Por la Familia [Bellamione]

Dieciséis~

A pesar de la primera impresión que Bella tuvo del lugar, Grimmauld no era, de hecho, la misma casa que recordaba haber visitado en su juventud. En primer lugar, todas las habitaciones habían sido renovadas. No de manera drástica, pero los retratos y otros rasgos identificativos fueron eliminados por completo, y cuando llegaron al segundo nivel, la diferencia fue inmediatamente evidente.

El dormitorio de Regulus se transformó en el de la niña. Había aparatos muggles por todas partes, particularmente fotografías de la niña con lo que Bella suponía eran sus padres. Miró una de las pocas fotografías vivientes: la niña de posiblemente once años, parada en el andén 9¾ con sus padres sonriendo ampliamente, el Expreso de Hogwarts al fondo. La niña de la fotografía se quedó inmóvil durante tres segundos, con los brazos sobre los hombros de sus padres (los muggles se arrodillaron) y luego echó ambos brazos alrededor de los hombros de su madre y, a su vez, de su padre.

Se parecían entre sí, ¿no? Bella no había pensado en los padres nacidos de muggles antes, y estudió la foto con intensidad, absorbiéndola. Recordó su pregunta tal vez, en retrospectiva, insensible: "¿Es eso lo que te dijeron tus padres muggles?" Hermione Granger había hablado bien esa noche, como siempre lo hacía, y Bella intentó con todas sus fuerzas tomar en serio la lección que había aprendido.

Fue entonces cuando la niña le dijo por primera vez que quería que la llamaran por su nombre. "Sangre sucia" no era más que un apodo para Bella en ese momento, pero el uso de la palabra había herido a la chica. Había tantas cosas de las que, lamentablemente, recién ahora se estaba dando cuenta.

Bella se preguntó cuántas cosas había hecho sin pensar que podrían haberle causado dolor. Quizás había más pensamientos en la cabeza de Bella que eran groseros y condescendientes para los oídos de la chica, y hablar de ellos podría ser hiriente sin que Bella lo supiera. Como su discusión sobre aptitud, aunque afortunadamente Bella había identificado el problema en cuestión en ese caso. La niña tenía un talento singular, brillante para su edad.

Pisó un campo minado, ¿no? Sólo quería hablar y ser comprendida, pero su mente era su peor enemigo. Necesitaba que la niña la ayudara a identificar los peores pensamientos de su corazón y a comprender por qué no eran ciertos. Confiaba en el juicio de Hermione Granger mucho más que en el suyo propio.

La chica había dicho algo más importante esa noche. "Encontraré una manera de restaurar los recuerdos de mis padres".

Su prima, seguramente, debería ser la prioridad de Bella. Se volvería loco, si no lo hubiera hecho ya, aturdido en un lugar fuera del tiempo mismo. O lo que sea que realmente fuera el velo.

"¿Bella?" Dolohov gritó desde abajo, y Bella salió de su estado contemplativo. "He recogido los muebles. ¿Y ahora qué pasa con la biblioteca?"

Bella metió la fotografía viviente en su bolso, pensando que probablemente la chica querría recuperarla. "A la biblioteca", le dijo a Dolohov, y se dirigió al tercer piso.

La biblioteca de Grimmauld Place era, como Narcissa había mencionado, el mayor depósito de textos de Magia Oscura que existía en la Gran Bretaña Mágica. Si no el mundo, pero era extravagante afirmar eso. Aún así, si alguna biblioteca tuviera la clave del dilema de la chica, y el de Bella con Sirius, sería ésta. Las estanterías se elevaban a más de tres pisos más, con escaleras mágicas que subían con un pensamiento. A lo lejos, la oscuridad de la medianoche se arrastraba sobre ellos a través de un portal de cristal transparente en lo alto.

"Busque todos y cada uno de los textos que puedan discutir la reversión del encantamiento de memoria. Y en segundo lugar, el velo que el Ministerio tiene en el Departamento de Misterios".

Trabajaron hasta medianoche para reunir los textos. Pasarían muchas semanas antes de que pudieran interpretarlos todos, la mayoría en griego y latín, que ninguno de los dos hablaba ni leía con fluidez.