❥︎ 𝐂𝐚𝐩. 18 𝑁𝑎𝑣𝑖𝑑𝑎𝑑 𝑒𝑛 𝑓𝑎𝑚𝑖𝑙𝑖𝑎

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Amor, amor, amor, el aire lleno de amor en aquel "pequeño" hogar, un ambiente agradable que compartían ambos hombres, 24 de diciembre en algunas horas sería 25 y lo estaban esperando mientras decoraban el típico árbol, le ponían focos, guirnaldas, bolas, y Horacio había hecho fotos de ellos dos -que por cierto las realizó en su oficina al no querer hacer esos informes infinitos- unas eran de ellos posando, algunas que le tomo a V desprevenido, otras de Mika, también de familiares, un árbol muy bien decorado.

— Vik — llamó su atención con una guirnalda puesta cual bufanda lujosa— ven a mi. —

Sus palabras parecían ronroneos, el ruso se le quedo viendo entre divertido y siguiendole el coqueteo. La pomposa guirnalda viajo por detras de los hombros del soviético atrayendolo a él, sus cuerpos quedaron técnicamente pegados, mirando sin disimulo los labios contrarios.

— ¿Sucede algo? —fingió paranoia.

— Si —susurró lentamente acercándose a sus labios— y es que tú aún no me has dado mi regalo. —

— ¿Y que regalo quieres? —sus manos le picaban por querer sostenerlo de la cintura— puedo darte el regalo que quieras. —

— Quiero...—sus respiraciones técnicamente chocaban entre sí, las manos del soviético siguieron su impulso de tenerlo de la cintura, acariciandolo— Que me beses. —

Ambos estaban ansiosos, pero es que hacer esperar más tiempo al otro les encantaba ver lo ansioso que se ponían, aún que tampoco podían resistirse demasiado.

Estando apunto de cumplir sus caprichos la puerta sonó, un tanto brusca a decir verdad, sobresantandolos. ¿Quién cojones venía ha esta hora? Peor aún ¿Quién había interrumpido su momento romántico?

— Es un repartidor ya se irá —quiso convencer al ruso, pero cuando sintió sus manos separarse de él supo que no podía hacer nada para volver a calentar el ambiente— Viktooor — refunfuño viendo como se quitaba la guirnalda.

Gruñó y cruzado de brazos caminando a su sofá cayendo sentando, Volkov había ido a ver quién era, no siendo grata su sorpresa al mirar a su suegro con un regalo en manos, tan rápido como la abrió la puerta volvió a cerrar sin dejar que hablara. Maldijo una y otra vez por sus adentros, por su culpa se había perdido aquel beso con su pareja.

—Si, si era un repartidor —caminó hacia el menor, haciendo como sí nada hubiera pasado.

— Recuerda tener la puerta cerrada con candado, es peligroso sí no —la voz del sujeto atrás suya hizo que se girará de golpe.

— Hagame el favor de retirarse —su acento ruso se notaba más ahora que se había enojado.

— ¿Papá? —Horacio lo miró confundido yendo a ellos dos antes que se agarraran a golpes— ¿Qué haces aquí? —

— ¿No puedo visitar a mi hijo para recibir la navidad con él? —extendió sus brazos ignorando en su totalidad al ruso.

— Claro, claro, pero... —los brazos incómodos de su padre lo abrazaron, no era cómodo estar con él pero estaban intentando volverse una familia— no sé... es un poco raro. —

Volkov odiaba con su alma a Andrés y es que él no olvida ni perdona el mal que le hizo a sus hijos hasta a su esposa, también que sea hostil con él no ayuda en mucho, cruzó de brazos mirándolo fijamente, como sí así fuera hacer que se vaya.

— Mira te traje un regalo —indicó aquello que dejó en el piso para poder abrazarlo— es para mañana, ponlo bajo del árbol anda —

Horacio tomó el regalo algo mal envolvido yendo al árbol, basto esos segundo para que ambos hombres volviera a pelear.

Cartas con olor amor ♡︎𝑽𝒐𝒍𝒌𝒂𝒄𝒊𝒐 ♡︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora