste desde Nueva York para contarmelo ¿cierto? —Ladeó la cabeza.

—Te conozco y si te lo decía por teléfono...No era lo correcto, tenía que decirte de frente.

Me sequé las lágrimas.

—Te prometo que voy a terminar mi libro antes de año nuevo —Eso lo hizo reír.

—No te presiones, Cam. Tienes otras cosas que hacer además de escribir... —Se detuvo un momento —. Hablando de eso, ¿cómo van las cosas con tu nuevo trabajo?

—Muy bien.

—¿Es como pensabas? ¿Estás de niñera?

—No, no soy una niñera. Al principio era un poco molesto e irritante, pero ahora creo que nos estamos llevando muy bien.

—Me alegra que la pases bien —sonrió —. Escuché que Anya vendrá.

—Me sorprende que ustedes hablen, se supone que eres mi empleado.

—Que graciosa.

Mark no era mucho más mayor que yo, había cumplido veintiocho años ese año.

Nos quedamos hablando un largo rato, poniéndonos al día sobre todo. Le conté cómo la estaba pasando en el departamento y como intentaba ayudar a Nick. También le hablé de mi libro y sobre las ideas que se me habían ocurrido. Él me habló un poco de su vida en Nueva York y como estaban yendo las cosas por allá. Me contó que mis padres le habían dicho que yo no contestaba sus mensajes, lo cual era cierto. Le pedí que les dijera que necesitaba un tiempo sin hablar y que cualquier cosa podrían comunicarse con él.

—¿Seguro no quieres pasar y comer algo? —le ofrecí una vez que llegamos al edificio otra vez.

—No, gracias, quedé con unos viejos amigos.

—Gracias por venir —Se quedó mirándome unos segundos.

—Estoy orgulloso de lo que lograste como escritora y como persona, Cam, no importa lo que piensen tus padres.

—No me importa lo que piensen.

—En el fondo te afecta —adivinó.

—Bueno, son mis padres.

—Llamame si necesitas algo.

—¿Cuánto tiempo vas a quedarte?

—Tres días. Tengo trabajo allá.

—¿Tan poco?

—Ojalá pudiera quedarme más. Te quiero, Cam.

Sonreí.

—Yo también te quiero.

Nos despedimos con un abrazo largo y prometimos vernos antes de que él se fuera a Nueva York otra vez.

Una vez que subí al departamento sentí una especie de vacío. Mi carrera se estaba hundiendo. Y mis padres querían que la abandonara.

Te Encontré en París [Completa]Where stories live. Discover now