Cartas con olor amor ♡︎𝑽𝒐𝒍𝒌𝒂𝒄𝒊𝒐 ♡︎

❥︎ 𝐂𝐚𝐩. 29 𝑌

Se encontraba patrullando a solas por la ciudad. El clima era perfecto para ir de picnic por el parque o como estos días tan bellos, le hubiera encantado ir a la playa con Horacio. El trabajo lo tenia en constante movimiento pero después de años, el sabia perfectamente que a Horacio eso ya no le llegaba a afectar pues estar juntos una tarde entera era como un reinicio en su vida.

Su mejor amigo y por mucho, su compañero de vida que aunque de vez en cuando no hablaban en todo el dia, al llegar a casa y encontrarselo en cama esperandolo, era eso por lo que su relación nunca se complicó demasiado. Aun con sus altos y bajos, lograron salir de muchas situaciones desagradables, muchas personas intentando separarlos, pero ni la tormenta más grande podia con su amor por dentro.

Respetando los altos en las zonas más transitadas, se detuvo bufando en aire esperando a que el verde del semáforo se pintara en sus ojos antes de proseguir. Miró a detalle sus manos que en el bolate jugaban a golpear con el dedo indice levemente el cuero, desviando un segundo su mirada hacia los transeúntes, pudiendo observar como una pareja de novios paseaba de la mano, con un helado en la otra.

Sonrio al instante poniendose en marcha tras la luz verde. En su cabeza pasaron un par de cosas que lo dejaron pensado y es que, hacia años que estaba con Horacio, no podia acomodar sus memorias en su mente pues eran demasiados a su lado, los cuales cada uno de ellos empezó a recordar y le iban sacando una boba sonrisa.

Prestó atención a la tablet donde le notificaban de los robos que habia en la ciudad y habóan codigos 3 que atender pero, siendo solo uno y estando al tanto que iba a estar de apoyo, prefiero seguir su patrullaje normal por la ciudad, solo vehículos robados y/o algunas peleas.

Tenia tiempo para pensar muchas cosas en esos momentos, casi como si fuera a propósito, su cuerpo y mente querian una dosis de recuerdos que lo dejaban parado en las aceras de la ciudad. Condujo tranquilo hasta la playa. El puerto estaba como siempre con gente yendo a el restaurante popular de mariscos. Opto por algo más calmado, donde nadie interrumpiera sus pensamientos, asi que bajo las escaleras dejando el patrulla en el parking hasta llegar a la arena.

Cómodamente se sento a la orilla del mar sin sus zapatos, sintiendo esa arena pasar por sus pies algo caliente que quemaba el sol sin querer. Algunos niños corrían a lo lejos con sus hermanos más pequeños y una que otra familia tomaba el sol. Estando con su vestimenta del FBI se robaba la mirada de algunas personas, pero nada que lo pusiera incómodo sabiendo que no era normal ver a un tipo con un chaleco antibalas en la playa.

Relajo su cuerpo tomandose ese descansó donde se suponía que iba a comer algo para reponer las energías que habia perdido, lo ocupó para pensar en el futuro... Una vez más.

Era joven hasta tal punto, tenia una vida estable por lo que sentia y no tenia problemas más allá del trabajo pero, habia algo que aun queria hacer antes de que el tiempo hiciera envejecer sus manos.

Si bien no fue su sueño desde pequeño y en realidad nunca le llamo la atención, sentía ilusión por ver más feliz a su querido compañero. Saco de su pantalón su cartera de cuero gastada, rebuscando algo entre sus bolsillos.

Ahi estaba, lo que por años le perteneció a alguien más y ahora era suyo. El anillo de Alexandra siempre lo acompañaba a todas partes. Tenia un gran sentimiento por ese anillo que para ser un simple objeto, guardaba la vida de alguien que para él fue todo en su momento.

Creia que Horacio se merecía tenerlo. Después de tantas cosas que pasaron, se sentia por dentro listo de por fin cerrar ese capítulo entre ellos y ser algo más que pareja, novios, amigos para asi serlo todo.

Jugo con el anillo en sus dedos, este era pequeño teniendo en cuenta que los dedos de Alexandra eran delgados, dudo si a Horacio le quedaría. Un sonrojo se hizo en sus mejillas, imaginando como de emocionada hubiera estado su hermana, cuando le comentará que tenia en mente casarse, imaginando al pequeño chico en el altar con un traje blanco, estando más que emocionado.