❥︎ 𝐂𝐚𝐩. 2 𝐷𝑖𝑠𝑡𝑎𝑛𝑐𝑖𝑎

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- Esto no es en lo que quedamos -un hombre de apariencia tenebrosa y con máscara que desde el primer inicio siempre llevaba, combinada con su voz apagada y seria- Dexter, ¿dónde está mi dinero? -

- No alcanzamos a vender toda la merca, y... -mentira, el dinero que faltaba se había gastado en lujos para él y su pequeño cordero- y en este momento mis hombres se están moviendo para vender lo sobrante. -

- Dexter, sabes que te tengo mucho aprecio, pero -se detuvo un momento acentuando la última palabra- tú mismo has "cobrado" a personas que no cumplen.-

- Lo sé, y por eso me siento en respeto por usted, mis impertinentes hombres recibirán su castigo por no completar su cuota. -

- Asi espero, más te vale que para mañana en la mañana me entregues lo faltante -se dio la vuelta para andar a su vehículo, unos hombres le abrieron la puerta para dejarlo entrar- no me falles, Dexter, o tendré que darte de comer a los perros. -

Una amenaza fuerte, y concreta.

En realidad el grupo del ojiazul se encontraba en este momento robando badulaques para juntar el restante, se lo dejaría a ellos pero también era su responsabilidad, y la de...

- Horacio, ¿cómo has estado? -saludó como cortesía a través de su celular- ¿estás libre en este momento? -

«Hola, Dex» la vocecilla nerviosa del moreno sonó con felicidad a su llamada «Si, estoy libre ¿por?»

- ¿Quieres venir a un badu conmigo? -soltó directo y es que no se iba a andar por las ramas ya que necesitaba el dinero rápidamente- sé que con ese pelo pollo haces badus, me pareció bonito que vinieras conmigo. -

«¡Oh, claro, claro!» dijo efusivo, olvidándose el cuestionarse a sí mismo el porque aquel tipo sabía sobre aquello sí nunca se lo había dicho o dado alguna pista «¿dónde nos vemos?»

- En tu casa, llegó en cinco, estate listo. -

«¿¡En cinco!? Esper-»

Colgó su llamada sin dejarlo terminar la frase, la mayoría de veces hacía lo mismo así que Horacio se fue acostumbrando aquello, al principio se quejaba pero por "A" o por "B" él terminaba siendo él culpable, lo cual en algún momento se acabó creyendo.

Mientras el motorista cruzaba la ciudad a toda velocidad, un nervioso Horacio se empezaba a cambiar rápidamente y arreglar para estar lo mejor presentable para él, le gustaba verse lindo y más para la persona que le gustaba. Pareció un parpadeo cuando el claxon de Dex sonó afuera del pequeño departamento que arrendaba con Gustabo, y vaya suerte que no estaba en este momento porque sí no lo hubiera mandado a tomar por culo apenas la moto se hubiera estacionado.

Tomó su bandana rápidamente junto a unas cosas más que le serviría para el robo y salió corriendo de allí para no hacer esperar al de cabellos negros.

La diferencia abismal de cómo se veían cuando se encontraban era horrible, mientras los ojitos bosques brillaban al verlo, los de su contrario era como sí viera a cualquier persona más junto a su descarada sonrisa coqueta.

- ¡Dex! -una vez estuvo cerca de él lo abrazó solo recibiendo unas palmaditas en la espalda.

- Anda sube, lindo -por petición de su casi algo, había comprado cascos para ambos, Horacio tomó el suyo poniéndoselo y subiéndose atrás del estadounidense, tomando la cintura como reflejo al sentir como la moto arrancó sin previo aviso.

El camino fue algo silencioso, pero había una cierta aura entre los dos que lo hacía cálido, ambos se pusieron sus máscaras antes de llegar, estacionaron la moto con rapidez en un derrape casi perfecto y entraron de manera algo violenta al badulaque.

Cartas con olor amor ♡︎𝑽𝒐𝒍𝒌𝒂𝒄𝒊𝒐 ♡︎Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt