DEUDA [KOOKMIN] +18

CAPITULO 25

Una tarde bastante agotadora, si, una tarde muy cansada para Jeon Jungkook, quien después de tomar el rico desayuno de su hermoso novio, fue a su despacho para así continuar con su labor.

Para algunos, el cumpleañero tenía que pasar sin hacer nada en todo el día, pues era su día y podía hacer lo que uno queria, relajarse y siendo mimado por sus seres queridos por un año más de vida.

Eso sonaba demasiado ridículo.

Para Jungkook lo era.

Hoy era su cumpleaños pero jamás le vino el pensamiento de tomarse un relajo total, es más, casi nunca lo imagino, solía ser dedicado a su trabajo desde pequeño, y es por la misma razón que su cumpleaños lo tomaba como un día cualquiera; un día común y corriente, nada importante.

¿Que de especial tiene?.

Mayormente solo te dan abrazos y te festejan por tu día.

Pero ¡Agh!, detestaba las fiestas, no era fan de ver a tanta multitud por su alrededor.

¿Antisocial?.

Pueda ser que lo sea.

No necesitaba abrazos de nadie ni una jodida fiesta de cumpleaños, solo quería trabajar como un día común y corriente.

Pero, siempre hay un "pero".

Y es que solo cierta personita tenía ese don de hacer que un mafioso caiga y sea abrazado.

Si, claro que sí.

Jimin podía hacerlo.

Ese lindo pelirosa que con tan solo sentir sus brazos envolverlo, lo llevaba en una paz impresionante, sientiendo esa calidez de su calor, calmando y controlando su temperamento con tan solo tenerlo cerca.

Ese hermoso pelirosa que lo enamoró con sus encantos y sensilles, y claro que no podía faltar su ternura y descares.

Ese niño precioso que supo dominarlo a su antojo, ese niño que poco a poco fue convirtiendose en su debilidad.

Joder, ¿Como se convirtió en esto?.

Se había vuelto tan blando y frágil cuando se trataba de cuyo pelirosa. Ese corazón negro había sido pintado a un color más vivo que era el rojo, ¿Quien era el responsable?. Jimin lo era.

No se qué mierda le hizo pero lo quería para el.

No sabía que clase de brujería le había hecho pero lo tenía completamente loco.

Ese pequeño le tenía una sorpresa, ¿Que sería?.

Nunca había estado tan ansioso de saberlo como ahora.

Cuantas emociones podía causarle aquella anhelada sorpresa.

Estaba invadido en sus pensamientos llenos de curiosidad por saber de qué trataba.

Y claro que no tenía que esperar mucho, pues en ese entonces llevo su mirada hacia su muñeca, viendo la hora del pequeño reloj, marcando que eran las ocho de la noche.

Era hora de salir, y por fin era momento de ir a ver a su hermoso novio, joder lo extrañaba.

Necesitaba su calor ahora mismo.

Poco después, unos pasos se asomaron hacia la puerta, dando dos golpes en la misma.

— Jungkook, ¿puedo pasar? — la voz molesta de su amigo se hizo presente detrás de la puerta

— no, lárgate — soltó

Pero de todas formas Taehyung abrió la puerta e ingresó al lugar, sin evitar sentirse ofendido por el rechazo de su amigo.