"La chica de los ojos esmeralda"

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Cuando quedaba solo unos metros para llegar a casa, volví a mi forma humana, no cabría por la ventana.
Trepe lo poco que me quedaba para llegar a la ventana de mi habitación. Mi cuerpo no daba para más. Aún estaba sangrando del arañazo del lobo salvaje, el cual, perdí la pista.

Una vez estuve dentro, me fui directo a la bañera, quería quitarme toda la sangre de encima y limpiar la herida.

Abrí el grifo dejando el agua correr hasta que cogiese temperatura. Revisé mi teléfono, tenia algunos mensajes que contestaría luego, eso no era importante. No tardé mucho en meterme, pues ya estaba desnuda. Antes de hacerlo miré mi espalda en el espejo. Había unas garras bastante pronunciadas, dejado ver cinco rajas que empezaban por la columna y terminaban en curva por mi costado izquierdo. Dolía como el demonio, pero me aguante, ella estaba bien y mereció la pena.

Deje que el agua caliente relajase mis músculos. Mientras que disfrutaba la sensación con los ojos cerrados, esos ojos esmeralda se hicieron presentes.
¿Quién eres chica misteriosa de los ojos esmeralda?

Esa fue la pregunta con la que me fui a dormir.

Los rayos de sol empezaron a colarse por la ventana, dejándome saber que era hora de despertar. Gracias al baño de ayer me sentía más relajada. Volví al baño y mire mi herida. Como era de esperar ya estaba cicatrizada, solo quedaban unos raspones, por decirlo de alguna manera.

Termine de alistarme y baje a la cocina. Moría de hambre y en culpa fue por no comer nada ayer. Llevaba oliendo el bacon desde que me levante.

-Hola cielo- hablo mi madre en un tono cansado.

- Hola mama- bese su hombro- Perdón por ayer, tu no tienes la culpa de que tu marido sea una bestia- la mire.

- Loren...- advirtió, es verdad y lo sabe- ¿Todo bien anoche?- me separe tomando asiento en una de las banquetas de la isla de la cocina.

- Si, solo necesitaba despejarme- cogí un trozo de bacon y lo mordí- Ohh, esta delicioso-

- Eso es porque tienes un hambre canina- me miró con una sonrisa.

- Si- me levante- Y tambien es porque tengo una madre que cocina genial- la abrace por la espalda- Te quiero mamá, enserio, perdón por hablarte mal ayer- apoye mi cabeza en su hombro.

- Esta bien- me miró agareando mi cara entre sus sueaves manos- ¿Te dolió mucho?- se refería al golpe de mi padre. Negué.

- Estoy acostumbrada- le reste importancia. Casi todos los días me llevaba una.

- De eso voy a hablar con el- me miró sería. A veces con esa cara tan seria, le tenia más miedo a ella, que a los golpes de mi padre.

- No hace falta, se enfadará más- me aparte- Y luego lo pagará conmigo- bufé.

- No podéis estar así eternamente- estaba cansada, se le notaba.

- Ya sabes como puede terminar esto, pero ambos os negais a contarme la verdad- dije calmada.

- Yo..- hablo para después cerrar la boca y seguir con el desayuno.

- Voy a despertar a mis hermanos- dije triste. Ella quería decir lo, lo se, pero mi padre siempre está ahí.

Por hoy decidí ignorar eso, mi principal objetivo era buscar a esa chica.

- Chicos arriba- toque sus puertas. Ambos tenían su habitación, aunque se la pasaban casi todo el día cada uno en la del otro así que por deducción hoy estaban en la de Noah.

- Mierda- escuche un susurro- Tapa lo- algo escondían otra vez.

- ¿Que haceis?- pase cerrando la puerta tras de mi.

Esto es imposible | TERMINADAWhere stories live. Discover now