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Jimin despertaba lentamente en aquella mañana fría. Sus ojitos pesaban mucho y el cansancio en sus músculos eran demasiado notorios desde el momento en que estiró todas sus extremidades.

El Omega abrió sus ojos grises y noto lo nublado de aquel día al instante a través de la ventana, soltó un lento suspiro y pronto se dió cuenta de algo importante.

Estaba nuevamente en su habitación y en la comodidad de su cama.

Jimin se levantó de golpe y aunque sintió un leve mareo, se recompuso rápidamente. Volteó a ver a su lado y pronto se dió cuenta que su Alfa no estaba ahí, calentandolo como cada mañana y abrazándolo protectoramente como suelen hacer en cada mañana, para luego despertarlo con un acaramelado beso. El Omega sintió una leve punzada en su pecho, quiso pucherear, pero prefirió guardarse la molestia, nuevamente suspiro y decidió levantarse.

¿En qué momento de la noche su Alfa debió haberlo llevado nuevamente a su habitación?, se preguntaba el Omega.

Decidió tomar un baño, relajante, en el que el agua fría caía sobre sus tensos músculos, lo necesitaba demasiado realmente. Cuando terminó de ducharse,  se cambió a ropa deportiva pero está vez, optando por usar una sudadera y unos pantalones de chandal un poco flojos, pues el clima lo ameritaba.

Se vio al espejo y pensó durante varios minutos. ¿No estaría estupendo poder cambiar el color de su cabello?, sonrió al imaginarse con un tono mucho más llamativo y quizá un corte diferente.

Quizá lo haga más pronto de lo imaginado.

Cuando estaba por salir de la habitación, tomo el pomo de la puerta y detuvo sus pasos. Volteó su mirada hasta la cama, la cual tendió y ahora estaba más ordenada. Pronto recordó lo sucedido la noche anterior y como se comporto como todo un mocoso malcriado y berrinducho, su amado Alfa solo desea protegerlo, velar por su salud y él sabe que no está poniendo mucho de su parte. Jimin se sentía realmente avergonzado consigo mismo, debe comenzar a dejar su actitud aniñada y aunque le encanta que su amado hombre lo consienta, también sabe que no puede ser todo el tiempo.

Jimin suspiro por enésima vez aquella mañana y decidió salir de la habitación, tenía una grandiosa idea que contarle a su amado Alfa. Vió a los mismos guardias de la noche anterior cuidar el pasillo que conduce hasta su habitación y las otras dos restantes.

- Deberían descansar chicos, no se han movido de ese lugar en más de doce horas - Sugirió el Omega.

- No podemos jefe Park. El jefe Min nos dió el horario de cuarentena y dos horas - Dijo con firmeza uno de los guardias.

- ¿Debes estar bromeando no es así? - Pregunto Jimin con incredulidad.

- No jefe Park.

- Bueno, siendo así. Cómo tú jefe, les ordenó en este mismo instante que vayan a tomar un descanso de... Quince horas, si, eso será más que suficiente.

🚬 ENTRE DOS ALFAS 🚬 ~YM~ ||Omegaverse||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora