CAPITULO 2

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En una casa cerca a un bello jardín, un bello pelirosa se encontraba en la cocina preparando un delicioso platillo para la cena de esta noche.

Con una sonrisa satisfecha comenzó a olfatear el olor del aderezo.

- ya está listo - comentó Jimin dando aplausos de forma ansiosa al ver que la comida estaba en su punto

Y esta vez, no se le había quemado.

Pues casi todo el día se la paso metido en casa, aprovechando en limpiar, lavar, entre otras, solo quería distraerse.

No era divertido estar en casa solo después de todo.

Pues, nunca salió de ella.

A sus 19 años, Jimin creció siendo criado por su padre, la única persona que tuvo el trabajo de hacer dos roles, tanto como papá y como mamá, pues su madre falleció cuando tenía tan solo dos años, aún un bebé.

Habían pasado tantos años que había olvidado el rostro de su progenitora, de no ser por las fotografías Jimin jamás la había podido recordar aunque quisiera.

La extrañaba.

Como no hacerlo, quería sentir el calor de su madre, sentirlo una vez más y poder recordar que se sentía saberlo.

A una edad tan temprana Dong-Sun no sabía cómo decirle a su único y pequeño hijo, que su madre había fallecido por cáncer.

Un cáncer al corazón que acabo con su vida al poco tiempo.

Era una noticia triste.

Cuando Jimin cumplió los cuatro años, siempre buscaba a todos lados con la esperanza de que su madre llegara, pues su padre no podía ocultarle por mucho tiempo.

Lo único que pudo decirle era que su mamá, fue al paraíso y que cuidará de él desde arriba.

La inocencia de un niño era tan pura que Jimin preguntó, ¿cuando llegara?.

Esa pregunta solo le destrozó el corazón que no tenía valor de decirle lo que en verdad pasó.

A lo que el solo le respondió que ella llegará pronto.

Y claro que a su edad solo asintio de forma inocente.

Los años fueron pasando y ahora Jimin se daba cuenta de todo, su mentalidad ahora era distinta, ya no era una niño y entendía que su madre jamás volverá a pesar de todo, jamás podrá abrazarla ni mucho menos escuchar su melodiosa voz.

Desearía volver a escuchar su voz.

Había olvidado que tan linda era.

Lamentablemente no hay forma de retroceder el tiempo.

Una triste y cruda realidad.

A esta edad, Jimin jamás salió de casa, ya que su padre le dijo que correría riesgo, no quería que le pasará nada, así que optó por obedecer y quedarse en casa.

Pero eso no quería decir que estaba feliz en ese aspecto.

Siempre se preguntó por qué su padre no le dejaba salir, entendía que correría riesgo, las calles son peligrosas y lo sabía perfectamente. Pero el ya era un adolescente, ya tenía diecinueve años, podía cuidarse, aún así su padre no le daba el permiso Quitandole por completo la libertad.

Quedaba en casa hasta que su padre llegara y sentir compañía.

Pues al no salir, le quitaba la oportunidad de tener amigos y jugar con niños de su edad, eso era triste.

Pues no quería pasar el resto de su vida encerrado como un prisionero en contra de su libertad.

De alguna forma tenía que salir.

DEUDA [KOOKMIN] +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora