❥︎ 𝐂𝐚𝐩. 30 𝐶𝑎𝑟𝑡𝑎 2

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Preparo el desayuno. Volkov se sentó algo indignado al tener una pequeña y absurda pelea con el menor en la cocina. Horacio no le permitió que le ayudará hacer nada.

"Estás herido, vete a sentar al sofá" lo amenazó con la cuchara.

Aprovechó el despiste para mandar un mensaje rápidamente antes de que lo descubrieran. Horacio llegó con una charola y el desayuno en ella. A Víktor le encantaba las tortitas, e hizo unas espaciales para él con un relleno de chocolate y otras con fresas.

Se sentó a su lado viéndolo comer y estando al tanto de lo que necesitará.

— ¿No vas a comer? —

— Ya comí... —no sonó muy convincente.

— ¿Seguro? —

— Si... —se apoyó su brazo sobre el respaldo del sofá, escondiendose casi en su espalda para evitar sus interrogatorios. Volteó a verlo un momento. Parecía estar cansado, se le notaba en sus ojeras, pero lo conocía suficiente para saber cuándo metía.

— ¿Qué comiste?

— Ahh-.mmm lo-lo mismo —volvió a tomar una rebana sobre su cuchara, volteando hacia el menor para dársela en la boca. Ladeó una tímida sonrisa, una que estaba tocada por el llanto acumulado en el día anterior— Ya comí vík... no tengo apetito —la verdad es que ni siquiera tenía hambre.

— No has comido. Se te nota en los labios secos —volteó para untar un poco de chocolate en el trozo de tortita— anda... — volvió a ofrecerle la cuchara en la boca.

— No Vik... De verdad... No tengo hambre —se volteó hacia un costado para que no le fuera a meter de sorpresa el bocado.

— Pues no se come entonces, hasta que no comas tú —dejó la cuchara en su plato, cruzando su brazo encima del lastimado aún con la férula.

— Volkov... La prepare con cariño. Si no las comes me vas a ofender muchísimo. —

— A mi me ofende más que no hayas comido tú —le tiro leve del brazo, así sentandolo derecho a su lado. Volvió a tomar la cuchara, llevandoselo al moreno que se quedó quieto por un momento. Miró la comida y a Volkov con un sentimiento entre los ojos— Abre. —

Suspiró pesado. Abrió la boca recibiendo la rebanada calientita y muy deliciosa. Apenas y estaba acabando ese bocado, cuando de repente recibió otro demasiado rápido.

— Ya esta... —se negó negó a bocado.

— Quiero que comas conmigo... no quiero que te estés saltado las comidas Horacio —lo dijo con empatía, levantado un trozo para él y comiendo del mismo.

Dejó otra en su boca del menor, recibiendo unos ojitos cristalinos. Bajo su cabeza aún triste, escondiendo sus manos y terminando su bocado. Volkov lo esperaba con la cuchara en la mano, pero en vez de que lo volviera a recibir, lo desconoció por completo.

— ¿Por qué me tratas así? —hizó un puchero, resbalando una lágrima de su ojo. Viktor dejo la comida a un lado, yendo a tomar su mentón del menor donde paso su pulgar por la gota que derramó.

— Ya hablamos de esto...—

Se acercó con prisa, así como si el tiempo se le estuviera acabando en la vida. Le robó un beso lleno de sentimientos fuertes, fuertes como para romperlo en pedazos.

— Porque te amo. Porque eres todo para mí. Porque no me interesa lo que hayas hecho aún sin tener noción en la cabeza —le quitó las lágrimas con sus dedos alargados.

— Te dispare... No merezco que estés haciendo esto... —

— Mereces todo y más que esto. мой красивый мальчик (Mi hermoso chico) No quiero verte llorar. Yo estoy bien, tu estás bien. Verás como saldremos de esta... —entregó un par de besos más en sus labios, concentrarse en la sensación que le dejaba después de eso— Te amo...—

Cartas con olor amor ♡︎𝑽𝒐𝒍𝒌𝒂𝒄𝒊𝒐 ♡︎Where stories live. Discover now