Día 11

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Me planteé decir que tenía vomito, fiebre alta, o incluso una feroz diarrea, pero lo cierto es que estoy perfectamente recuperada, al menos, físicamente. No tengo ganas en lo absoluto de ir a la escuela, y menos con lo mal que estaba comenzando el día.

En cuanto desperté, gracias a los gritos de Jennifer preguntando donde se encontraban las llaves del auto, descubrí que faltaban quince minutos para que comenzaran las clases. Ir al baño fue la peor parte, ahogué un grito de horror cuando me miré al espejo: mi cabello, un gran desastre; un nudo horrible por la parte de atrás y esponjado. Me pase la mano por las raíces rubias, se notaban más de lo que esperaba.

«Nota mental: Ir a retocarme el cabello»

Y mi rostro, es otra historia. Ojeras de color oscuro lo adornaban, algunos granitos en mi frente hicieron acto de presencia, culpemos a mi terrible dieta esta vez.

Deshice el nudo lo más rápido que pude, lo que gano que se me cayeran algunos cuantos cabellos. Me lo recogí en una coleta alta que solo logró que las raíces rubias resaltarán aún más, para luego encontrarme con otra situación estresante en el momento que abrí el armario : Aquí no hay pantalones.

— ¡Mamá!— grité, buscando desesperada por mi closet.—¿Dónde están mis pantalones?—pregunté frustrada.

— ¡Están lavándose justo ahora!

¿Qué demonios? Respira hondo, Meg, respira. Necesito pensar rápido ¿Asistir con el uniforme de educación física? No, me llevarían a la oficina de la directora Piper con solo verme entrar. ¿La camisa del uniforme y un jean negro? Probablemente terminaría en la oficina por incumplir el código de vestimenta.

Esto debe ser una broma.

Ya a punto de perder la esperanza, fue cuando la vi, al fondo del armario, sonriendo cínica mente, como si aquella prenda se burlara de mi desgracia.

No, no, no. No usaré la falda. Mis manos comenzaron a sudar, y temblar. Lo último que faltaba era un ataque de pánico.

Años sin usarla, pero aún así, representaba mi única opción, ya que al formar parte del uniforme, tendrían que dejarme entrar. Eso no hacía que la situación fuera más sencilla, mi respiración comenzó a acelerarse en el momento que la saqué del armario de mala gana. Muy corta para mi gusto, me llegaba a mitad del muslo, aunque no podía hacer nada al respecto, todas las chicas la utilizaban así. Las medias negras disimulaban un poco la cuestión.

Hice un mohín, viéndome en el espejo.

Mi madre alzó las cejas sorprendida en cuanto vio mi atuendo, a lo que yo me encogí de hombros. No me reclamó nada ya que técnicamente era su culpa que no pudiera llevar mis pantalones , si al menos hubiera dejado uno en la cesta de ropa no tendría este problema. En cuanto llegamos a la escuela tuve que pasar a buscar un pase especial para que me dejaran entrar a clase, si llegaba tarde de nuevo sería expulsada por tres días, lo que para mí no sería un problema.

Caminé hasta el salón de clase, gruñí al recordar que matemática tocaba a primera hora. Toqué la puerta, escuché un "Adelante" proveniente del profesor, todo el salón se quedó en silencio en cuanto aparecí, unos chicos silbaron, ganándose una mirada asesina de mi parte, le entregué el pase al profesor, para luego sentarme junto a Adam. Nos saludamos entre susurro, y su mirada se posó en mí, más tiempo de lo normal. Fruncí el entrecejo al notar que Anne, sentada en la mesa de al lado junto a Claire, llevaba unos lentes gigantes al estilo Elton John, y sin maquillaje por lo que sus pecas quedaban expuestas. La pelirroja me miró de vuelta e hizo una seña de «Te lo explicaré luego.»

Esta vez logré entender un poco mejor la clase, lo que se podía considerar un gran avance. Para concluir el profesor mandó un montón de ejercicios, que "como regalo" según él, valdrían dos puntos extras, toda la clase suspiró resignada.

50 DíasWhere stories live. Discover now