Capítulo 47

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Camille

Esa noche había sido una de las mejores de mi vida. Luego de pasar más de tres horas en la librería, que ahora era mía, Nick me llevó a pasear por los jardines de la Torre Eiffel. Lamentablemente tuvimos que irnos cuando empezó a llover y llegamos al departamento empapados a pesar de ir en auto.

Una vez que entramos, nos cambiamos y fuimos directamente a dormir en la habitación de Nick. Conciliar el sueño no había sido un problema para mí, pero supe que Nick casi ni había podido dormir cuando al día siguiente lo encontré preparando el desayuno a las ocho de la mañana.

—¿Desde que hora estás despierto? —pregunté mientras me acercaba a él.

—Desde las cinco, creo. Buenos días, preciosa —Me tomó de la cintura y me pegó a él para luego darme un beso corto —. Feliz cumpleaños.

—Gracias —sonreí —. ¿Esos son croissants?

Oui oui, mon amour.

—¿Puedo saber por qué te despertaste tan temprano en lugar de dormir conmigo?

—Siquiera te diste cuenta que me había levantado, duermes como un tronco.

Puse los ojos en blanco.

—¿Qué tienes ganas de hacer hoy, cumplañera? —Lo pensé unos momentos.

—Me gustaría ir a la librería —Estiré mi mano para agarrar un croissant —. Y a la tarde tengo una reunión virtual con Mark y una editorial, la que te conté ayer.

—Mmm —Me abrazó por atrás —, me parece bien. Pero...

—¿Pero?

—¿Será que tienes un tiempo para mí ahora? —Una sonrisa pícara se asomó por sus labios —. Sería tu primer regalo de cumpleaños.

—¿Primero? ¿Cual es el segundo? Pensé que la librería ya era un regalo.

—Si, pero no por tu cumpleaños y tampoco voy a decirte cual es el próximo porque ya no sería una sorpresa. Pero volviendo al tema —Delineó mi cintura con su dedo —, ¿qué tal si nos tomamos unas tres horas para nosotros solos?

Un escalofrío me recorrió la espalda.

—¿Tres horas?

—Pueden ser cuatro.

—Te pasas.

—Ni que te quejaras cuando coge...

—¡Nick! —Lo interrumpí antes de que terminara de decir aquello.

—¿Qué? —Se encogió de hombros —. No dije nada malo, solo que no nunca te escuché quejarte, más bien me pides que siga...

—Suficiente —Agarré la mitad de mi croissant y se lo metí en la boca —. ¿Acaso hablas con Laura sobre lo hormonal que estás?

—¿Por qué hablaría con Laura sobre eso?

—Quizá pueda darte algo.

—Que graciosa. —Masticó un poco de la comida —. Está muy bueno, casi tan rico como tú.

Me tomó de la cintura y me sentó sobre la encimera. Atrapó mi boca con la suya en un beso voraz sin vacilar ni un segundo más. Rodeé su cadera con mis piernas y lo apreté contra mi haciendo que soltara un pequeño gemido. Reí ante eso, pero él solo continuó jugando con nuestras lenguas. Una de sus manos se deslizó desde mi cadera a mi muslo y su boca comenzó a mordisquear mi cuello. Eso dejaría una marca.

—Nick...

—Mhmm...

Arqueé mi espalda dejando mi cuello aún más expuesto, se sentía demasiado bien. Nick sonrió y pasó sus dedos por el borde de mi pantalón de pijama con intenciones de quitarlo del camino.

Te Encontré en París [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora