CAPITULO 35

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LA TRAICIÓN

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Murat

La venganza es dulce.

El trabajo es arduo aunque muy enriquecedor.

Me muevo hasta el amplio terreno en el que hay zona de despegue para los aviones y helicópteros. Venir a la central de Rusia no es un problema para mí que desde siempre gracias a Mikhail tuve presente, conozco muy bien el terreno y es por eso mismo que no me causó nada la muerte de Nikola.

Su cuerpo apareció inerte en mi oficina cuando los voyevikis lo habían terminado de recibir para asegurarse de que no presentara amenazas. Ellos me hicieron un favor al terminar con él, no me importaba si sufría en el proceso, yo en realidad deseaba que lo mataran para poder quedarme con todo el reino de la Bratva.

Leminski está a mi lado viendo como se aproxima la avioneta que tiene a mi nueva presa.

—¿Tienes todo preparado?

—Es así, he estado siguiendo el rastro de cada uno de ellos como me lo pediste y es verdad que al estar dentro del palacio es netamente imposible porque tienen una buena hacker de su lado —comenta el ruso—. No creo que podamos dar con ellos a larga distancia, tendremos que ir personalmente para seguir con las siguientes partes de tu plan y así triunfar un poco.

—Ya lo hemos hecho, Leminski, la realidad es que lo hicimos cuando le dimos la noticia que nos estábamos aliando con ustedes y por parte del gobierno —encojo mis hombros—. Las cosas son así, saben que teniendo el gobierno ruso entero en su contra, están perdidos, ante el próximo ataque que tienen que hacer para rescatar a este imbécil, es evidente que se darán cuenta de nuestra magnitud y que no somos un juego fácil.

—Los vas a llamar a la trampa, los harás perder tiempo, equipo, armamento y fuerzas.

—Justamente eso haré, agregando a la lista que se darán de cara con la realidad y es que Rusia es el doble de fuerte que todos ellos y sus alianzas que poco les durarán —palmeo su espalda—. ¿Sabes algo de otros territorios?

—México, Colombia y las rutas que antes manejaba Polonia junto con el diamante turco ya no tienen ánimos de unirse a nuestra contienda —asevera—. Hablé con Alemania, sabes que es uno de los países con mejor armamento militar y sobre todo inteligencia por la tecnología de vanguardia que manejan.

—Sí, ¿y qué han dicho?

—No les interesa, no debes preocuparte por no tener a más países de tu lado, en algún momento te apoyarán —palmea de vuelta mi espalda—. Además, tienes que ser consciente de que por el momento tienes a piezas en tu equipo demasiado fuertes y que ellos harán que retrocedan y se asusten por la violencia que manejamos.

No me convence del todo saber que hasta el momento no tenemos más aliados, de mi bando tan solo tengo a los de Francia y a los de Rusia. China está presentando problemas para acomodarse de nuevo y recuperarse por el ataque que recibieron para disolver el gobierno de Tao Yáng, lo que quiere decir que no es ni siquiera una posibilidad.

En este punto de la historia es evidente que todos buscamos más gente, más respaldo y yo siempre he tenido en cuenta que mientras seas el rey, los peones siempre te van a servir para sacrificarlos y muchos de ellos te pueden sorprender en el camino.

Tengo considerado que mientras sigamos atacando, la situación erá esta. Muchos van a morir, pero de mi lado prefiero que todos ellos mueran mientras yo me voy haciendo más fuerte y voy viendo sus puntos débiles, quieren llegar a mí, pero para eso, tienen que pasar por los muros de gente que me respalda y está dispuesta a matar por mí.

Un paraíso en ruinas #2 Where stories live. Discover now