CAPITULO 8

27.7K 1.8K 242
                                    

RUIDO

✧------------♕

Denisse

Cada minuto que tenga disponible, siempre lo utilizo para estar con él, después de los tres días nos dimos cuenta que su cuerpo seguía luchando, se mantenía con nosotros he iba mejorando.

Con cada estudio realizado nos enterábamos que su organismo se estaba recuperando, que todos los medicamentos estaban funcionando como era debido y que el margen de infecciones en ciertas zonas que fueron afectadas como el abdomen y el brazo herido por la barra, van recuperándose exitosamente.

Llevo a Mason que le indica a sus perritos que se sienten en el suelo porque es el momento de que vea a su papá. Le acaricio la cabeza, con la otra mano me acaricio el abdomen que no ha crecido. Antonella me comentó de estos casos donde el bebé no se muestra en una gran barriga hasta que le dices a aquella persona que necesitas contárselo pero que se lo sigues ocultando.

Sé lo he dicho, sé que está inconsciente y no me importa si la teoría es cierta o no. Ya le he dicho a mi marido que estoy embarazada, cada que pongo su mano en mi vientre, siento que algo no va bien, que quizá soy yo que estoy demasiado preocupada y el hilo de ideas se desata en mi cabeza.

Es mi culpa porque es pequeño.

Es mi culpa por no dormir.

Es mi culpa por no comer.

Es mi culpa por no obligar a mi estómago a que retenga los alimentos.

Es mi culpa que no se note que esté embarazada.

Es mi culpa, todo es mi culpa...

—Tienes que despertar, mami se ha sentido demasiado mal, no me gusta que se culpe por cosas que realmente no son su culpa, papá. —Suelto un sollozo, estoy detrás de Mason que permanece sentado en el sillón, dándole apretones a la mano de su padre—. Hay una mini bola de fuego en su panza, la doctora dijo que es pequeñita... Y eso puede ser malo.

—No lo será, bebé, estaremos bien.

Le aseguro, aunque está demasiado inmerso con su papá, así que me acerco a la puerta para darle su espacio y escuchar lo que le dice mientras me paso el pañuelo por los ojos que no me dejan de gotear.

—Julian y yo apostamos que el bebé es muy fuerte, sacamos cálculos, conté esta vez muy bien los sucesos y me di cuenta que ella estaba embarazada antes del ataque que hicieron a Rusia —le dice lleno de emoción—. Y no sé si te acuerdas, papá, pero ella tuvo heridas y me contaste que te dio miedo cuando un tonto explotó una granada cerca de ella, salió volando, la doctora Gilda me enseñó que el bebé se adhiere como un chicle a una capa de su cuerpo... ¿Endometrio? Ah, no lo recuerdo.

Se rasca la cabeza, sigue sosteniendo la mano de Kylian mientras le sigue contando todo lo que le ha pasado en los últimos meses. Han sido largos, todos lo sabemos, sin embargo, sabemos que era necesario y que valió la pena porque terminamos rescatándolos.

Sé que podría haber sido capaz de haberlo hecho en menos tiempo, solo si es que no hubiera estado embarazada y temiendo porque me mataran.

—El punto es que con los combates o hasta cargar pesado como también las caídas, puede haber un desprendimientos. ¡O sea el chicle se despega! —Mason se echa en el sillón, frustrado—. No es un chicle, lo sé, ya te escuché hasta acá. Es un bebé, lo entiendo, pero si se supone que se pega a ella, ¿por qué tendría que preocuparse porque se despegue?

Río silenciosamente, recordando que desde que Mason lo visita siempre parece contestarse justo como su padre lo haría. Quizá con reprimendas, mismas que a Mason poco después no le importarían ya que tiene sus propias ideas y va en busca de la razón o más conocimiento.

Un paraíso en ruinas #2 जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें