Capítulo 41

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Nick

Verla entrar en la sala había sido impactante, inesperado. Odié que me viera en ese estado: en una camilla de hospital después de tener un accidente automovilístico. Sabía que Hank o Lucas la habían llamado, seguro habían sido ellos. A pesar de pedirles que no lo hicieran...

El punto fue que ella había entrado casi lagrimeando y eso me partió el alma. Supe que le dolió verme así. Para ella era la primera vez que yo estaba en un hospital internado. Nunca le había contado mis verdaderos pensamientos, los que alguna vez tuve. Y me enojó que se enterara de esa forma.

Cuando había corrido hacía mí a abrazarme, la aferré a mí con fuerza. La había extrañado mucho, demasiado.

Mierda. Vaya navidad le había dado.

Me sorprendió que no hubiera nombrado el accidente en ningún momento mientras había estado conmigo. Solo se había concentrado en hablarme de otros asuntos, de pasar su dedos por mí mandíbula y sonreír.

Carajo. Amaba su sonrisa.

Supuse que Hank le había pedido que no hablara del tema conmigo, siempre era la misma historia. Pero en aquel momento, una parte de mí quería contarle la razón, lo que cruzó por mi mente en aquel momento y lo que me llevó a detener el auto en segundo lugar. Quería confesarle tantas cosas... Pero ¿qué pasaría si le decía todo lo que pasó por mi mente? Había sido una rafaga de ideas, de impulsos acumulados que no había logrado hablar con nadie del todo bien y se habían presentado en aquel instante cuando tenía el pie en el acelerador.

Quería que ella supiera toda mi historia, como prometí contarle. Pero no pude abrirme del todo. Le había contado sobre mí hermano. Le había confesado lo que de verdad le había pasado y de algún modo me sentí un poco liberado. Ella era la última persona que me importaba de verdad que no sabía la razón de todo esto. Decirle que mi hermano había muerto, se sintió como otro paso a aceptar la realidad: que él ya no estaba conmigo.

Tenerla en mis brazos, besar sus labios, su cuello, ansiarla, quererla. Todo eso se había vuelto un estilo de vida para mí. Lo último que había querido era que me viera en aquel estado, débil. Antes creía que al verme ella se alejaría, se asustaría, pero fue todo lo contrario: se quedó.

Su voz volvió a mi mente para endulzar mis oídos:

—Te quiero, mi amor.

Mi amor. ¿Eso quería decir que diría que sí? Si yo se lo pedía... ¿ella aceptaría?

Una emoción interna se apoderó de mí y lo supe. Iba a confesarlo: estaba enamorado. 

Enamorado de la mujer más hermosa de todo el mundo, de los ojos que más brillaban en todo París. Había vuelto. Mi musa había regresado.

Aún tenía una canción por terminar de escribir, una propuesta que esperaba ser aceptada y un montón de metas que quería cumplir desde hacía mucho tiempo. Y quizá, y solo quizá, fue en aquel momento que me dí cuenta de que no todo estaba perdido. Quizá me había dado cuenta de ello tiempo antes, pero no quería aceptarlo. Aún tenía mucho por hacer...

Y lo iba a hacer por mi. Por Cam. Por Hank. Por Lucas.

Lo iba a hacer por ti, Eric. Cumpliría nuestro sueño y te llevaría conmigo en cada una de mis canciones, en cada melodía.

Tu recuerdo sería mi motor. 

Te Encontré en París [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora