Capítulo 51

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Benedict estaba visitando a Genevieve, fue ella quien le contó que el duque Williams se había ido.
El segundo Bridgerton le agradeció la información pero él estaba ahí para calmar el deseo que seguía creciendo en él, desde que conoció a la mujer de plata.

Esta vez el calor de la modista solo le ayudó hasta el segundo después de liberarse en ella. Pero después se sintió vacío, le sonrió a la mujer que había sido suya, sin hacer promesas, esta vez cuando se despidió, supo que era la última vez que la veía, al menos en esos términos.

Voy a encontrar la mujer de plata como sea se dijo a si mismo, ya no puedo engañarme, quiero que esa mujer sea mi esposa

A la mañana siguiente, se despertó temprano, desayunó, pidió que le alistaran a su caballo. Llegó a la casa de Colin y Penelope.

Había bastante silencio, le dijeron que su anfitrión estaba en el comedor, se le hizo bastante extraño no ver a Penelope a su lado, se preocupó aún más porque su hermano estaba comiendo sin ganas, definitivamente algo malo estaba pasando.

-que paso Colin? Donde esta Penelope? Se pelearon? -dijo preocupado.

El segundo Bridgerton vio como su hermano menor seguía mirando la comida, pero había detenido la acción de comer, unas lágrimas le rozaron las mejillas. Colin se tapó los ojos con una mano, dejo salir todas sus preocupaciones bajo la mirada de su hermano mayor.

Benedict se levantó de la mesa, fue con su hermano, le cubrió la espalda con sus brazos, dándole golpecitos en ella, para que él se pudiera desahogar.

Después de un par de minutos Colin dejo de sollozar.

-Gracias

-de que? Le pregunto Benedict

-no burlarte de mí

El segundo Bridgerton sonrió
-porque todavía no sé qué pasó, si es algo estupido ten por seguro que me burlare.

Colin hizo una mueca en el rostro.

-uno pensaría que después de casarte con la mujer que amas, todo lo demás se acomodara y será sencillo.

-lo que te tiene así, es que la vida es dura? Por favor. La vida es así, no siempre va a pasar lo que tú quieres, por lo menos tú tienes a tu lado a la mujer de tus sueños. Mírame a mi, ni siquiera se el nombre de la mujer de los míos, por eso estoy aquí hoy, debo terminar el dibujo, necesito a Penelope.

-esta desayunando arriba.

-arriba? Porque no está contigo?

Benedict vio otra lágrima caer por la mejilla de su hermano menor.

-por tanto estrés que ha pasado, sumando a lo de ayer con el duque, casi pierde el bebé, el doctor le ordenó quedarse en cama lo que resta de la espera, ya envié cartas a nuestras familias para que organicen una visita diaria, para poderla mantener entretenida, pero sin que le cuenten cosas que la puedan alterar.

Benedict entendió la preocupación de Colin, le dio unos toques en la cabeza como si fuera un cachorro, se despidió, empezó a subir las escaleras, antes de entrar se imagino que Pen se iba a ver bastante mal. Pero al verla, no podría decir que estuviera enferma.

-hola cuñada, vengo a molestar -dijo Benedict con una sonrisa torcida.

-Benedict! Hola, en lo que te pueda ayudar, pero si necesitas que me levanté, es mejor que le digas a Colin, porque el doctor me prohibió hacer esfuerzo alguno.

-si, Colin me advirtió, para lo que necesito, te puedes quedar justo donde estas.

Momento siguiente desenrollo el pergamino donde tenía el retrato de la mujer de plata, se lo mostró a su cuñada, saco de su bolso algo para apoyar.

De La Fantasía A La Realidad- Una Historia PolinWhere stories live. Discover now